🌹La Princesa & El Ladrón🌹

🌹 Capítulo 75🌹

El sol comenzaba a despuntar en el horizonte, derramando sus primeros rayos de luz sobre el pequeño pueblo. La posada estaba envuelta en una calma que contrastaba con la tensión latente del grupo que se escondía en su interior. Sakura se despertó con la sensación de los brazos de Kakashi aún rodeándola, y por un momento, todo parecía normal.

Sin embargo, la realidad pronto la alcanzó. Se desperezó y se levantó con cuidado para no despertar a Kakashi. Necesitaba despejar su mente y ordenar sus pensamientos. Se dirigió al pequeño baño de la habitación y se miró en el espejo. Las ojeras bajo sus ojos eran un testimonio de las preocupaciones que llevaba consigo.

Mientras tanto, en la sala común de la posada, el grupo comenzaba a reunirse. Shikamaru ya estaba despierto, con el mapa desplegado una vez más sobre la mesa. Gai y Yamato revisaban su equipo, asegurándose de que todo estuviera en perfecto estado.

— Buenos días, Shikamaru.— Saludó Hinata, entrando en la sala.— ¿Alguna novedad?

— No todavía.— Respondió Shikamaru, sin levantar la vista del mapa.— Pero deberíamos movernos pronto. No podemos quedarnos aquí demasiado tiempo.

Poco a poco, los demás fueron apareciendo. Ino, con una mirada decidida, y Sai, siempre alerta. Kakashi y Sakura fueron los últimos en unirse al grupo.

— ¿Cómo te sientes, Sakura?— Preguntó Ino, notando la expresión cansada de su amiga.

— Un poco mejor, gracias.— Respondió Sakura con una sonrisa débil.— Solo necesito algo de tiempo para recuperarme.

— Bien, porque necesitamos a todos en plena forma.— Intervino Shikamaru.— He estado revisando nuestras opciones, y creo que la mejor ruta es seguir hacia el sur. Hay una red de aldeas pequeñas donde podríamos escondernos y obtener información sobre los movimientos del enemigo.

Kakashi asintió, confiando en el juicio de Shikamaru.

— Suena como un buen plan. ¿Cuándo partimos?

— Esta noche.— Respondió Shikamaru. — Necesitamos movernos bajo la oscuridad para evitar ser detectados.

El grupo pasó el día preparándose para el viaje. Kakashi permaneció cerca de Sakura, preocupado por su bienestar. Aunque ella insistía en que se sentía mejor, él no podía evitar notar su palidez.

Cuando la noche cayó, el grupo se reunió fuera de la posada. El pueblo estaba envuelto en un silencio inquietante, roto solo por el murmullo del viento entre los árboles. Con Shikamaru liderando el camino, se adentraron en el bosque, moviéndose con cautela y en silencio.

A medida que avanzaban, Kakashi no podía evitar recordar misiones pasadas, tiempos en los que la mayor amenaza era una emboscada enemiga y no la incertidumbre del futuro. Miró a Sakura, su determinación y amor por ella renovándose con cada paso que daban.

El camino a través del bosque fue arduo. A pesar de la oscuridad, el grupo se movía con la eficiencia y coordinación de un equipo bien entrenado. Shikamaru los guió a través de senderos ocultos, evitando los patrullajes enemigos y cualquier posible emboscada.

De repente, un ruido sordo rompió el silencio. El grupo se detuvo, tensos y preparados para cualquier cosa. Gai señaló hacia un arbusto cercano, y todos se prepararon para lo peor. Pero, para su alivio, fue solo un ciervo que salió corriendo, asustado por su presencia.

— Debemos seguir adelante.— Susurró Shikamaru, volviendo a tomar la delantera.

Finalmente, después de horas de marcha, llegaron a una pequeña aldea en las profundidades del bosque. Era un lugar modesto, con apenas una docena de casas. Pero ofrecía el refugio que necesitaban.