La calma en Konoha era engañosa, un manto de tranquilidad antes de la tormenta. A la mañana siguiente, cuando los primeros rayos de sol bañaban los tejados de la aldea, las noticias del ataque al país de la Hierba comenzaron a esparcirse como el fuego. Los mensajeros, exhaustos y desesperados, trajeron relatos aterradores de la batalla que se libraba en el castillo de los Haruno. Las puertas de la ciudad, que nunca antes habían visto un conflicto tan cercano, ahora temblaban bajo la sombra de la guerra.
En ñ Konoha, el ambiente se llenó de tensión cuando llegó la noticia. La aldea, que hasta entonces había disfrutado de una relativa paz, ahora se encontraba en una encrucijada. Sakumo y Kakashi convocaron a sus consejeros de inmediato.
Sakura, quien estaba ayudando en el jardín con su suegra, sintió su corazón hundirse al escuchar la noticia. Aunque sus padres no habían sido buenos con ella, el pequeño niño, su hermano, era inocente, y la idea de que estuviera en peligro llenó su corazón de angustia.
Mientras Kakashi y Sakura se dirigían a la reunión, un silencio pesado los acompañaba. Sakura sabía que la situación era delicada; su esposo entendía lo que ella estaba pensando, y sin decir una palabra, tomó su mano con fuerza, ofreciendo el apoyo que ella necesitaba.
Al llegar al salón de reuniones, los consejeros reales, les recibieron con expresiones graves.
— Las noticias son graves.— Comenzó uno miembro del consejo, su era voz firme, pero llena de preocupación.— Tai ha lanzado un ataque directo al castillo de los Haruno. El castillo está bajo asedio, y no se espera que resista por mucho tiempo.
Sakura se mordió el labio, tratando de mantener la compostura. Kakashi apretó su mano un poco más fuerte.
— ¿Qué se piensa hacer?— Preguntó Sakura, su voz llena de preocupación.
Antes de que uno de los consejeros, pudiera responder, un mensajero interrumpió la reunión, su rostro pálido y su respiración agitada.
— ¡Un mensajero del país de la Hierba ha llegado! Trae un mensaje urgente del Rey Kizashi Haruno.
Los consejeros asintieron, permitiendo que el mensajero entrara. El hombre, cubierto de polvo y evidentemente agotado, se inclinó profundamente antes de hablar.
— Los Haruno solicitan asilo en Konoha. El rey Kizashi Haruno suplica por ayuda para proteger a su hijo con tan solo algunos meses. El castillo está siendo invadido, y ellos no tienen otra opción. Piden, en nombre de la alianza que alguna vez tuvimos, que Konoha los reciba.
El salón cayó en un silencio tenso. La petición de Kizashi era una que nadie había anticipado, apesar de que había dicho que consideraba a Konoha como enemigos.
Sakura sintió una mezcla de emociones. Por un lado, el resentimiento hacia sus padres seguía vivo, pero por otro, el pensamiento de su pequeño hermano en peligro despertó un instinto protector en ella.
Kakashi observó la expresión en el rostro de Sakura y decidió intervenir.
— Si permitimos que los Haruno busquen asilo aquí, no solo estaremos protegiendo a un niño inocente, sino también enviando un mensaje claro de que Konoha no abandona a quienes buscan ayuda y que no somos rencorosos. Tai es un peligro real, y si no lo detenemos ahora, podría volverse una amenaza aún mayor.— Dijo Kakashi con una voz firme.
Los consejeros reales y Sakumo asintieron, comprendiendo la gravedad de la situación. Miraron a Sakura, quien, a pesar de todo, asintió en silencio, mostrando su acuerdo con las palabras de Kakashi.
— Kizashi Haruno ha cometido muchos errores.— Continuó Sakumo.— Pero este niño no tiene la culpa de las decisiones de su padre. Aceptaremos a los Haruno en Konoha y prepararemos nuestras fuerzas para lo que venga.
