🌹 Capítulo 89🌹

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Mebuki y Kizashi, a pesar de la férrea determinación de Sakura, no podían aceptar la situación. Tras la partida del padre Anzai, se dirigieron a la habitación de Sakura, donde la encontraron sentada junto a la ventana, mirando pensativamente hacia el horizonte.

— Sakura.— Comenzó Kizashi con voz seria.— Hemos hablado con el padre Anzai, y aunque no podamos anular tu matrimonio, necesitamos que entiendas que esta situación no puede continuar así.

Sakura se giró lentamente para enfrentar a sus padres, su mirada firme y decidida.

— Ya les dije, no voy a renunciar a mi bebé ni a Kakashi.

Mebuki dio un paso adelante, tratando de apelar a la razón de su hija.

— Querida, sabemos que esto es difícil para ti, pero debes pensar en el futuro de nuestro reino y en tu propio bienestar. Este embarazo solo traerá complicaciones. Sasuke está dispuesto a perdonarte y a casarse contigo. Él será un buen marido y padre para los hijos que tengan...

Sakura negó con la cabeza, su voz se quebró ligeramente, pero su resolución permaneció intacta.

— No puedo hacer eso, madre. No puedo traicionar lo que siento por Kakashi. ¿Perdóname a mi? Si el fue quien me traicionó primero...

Kizashi apretó los puños, su frustración.

— Sakura, entiendes lo que estás diciendo. Este niño no tendrá una vida fácil siendo hijo de un ladrón. Piensa en la vergüenza, en el escándalo que esto traerá a nuestra familia. Debes terminar con este embarazo y casarte con Sasuke para proteger nuestra honorabilidad.

Sakura se levantó, enfrentando a su padre con la misma determinación que había mostrado antes.

— No me importa el escándalo ni la vergüenza. Este bebé es lo más importante para mí. Kakashi me enseñó a luchar por lo que amo, y eso es lo que voy a hacer.

Kizashi, furioso pero consciente de la inquebrantable voluntad de su hija, cambió de táctica.

— Si insistes en seguir con esto, entonces debes saber que te estás condenando a ti y a tu hijo a una vida de persecución y peligro. Kakashi no puede protegerte siempre. Pero Sasuke puede. Él te ofrecerá seguridad y un futuro estable.

Sakura sintió una punzada de duda, pero la imagen de Kakashi y la promesa que le había hecho le dieron la fuerza necesaria.

— Prefiero una vida de lucha y amor que una de seguridad y traición. No voy a cambiar de opinión, padre.

El silencio cayó sobre la habitación, cargado de tensión. Finalmente, Kizashi asintió lentamente, su mirada dura y calculadora.

— Muy bien, Sakura. Has tomado tu decisión. Pero debes saber que esto tendrá consecuencias. Estás desafiando no solo a tu familia, sino a todo nuestro reino.— Dijo con voz grave.

Mebuki, con lágrimas en los ojos, se acercó a Sakura y la abrazó.

— Hija, por favor, reconsidera. No queremos perderte.

Sakura, aparta a su madre.

— Ustedes me perdieron desde el día que me castigaron injustamente.

Kizashi y su esposa, viendo que no había forma de cambiar la decisión de su hija en ese momento, decidió retirarse. Tenía mucho en qué pensar y planear. Mientras tanto, Sakura se quedó mirando por la ventana, esperando el día en que Kakashi regresara para enfrentar juntos cualquier desafío que se les presentara.

Después de que Kizashi y Mebuki abandonarán la habitación, dejando a Sakura en su habitación. Mientras caminaban por los pasillos del castillo, Kizashi no podía dejar de pensar en cómo resolver la situación. Sabía que su hija no cedería fácilmente, y la única solución que veía era eliminar a Kakashi.

Al llegar a su despacho, Kizashi llamó a uno de sus consejeros más leales, un hombre sombrío llamado Daiki.

— Daiki, tenemos una situación delicada que requiere de tu... habilidad particular.— Dijo Kizashi, sentándose detrás de su escritorio.

Daiki inclinó la cabeza, dispuesto a escuchar.

