El castillo dormía bajo el manto de la noche, sus pasillos silenciosos y apenas iluminados por la suave luz de la luna que se filtraba por las ventanas. Sin embargo, en una de las habitaciones, la tranquilidad estaba a punto de romperse.
Sakura abrió los ojos de golpe, sintiendo una punzada de malestar en su estómago. El sueño que había disfrutado junto a Kakashi fue rápidamente reemplazado por una creciente incomodidad. Trató de ignorarlo, pero el malestar persistió, obligándola a moverse con cuidado para no despertar a Kakashi, quien dormía plácidamente a su lado.
Se deslizó fuera de la cama, sus pies descalzos haciendo un leve ruido al tocar el frío suelo de piedra. Llevándose una mano al vientre, intentó respirar profundamente, esperando que el malestar pasara. Pero su cuerpo tenía otros planes, y antes de que pudiera detenerse, sintió un fuerte impulso de náuseas.
Sakura salió de la habitación apresuradamente, cerrando la puerta con suavidad detrás de ella para no perturbar a Kakashi. Caminó por el pasillo, buscando el aire fresco del jardín interior que se encontraba cerca. El aire nocturno le ayudó un poco, calmando la sensación de mareo que la había despertado.
Se apoyó en una de las columnas del pasillo, mirando hacia las estrellas que se asomaban tímidamente en el cielo oscuro. Su mente volvía a llenarse de preocupaciones, no solo por su estado físico, sino también por todo lo que estaba en juego. Sabía que cada decisión que tomara no solo afectaría su vida, sino también la de Kakashi y la del hijo que esperaban juntos.
Mientras estaba absorta en sus pensamientos, sintió una presencia familiar acercarse. Antes de que pudiera girarse para verificar, sintió los brazos de Kakashi envolviéndola suavemente por detrás, su calor inmediato brindándole consuelo.
— ¿Te sientes mal?— Su voz sonó suave y preocupada, con un toque de somnolencia.
Sakura asintió levemente, recostándose contra él.
— Solo un poco de náuseas… Creo que es el bebé.— Susurró, cerrando los ojos mientras el olor a tierra húmeda y a Kakashi la tranquilizaba.
Kakashi la mantuvo cerca, sin decir nada por un momento, dejando que la calma de la noche hiciera su trabajo.
— Deberías haberme despertado.— Dijo finalmente, su tono amoroso y un poco regañón.
— No quería preocuparte.— Respondió Sakura con una pequeña sonrisa, disfrutando de la sensación de seguridad que él le brindaba.
— Siempre me preocuparé por ti… y por nuestro hijo.— Replicó Kakashi, su voz baja y seria.
Sakura sintió una oleada de ternura, y giró su cabeza para mirarlo. Los ojos de Kakashi reflejaban la luz de la luna, y ella vio en ellos la misma preocupación, pero también el mismo amor incondicional que había visto tantas veces antes.
— Lo sé, Kakashi.— Susurró, alzando una mano para acariciar suavemente su mejilla. — Y yo siempre estaré aquí para ti.
Kakashi asintió, tomando su mano y entrelazando sus dedos con los de ella. El silencio volvió a envolverlos, pero esta vez era un silencio lleno de comprensión y amor.
Después de un rato, Kakashi la guió de regreso a la habitación, asegurándose de que Sakura se acomodara cómodamente en la cama antes de acostarse a su lado. Se aseguró de mantener su brazo alrededor de ella, como una promesa silenciosa de que no la dejaría sola, sin importar lo que ocurriera.
Sakura se acurrucó contra él, sintiendo el ritmo constante de su respiración.
— He estado pensando en el bebé...— Dijo Sakura después de un momento de silencio, su voz apenas un susurro en la quietud de la noche.— ¿Has considerado algún nombre?
Kakashi la miró pensativo, y luego, con una leve sonrisa, asintió.
— Sí, lo he hecho. Si es un niño, me gustaría llamarlo "Sakumo", como mi padre.— confesó, su tono lleno de respeto y cariño por el hombre que había tenido un impacto tan significativo en su vida.