La decisión había sido tomada. Mientras los jefes del ejército de Konoha, comenzaban a discutir los detalles del plan, Sakura y Kakashi intercambiaron una mirada de comprensión. Sabían que el camino por delante sería difícil, pero también sabían que, juntos, podían enfrentar lo que sea que el destino les tuviera preparado.
Mientras tanto, en el país de la Hierba, Tai seguía buscando a Sakura, completamente ajeno a lo que se avecinaba. Creía que tenía el control, pero el destino ya había comenzado a mover sus hilos en su contra. Kizashi y su familia, por su parte, avanzaban hacia Konoha, conscientes de que era su última esperanza para sobrevivir.
La tensión se alzaba como una sombra sobre todos, y aunque la noche en Konoha había sido tranquila, todos sabían que la verdadera tormenta estaba a punto de comenzar.
Mientras tanto, cuando la familia de Sakura, llegaron a las puertas de Konoha, fueron recibidos por un grupo de guardias y por Sakumo, el estaba al frente, su figura imponente y serena, observando con atención al convoy que traía a Kizashi, Mebuki y a su hijo. La tensión en el aire era palpable, pero Sakumo se mantenía firme, preparado para cumplir con su deber como rey.
Sakura observaba la escena desde la distancia, escondida entre los árboles cercanos. No se atrevió a acercarse, insegura de cómo enfrentarse a sus padres después de todo lo que había ocurrido. Sin embargo, sus ojos no podían apartarse del pequeño niño que Mebuki llevaba en brazos.
Kizashi y Mebuki descendieron de su carruaje y se acercaron a Sakumo. A pesar de las circunstancias, Kizashi mantuvo su porte orgulloso, aunque había una sombra de cansancio en su rostro. Mebuki, por su parte, sostenía al bebé con ternura, como si el pequeño fuera su única fuente de fortaleza en ese momento.
— Rey Sakumo.— Comenzó Kizashi, inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto.— Agradecemos que nos recibas en este momento tan difícil.
Sakumo asintió, sin mostrar emoción en su rostro.
— Konoha no abandona a quienes buscan refugio, Kizashi. A pesar de todo, no podemos permitir que un niño inocente pague por los errores de los adultos.
Sakura sintió una punzada en el pecho al escuchar esas palabras. Desde su escondite, observó cómo Sakumo daba instrucciones a los guardias para que escoltaran a los Haruno a un refugio seguro dentro del reino. Sus padres aceptaron la ayuda en silencio, claramente conscientes de la delicada situación en la que se encontraban.
Mientras los Haruno eran guiados hacia su refugio, Mebuki se detuvo por un instante, como si sintiera la presencia de alguien observándola. Sus ojos vagaron por el área, pero Sakura se escondió rápidamente, su corazón latiendo con fuerza. No estaba lista para enfrentarse a su madre, no todavía.
Cuando los Haruno desaparecieron entre las calles de Konoha, Sakura finalmente salió de su escondite. Su mente estaba llena de pensamientos contradictorios: el resentimiento hacia sus padres y el deseo de proteger a su hermano. Se sintió abrumada por la situación, pero sabía que no podía permitirse vacilar.
Kakashi, que había estado esperándola cerca, se acercó en silencio. Colocó una mano en su hombro, y Sakura lo miró, encontrando en sus ojos la fuerza que necesitaba. No importaba lo que viniera después; sabía que, con Kakashi a su lado, podría enfrentarlo.
— Debemos prepararnos.— Dijo Kakashi suavemente.— La situación es complicada, pero lo superaremos.
Sakura asintió, tomando la mano de Kakashi con determinación. Había mucho que hacer, y no podían perder tiempo. Juntos, se dirigieron hacia el corazón de Konoha, listos para lo que estaba por venir.
Continuará......🌹
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🌹La Princesa & El Ladrón🌹
FanfictionEn un reino lejano, donde los castillos se alzaban majestuosos y los bosques escondían secretos, vivía la hermosa princesa Sakura. Su pelo rosado como las flores de cerezo y sus ojos verdes como esmeraldas la convertían en la joya más preciada del r...