— Mi hija ha tomado decisiones que ponen en riesgo nuestro reino y nuestra familia. No puedo permitir que esto continúe. Necesito que elimines a Kakashi, el hijo de Tai. Hazlo parecer un accidente, algo que no pueda ser rastreado hasta por nosotros.

Daiki asintió lentamente, comprendiendo la gravedad de la situación.

— Entiendo, mi señor. Esto requerirá tiempo y planificación. Kakashi es un hombre astuto y no será fácil atraparlo.

Kizashi frunció el ceño, su mirada fría y decidida.

— No importa cuánto tiempo tome. Haz lo necesario. Y asegúrate de que mi hija no sepa nada de esto hasta que sea demasiado tarde. Necesitamos proteger nuestra familia y nuestro reino a toda costa.

Daiki se inclinó en señal de respeto antes de salir del despacho, dejando a Kizashi sumido en sus pensamientos. Mientras tanto, Mebuki, aunque preocupada por la decisión de su marido, no dijo nada. Sabía que la única forma de asegurar el futuro de su hija y del reino era eliminar a Kakashi.

Todos estaban comiendo, excepto Sakura, quien estaba en su habitación, la madre de Ino le llevaba comida a escondidas, para que pudiera alimentarse bien y que tenga un embarazo sano.

Sakura, sentada en su habitación, comía la comida que la madre de Ino le había traído. Cada bocado era un recordatorio de la amabilidad que recibía, una chispa de esperanza en medio de la tormenta de conflictos con sus propios padres. Apreciaba profundamente a la madre de Ino, deseando en silencio que su madre pudiera mostrar la misma empatía y comprensión.

— Me llevaré esta bandeja de comida, para que tus padres sigan creyendo que no estás comiendo bien.— Dijo la madre de Ino en un susurro.

— Muchas gracias...— Respondió Sakura con una sonrisa tímida.

La madre de Ino salió de la habitación, y Sakura se aseguró de comer todo lo que le habían traído. Sabía que debía mantenerse fuerte y saludable por su bebé. Terminó su comida y se recostó en su cama, sintiendo el peso de la incertidumbre y el cansancio acumulado de los últimos días. Poco a poco, el sueño la fue venciendo.

En su sueño, Sakura se encontró en un prado iluminado por la luz suave del atardecer. Los colores eran vívidos, y el aire estaba lleno del aroma de las flores silvestres. Al mirar a su alrededor, vio a Kakashi, de pie, esperándola. Su rostro mostraba una mezcla de preocupación y alivio al verla.

— Kakashi...— Susurró, sintiendo una ola de emociones que la inundaba al verlo.

Kakashi se acercó a ella, sus ojos llenos de ternura.

— Sakura, he estado pensando en ti cada día. Sé que todo esto ha sido difícil, pero prometo que estaremos juntos de nuevo.

Sakura sintió que las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas.

— Te extraño tanto. Mis padres... ellos quieren que me case con Sasuke y que termine con nuestro bebé. No sé qué hacer.

Kakashi la abrazó con fuerza, su presencia era cálida y reconfortante.

— Te amo tanto...

Sakura se aferró a él, sintiendo que toda la angustia y el miedo se desvanecían en ese momento.

— Prométeme que volverás, Kakashi. Prométeme que estaremos juntos.

Kakashi se separó un poco, mirándola a los ojos con determinación.

— Te lo prometo, Sakura. No importa lo que pase, encontraré el camino de regreso a ti.

El sueño comenzó a desvanecerse lentamente, Sakura no quería despertarse, quería seguir viendo a Kakashi, aunque fuera en sueños.

Pero despertó con la luz del amanecer filtrándose por la ventana. Se acomodo en la cama, sentía sus mejillas húmedas por las lágrimas que habian salido de sus ojos. Sabía que debía ser fuerte, no solo por sí misma, sino también por su bebé y por Kakashi. Mientras se preparaba para enfrentar otro día, las palabras de Kakashi resonaban en su mente: "Te lo prometo, Sakura. No importa lo que pase, encontraré el camino de regreso a ti."

Sakura sabía que Kakashi volvería por ella y podría decirle que iban a ser padres.

Continuará.....🌹

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