Sakura lo miró con comprensión, sabiendo cuánto significaba el nombre para Kakashi.
— Sakumo...— repitió ella, probando el nombre en sus labios y sintiendo el peso emocional que llevaba. — A tu padre le va encantar la idea de que se llame como el.
Kakashi sonrió al escuchar su aprobación.
— Y si es una niña...— continuó él, mirando a Sakura con un brillo en los ojos.— Me gustaria que fuera como el de una flor... Ume, es una flor parecida a la de tu nombre.
Sakura sintió que sus ojos se llenaban de emoción ante la dulzura de las palabras de Kakashi.
— Sakumo y Ume...— Repitió ella, asintiendo lentamente.— Me encantan ambos nombres. Son perfectos.
Kakashi tomó la mano de Sakura, entrelazando sus dedos con los de ella.
Sakura miró a Kakashi con una chispa de travesura en los ojos.
— Kakashi...— Susurró en un tono suave pero lleno de insinuación, mientras acariciaba con delicadeza su brazo.
Kakashi levantó una ceja, divertido por el cambio repentino en la atmósfera.
— ¿Sí?— Respondió él, curioso por lo que ella podría decirle.
— He escuchado que algunas mujeres embarazadas tienen antojos un poco... inusuales.— Dijo Sakura, intentando mantener una expresión seria, pero el toque de humor en su voz era evidente.
Kakashi la observó con atención, sintiendo cómo la tensión en sus hombros comenzaba a relajarse por completo ante la posibilidad de una conversación ligera.
— ¿Inusuales cómo?— Preguntó él, ya sabiendo que Sakura estaba tramando algo.
Ella se inclinó un poco más cerca, su voz apenas un susurro.
— Como... antojos por ciertas cosas... más íntimas.
Kakashi dejó escapar una risa baja, entendiendo de inmediato hacia dónde se dirigía la conversación.
— ¿Estás diciendo que tienes antojos de mí, Sakura?— Preguntó con una sonrisa juguetona, envolviéndola un poco más entre sus brazos.
Sakura se mordió ligeramente el labio inferior, como si estuviera considerando su respuesta, pero sus ojos traicionaban la diversión que sentía.
— Tal vez...— Dijo finalmente, dejando que la palabra colgara en el aire entre ellos, disfrutando del efecto que tenía sobre Kakashi.
— Bueno, si eso es lo que quieres, no tengo problema en cumplir con tus antojos.— Respondió Kakashi, su tono bajo y con una ligera picardía mientras inclinaba la cabeza para besarla suavemente en la frente.
Sakura rió suavemente, sintiéndose más ligera que en mucho tiempo.
— No me malinterpretes, no estoy hablando de algo pervertido.— Añadió ella, guiñándole un ojo.— Pero no me molestaría si me despertaras así más seguido.
Kakashi la miró, aún sonriendo, y la besó suavemente en los labios, prolongando el momento por unos segundos.
— ¿Sabes? Podría acostumbrarme a cumplir con estos "antojos"— Dijo finalmente cuando se separaron, su voz cargada de cariño.
Sakura se recostó de nuevo en su pecho, sintiendo su corazón latir con fuerza bajo su mejilla, y dejó escapar un suspiro de satisfacción.
— Yo también podría acostumbrarme.— Murmuró, cerrando los ojos mientras la calidez de Kakashi y el confort de su presencia la envolvían.
Y así, mientras el castillo dormía en silencio, Sakura y Kakashi compartieron un momento de risa y amor, imaginando juntos un futuro lleno de dulces antojos y risas compartidas.
Continuará.....🌹
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🌹La Princesa & El Ladrón🌹
FanfictionEn un reino lejano, donde los castillos se alzaban majestuosos y los bosques escondían secretos, vivía la hermosa princesa Sakura. Su pelo rosado como las flores de cerezo y sus ojos verdes como esmeraldas la convertían en la joya más preciada del r...