En el castillo de la aldea de la Hierba, la atmósfera estaba teñida de una tranquilidad tensa. Los preparativos para la boda entre Sakura y Sasuke avanzaban lentamente, en gran parte debido a la reciente llegada del nuevo miembro de la familia real. Mebuki, la madre de Sakura, se encontraba sumergida en la felicidad de haber dado a luz a su hijo, y veía en él una oportunidad para reconectar con Sakura.
Mebuki caminaba por los pasillos del castillo, con el bebé en brazos, su expresión radiante de esperanza. Se detuvo frente a la puerta de la habitación de Sakura, respiró hondo y tocó suavemente.
— Sakura, cariño, ¿puedo entrar?— Preguntó con una voz llena de ternura.
Desde el otro lado de la puerta, la respuesta fue un silencio helado. Finalmente, se escuchó un susurro.
— Entra.
Mebuki abrió la puerta y entró lentamente, sus ojos llenos de emoción al ver a Sakura, aunque su hija permanecía sentada en la ventana, mirando al horizonte con una expresión vacía.
— Sakura, mira a tu hermano.— Dijo Mebuki, acercándose con cuidado.— No es hermoso? Pensé que tal vez verlo te haría sentir un poco mejor.
Sakura se volvió lentamente para mirar al bebé, sus ojos sin mostrar emoción. Asintió levemente, pero no hizo ningún movimiento para acercarse.
— Es un bebé lindo, madre.— Respondió con frialdad, volviendo su mirada al exterior.
Mebuki sintió una punzada de dolor, pero no se dio por vencida. Se sentó en una silla cercana, acunando al bebé.
— Sakura, sé que estás pasando por un momento difícil. Pero quiero que sepas que te amo y que siempre estaré aquí para ti.— Dijo con sinceridad, sus ojos brillando con lágrimas contenidas.— Este pequeño podría unirnos de nuevo, como una familia.
Sakura se volvió hacia su madre, sus ojos llenos de una mezcla de tristeza y determinación.
— Madre, te agradezco que hayas traído a mi hermano aquí. Pero no cambiará nada.— Respondió con firmeza.— No puedo olvidar lo que ha pasado, que mi padre asesino a Kakashi y que me quieren casar con alguien que me es infiel.
Mebuki asintió lentamente, sus esperanzas desvaneciéndose.
— Entiendo, Sakura. Solo quería intentarlo.— Dijo con voz trémula.— Pero por favor, no te cierres completamente. Te necesitamos, y estoy segura de que tu hermano también te necesitará algún día.
Sakura no respondió, volviendo a sumirse en su mundo de pensamientos y recuerdos.
Mientras tanto, en el otro extremo del castillo, el rey Kizashi se encontraba en una reunión con sus consejeros, discutiendo los detalles de la boda y las posibles alianzas políticas que podrían resultar de ella. Aunque su preocupación por Sakura estaba presente, su enfoque principal era el bienestar del reino y las ventajas estratégicas que el matrimonio con Sasuke podría traer.
En Konoha, Kakashi continuaba con su recuperación y su entrenamiento, impulsado por el amor y la determinación. Cada día, bajo la guía de sus padres, se preparaba no solo para rescatar a Sakura, sino para ser un líder digno del amor y la confianza de su pueblo.
Unos días después, Kakashi, ahora recuperado y más fuerte que nunca, se encontraba en el patio de entrenamiento del castillo de Konoha. El sol de la mañana iluminaba el área, y el sonido del acero resonaba mientras practicaba con uno de los guardias. Kakashi, con una mirada decidida, empuñaba su espada con destreza, moviéndose con precisión y velocidad. Después de unos minutos de combate, logró desarmar al guardia, dejándolo sin aliento y admirado por la habilidad de Kakashi.
— ¡Bien hecho, señor Kakashi!— Dijo el guardia, inclinándose respetuosamente.
Kakashi asintió, respirando profundamente mientras limpiaba el sudor de su frente. Observó a su alrededor, notando la presencia de su padre, el rey Sakumo, quien había estado observando en silencio. Sakumo se acercó con una sonrisa en el rostro, su mirada llena de orgullo y determinación.
— Veo que eres bueno con la espada.— Dijo Sakumo, tomando una espada del estante cercano.— Pero aún tienes mucho que aprender. ¿Te gustaría practicar conmigo?
