🌹 Capítulo 111🌹

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Sakura estaba sentada junto a la ventana, concentrada en tejer una manta para su bebé. Sus manos se movían suavemente, y mientras trabajaba, tarareaba una melodía que resonaba en su corazón. Era la misma canción de cuna que tanto ella como Kakashi habían escuchado y cantado en su infancia, una conexión inesperada que los había sorprendido cuando lo descubrieron.

Kakashi, que estaba caminando por los pasillos del castillo, se detuvo al escuchar la melodía. Se quedó en la puerta, observando en silencio cómo Sakura tejía con cuidado y tarareaba la canción que tanto significaba para ambos.

Al sentir su presencia, Sakura levantó la vista y le sonrió.

— Estaba pensando en lo increíble que es que ambos hayamos crecido con la misma canción.— Dijo Sakura, su voz suave y llena de emoción.— Sin imaginar que ambos somos familias reales.

Kakashi se acercó a ella, tomando asiento a su lado.

— Si, el día que había llegado aquí, escuché a mi madre cantar la canción de cuna, y ahi es cuando mi recuerdo se volvió más claro.— Respondió, devolviéndole la sonrisa.

Sakura asintió, recordando cómo se habían dado cuenta de la coincidencia.

— Nunca imaginé que una simple canción pudiera tener tanto significado. Pero ahora, cada vez que la canto, me imagino jugar todo el tiempo con mi pequeño o pequeña.

Kakashi tomó una de sus manos, mirándola con cariño.

— Yo también me imagino verlo correr por los pasillos y detrás de el a mi padre o madre o ambos.

Sakura apretó su mano con ternura.

— Me preguntó cómo estará mi hermano... Me siento culpable de rechazarlo... El no tenía la culpa de mi madre y padre..

— Lamento oir eso.

— Me siento tan mal que... Ni siquiera se su nombre...

— ¿Quieres que mandé averiguarlo?

— Si.. si me gustaría saberlo..

Kakashi asintió.

— Está bien... Pero antes...— Se sentó a su lado, mientras se sentaba a su lado apoyando su cabeza en el hombro de ella.— Sigue cantando la canción.

Sakura, con una sonrisa, continuó tarareando la melodía mientras acariciaba la manta que estaba tejiendo. Después de un momento, levantó la vista hacia Kakashi.

— ¿Te has imaginado cómo será nuestro bebé?— Preguntó, su voz suave y llena de esperanza.

Kakashi sonrió, asintiendo mientras sus pensamientos vagaban hacia el futuro.

— A menudo lo hago. Me imagino que es igual a ti...— Dijo con ternura, acariciando su mejilla con los dedos.

Sakura sonrió, sus ojos brillando con emoción.

— Yo creo que será como tú...

Kakashi se inclinó hacia ella, apoyando su frente en la suya.

— ¿Cree que sea niño?

Sakura asintió, sintiendo una calidez en su corazón.

— Estoy segura de que será un pequeño como tu.

— No, prefiero que sea como tú...

Ambos cerraron los ojos por un momento, permitiéndose imaginar el futuro, lleno de risas y alegría.

Kakashi rompió el silencio con una sonrisa.

— ¿Crees que sea un buen padre?

Sakura sonrió y asintió.

— Estoy segura de que sí.

— No fui bien criado... Y a demás...— Sakura lo interrumpe.

— No importa como te crío Tai, ¿sabes porque?, nunca fuiste igual a el... Si fuera asi, no me hubiera enamorado de ti.

Kakashi beso su frente, ella lograba hacerlo sentir mejor, el tenía miedo de imaginarse enseñándole a su hijo a ser una persona terrible.

Ambos se quedaron abrazados, mirando por la ventana las hermosas vistas que tenían.

Mientras tanto Tai se encontraba de pie en una colina, observando la lejana silueta del castillo de la aldea de la Hierba. A lo lejos, los muros se alzaban imponentes, un recordatorio del poder que deseaba tomar para sí. A su lado, sus seguidores se preparaban para el ataque, sus rostros endurecidos por la lealtad y la ambición.

— ¿Estás seguro de que la princesa sigue ahí?— Preguntó uno de sus hombres, mirando hacia el castillo.

Tai asintió, su mirada fija en el objetivo.

— Ella está encerrada en su habitación, es imposible que la dejen salir de ahí, después de la boda con mi hijo.—Respondió, su voz llena de convicción.

El hombre asintió, aceptando la seguridad de Tai. Sabía lo mucho que su líder deseaba a Sakura, y lo que estaba dispuesto a hacer para recuperarla.

— ¿Qué harás cuando la tengas?—Preguntó otro de sus seguidores, su voz llena de curiosidad.

Tai esbozó una sonrisa cruel.

— Haré lo que siempre debí hacer: casarme con ella y gobernar el país de la Hierba. Con Sakura a mi lado, seremos invencibles.

Mientras tanto, en Konoha, Sakura y Kakashi permanecían ajenos a los planes de Tai. Ambos estaban enfocados en construir una vida nueva, lejos de los horrores del pasado, aunque la sombra de lo que dejaron atrás seguía acechándolos. Sin saber que Tai estaba más decidido que nunca, ambos seguían adelante, confiando en que su futuro juntos estaba a salvo.


Continuará......🌹

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