Kakashi caminaba sin rumbo fijo, sus pensamientos sumidos en un torbellino de emociones. Desde que había dejado la iglesia, la culpa y la desesperación se habían instalado en su corazón. El eco de sus pasos resonaba en las calles desiertas mientras la luna iluminaba su camino, proyectando sombras largas y solitarias.
Cada rincón, cada callejón, le recordaba a Sakura. Su risa, su determinación, la ternura con la que lo miraba. Todo parecía un sueño lejano, una realidad que ahora se le escapaba entre los dedos. Se detuvo un momento, apoyándose contra una pared de piedra, cerrando los ojos y tratando de calmar el dolor que sentía en el pecho.
Sintiendo la necesidad de un respiro y un momento de anonimato, Kakashi se dirigió a un bar cercano. El lugar estaba lleno de humo y murmullos, un refugio temporal de sus preocupaciones. Se sentó en un rincón oscuro, pidiendo una bebida para calmar sus nervios.
Mientras observaba a la gente a su alrededor, notó una figura familiar que entraba al bar. Era Daiki, el consejero leal de Kizashi, acompañado de dos hombres robustos. Kakashi bajó la cabeza, tratando de pasar desapercibido mientras escuchaba la conversación.
— ¿Tienes alguna pista sobre el paradero de Kakashi?— Preguntó uno de los hombres, su voz grave y seria.
Daiki se sentó en una mesa cercana, sin percatarse de la presencia de Kakashi.
— He enviado hombres a buscarlo en todas las direcciones. Sabemos que dejó la iglesia, pero parece que es más escurridizo de lo que pensábamos.— Respondió Daiki con frustración.
Kakashi tensó los músculos, escuchando cada palabra con atención.
— No podemos permitir que llegue al castillo. Si se reúne con Sakura, todo nuestro plan se desmoronará.— Continuó Daiki.
— ¿Y qué hay del rey Kizashi?— Preguntó el otro hombre.
— Está cada vez más impaciente. Quiere a Kakashi eliminado lo antes posible, sin importar los medios. Si no lo encontramos pronto, temo que tomará medidas más drásticas.— Dijo Daiki, su tono sombrío.
Kakashi sintió una mezcla de rabia y determinación. Sabía que no tenía mucho tiempo. Debía actuar rápidamente para salvar a Sakura y proteger a su futuro hijo, aunque aún no supiera de su existencia.
Con cuidado, Kakashi se deslizó fuera del bar, asegurándose de no ser visto. Sabía que necesitaba un plan, y rápido. La conversación que había escuchado le dio la urgencia que necesitaba para seguir adelante.
— Encontraré el camino de regreso a ti, Sakura.— Murmuró para sí mismo, mientras la determinación iluminaba su mirada.
Ahora, más decidido que nunca, Kakashi se dispuso a encontrar una manera de llegar al castillo y rescatar a Sakura antes de que fuera demasiado tarde. Sabía que la batalla sería dura, pero el amor y la promesa que le había hecho a Sakura le daban la fuerza necesaria para enfrentar cualquier obstáculo en su camino.
Mientras Kakashi se apresuraba a elaborar un plan para llegar al castillo, dentro de las paredes del mismo, un peligro silencioso acechaba a Sakura y su bebé. Mebuki, la madre de Sakura, estaba en la cocina, su rostro reflejaba una mezcla de desesperación y resignación. Sentía que no tenía otra opción. Kizashi había dejado claro que la situación debía resolverse, y Mebuki estaba decidida a proteger lo que creía era el futuro de su hija y del reino.
Con manos temblorosas, Mebuki trituró unas hojas de una planta abortiva en un mortero, mezclándolas con el té que estaba preparando. Las lágrimas caían silenciosamente por sus mejillas, pero su resolución no vacilaba.
— Lo siento, Sakura... — Murmuró, mientras vertía el té en una taza.— Pero, te estoy salvado de una mala vida.
En ese momento, la madre de Ino entró en la cocina, ocupada con sus tareas habituales. Notó la expresión sombría de Mebuki y se acercó con preocupación.
— Mebuki, ¿estás bien? — Preguntó, intentando ocultar su suspicacia.
Mebuki levantó la vista, tratando de mantener la compostura.
— Estoy bien. Solo... pensando en todo lo que está pasando.— Respondió, su voz temblorosa.— No me está ayudando en nada está situación en mi embarazo.
La madre de Ino observó el té en las manos de Mebuki y sintió un escalofrío de preocupación, pero decidió no confrontarla en ese momento. Sabía que Mebuki estaba bajo una gran presión y que cualquier enfrentamiento podría empeorar la situación.
— Entiendo. ¿Quieres que lleve este té a Sakura?— Ofreció la madre de Ino, manteniendo su tono neutral.
Mebuki asintió, agradecida.
— Sí, por favor. Necesito un momento a solas.— Dijo, entregándole la taza con manos temblorosas.
La madre de Ino tomó la taza, tratando de ocultar su inquietud. Salió de la cocina con calma, pero tan pronto como estuvo fuera de la vista de Mebuki, se dirigió rápidamente al fregadero del pasillo. Con una mezcla de indignación y desesperación, vertió el contenido de la taza en el fregadero, asegurándose de que no quedara rastro del té abortivo.
— No puedo permitir que le hagan esto a Sakura.— Murmuró para sí misma, mientras limpiaba la taza con agua para eliminar cualquier residuo.
Después de asegurarse de que la taza estaba completamente limpia, la madre de Ino la llenó con té nuevo, libre de cualquier sustancia dañina. Con la taza en la mano, se dirigió a la habitación de Sakura, tratando de mantener la calma y la apariencia de normalidad.
Al entrar, vio a Sakura sentada en su cama, mirando pensativamente por la ventana.
— Sakura, te traje un poco de té.— Dijo con una sonrisa, acercándose a la joven princesa.
Sakura le devolvió la sonrisa, agradecida.
— Gracias, huele muy rico.— Respondió, tomando la taza con ambas manos.
La madre de Ino observó a Sakura mientras bebía el té, sintiendo una mezcla de alivio y determinación. Sabía que debía seguir protegiendo a Sakura y a su bebé, sin importar los desafíos que enfrentaran.
— Si necesitas algo más, no dudes en decírmelo. Estoy aquí para ayudarte.— Dijo la madre de Ino, apretando suavemente la mano de Sakura antes de salir de la habitación.
Mientras tanto, Mebuki permanecía en la cocina, perdida en sus pensamientos y en la culpa de sus acciones. No sabía que su intento de proteger a su hija había sido frustrado.
La madre de Ino, decidida a no permitir que ningún daño llegara a Sakura, continuaría vigilante, asegurándose de que la joven princesa y su bebé estuvieran a salvo hasta que Kakashi pudiera regresar para llevarlos a un lugar seguro.
Continuará......🌹
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🌹La Princesa & El Ladrón🌹
FanficEn un reino lejano, donde los castillos se alzaban majestuosos y los bosques escondían secretos, vivía la hermosa princesa Sakura. Su pelo rosado como las flores de cerezo y sus ojos verdes como esmeraldas la convertían en la joya más preciada del r...