Kakashi miró a su padre, reconociendo la maestría en sus movimientos y la autoridad en su voz. Asintió, sabiendo que cada lección de su padre era una oportunidad invaluable para mejorar.
— Sí, padre. Estoy listo.— Respondió con firmeza.
Los dos se posicionaron en el centro del patio, rodeados por los guardias y sirvientes que observaban con interés. Sakumo adoptó una postura defensiva, esperando a que Kakashi hiciera el primer movimiento. Kakashi atacó con rapidez y precisión, pero cada golpe fue bloqueado hábilmente por su padre. Sakumo se movía con una gracia y fuerza que demostraban años de experiencia y entrenamiento.
Después de varios intercambios, Sakumo desarmó a Kakashi con un movimiento rápido y decisivo, dejándolo de rodillas en el suelo, sin aliento pero lleno de respeto.
— Aún tienes mucho que aprender, Kakashi.— Dijo Sakumo, extendiendo una mano para ayudarlo a levantarse.— Pero veo el potencial en ti. Con el entrenamiento adecuado, serás un gran guerrero y un líder digno... Se puede ver qué eres un Hatake.
Kakashi aceptó la mano de su padre, levantándose con determinación renovada. Todavía jadeando, miró a su padre con una mezcla de asombro y respeto.
— Padre... nunca antes había sido vencido en un combate con espada.— Dijo Kakashi, su voz reflejando una genuina sorpresa.
Sakumo sonrió con una mezcla de orgullo y humildad.
— Es porque nunca has combatido contra alguien con mi experiencia, Kakashi. La habilidad con la espada no se trata solo de fuerza y técnica, sino de comprender a tu oponente y anticipar sus movimientos.
Kakashi asintió, comprendiendo la profundidad de las palabras de su padre.
— Gracias, padre. Estoy dispuesto a aprender todo lo que pueda.— Respondió, sus ojos brillando con una mezcla de gratitud y determinación.
Sakumo asintió, satisfecho con la respuesta de su hijo.
— Entonces comenzaremos de inmediato. Necesitas dominar no solo la técnica, sino también la estrategia y la disciplina. La fuerza sin control es inútil en el campo de batalla.
Durante las siguientes semanas, Sakumo dedicó tiempo a entrenar a Kakashi, enseñándole las técnicas más avanzadas de combate con espada, así como las estrategias y tácticas necesarias para liderar en la batalla. Cada sesión de entrenamiento era una prueba de fuerza y resistencia, pero también un ejercicio de paciencia y sabiduría.
Kakashi absorbía cada lección, mejorando día a día. Aunque los desafíos eran grandes, su determinación y el amor por Sakura lo impulsaban a seguir adelante. Sabía que debía estar en su mejor forma para enfrentar los peligros que se avecinaban y para rescatar a Sakura de un destino que ella no deseaba.
Una mañana, después de una sesión particularmente intensa, Sakumo y Kakashi se sentaron en el borde del patio, mirando el horizonte.
— Kakashi, quiero que recuerdes algo importante.— Dijo Sakumo, con una mirada seria pero afectuosa.— La verdadera fuerza no proviene solo de la habilidad con la espada, sino del corazón y la mente. Un verdadero líder debe ser justo, compasivo y estar dispuesto a sacrificar todo por su pueblo.
Kakashi asintió, comprendiendo la profundidad de las palabras de su padre.
— Lo recordaré, padre. Haré todo lo posible por ser el líder que nuestro pueblo necesita y el hombre que Sakura merece.
Sakumo sonrió, lleno de orgullo por el hombre en el que su hijo se estaba convirtiendo.
— Estoy seguro de que lo harás, hijo. Y cuando llegue el momento, estaré a tu lado, apoyándote en cada paso del camino.
Con el apoyo de su padre y su determinación inquebrantable, Kakashi continuó su camino hacia convertirse en un líder y guerrero digno de su amor por Sakura y de su reino.
Continuará..........🌹
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🌹La Princesa & El Ladrón🌹
ФанфикEn un reino lejano, donde los castillos se alzaban majestuosos y los bosques escondían secretos, vivía la hermosa princesa Sakura. Su pelo rosado como las flores de cerezo y sus ojos verdes como esmeraldas la convertían en la joya más preciada del r...