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Un año después

Ricky

Un maldito año ha pasado desde la desaparición de Adelaida, la busqué por cada país que tienes el jodido mundo.

No apareció.

Un año sin verla, sin tenerla entre mis brazos, sin saber si mi hijo vive o ella todavía. Nunca me voy a resignar a su partida. Ella no está muerta, nunca lo voy a creer.

Busque a Noah por todo el país de España, pero fue como si se hubiera escondido bajo tierra.

—"Jefe, la mercancía de los rusos acaba de llegar". — Me informa Mateo.

Tomé el lugar de Adelaida en la mafia de Italia, ahora soy el rey de Italia y de Alemania. Viajo para quedarme un mes en Italia y otro mes en Alemania.

—"Ya sabe qué hacer con eso".— contestó. Mateo y yo a lo largo de este año hemos formado una amistad. Es el único como yo que no se rendirá en la búsqueda de Adelaida.

—"Sé que este año ha sido muy malo para ti, pero quizá un poco de distracción te ayude". — Me sugiere, Mateo.

No quise estar con nadie durante este año, quería tener en mi piel la última caricia de Adelaida, no soportaba tener otra mujer en mis brazos que no fuera ella.

—"Quizá salgamos esta noche a festejar que la mercancía de arma llegó bien como cada mes".—dije con sarcasmo.

Cuando la noche llegó fui a una discoteca con Mateo. — Nos sentamos en el área VIP, no quería que nadie se me acercara.

—"Qué quieres de tomar"— pregunta Mateo.

—"Lo mismo de siempre". — Él sabe que me encanta el whisky.

Luego de unos segundos vi a una hermosa chica mirándome fijamente desde otro asiento. — La ignoré, no quería a nadie en mi cama.

Alrededor de la madrugada volvimos a la casa de seguridad, estaba ebrio esa salida, me ayudó después de todo.

—"Buenas noches".— dijo Mateo mientras se retiraba.

Me fui a la habitación que le hubiera pertenecido a Adelaida, nunca estuvo en su nueva casa. — Me quedé dormido al instante.

La mañana siguiente me estoy cambiando para las nuevas tareas que tocan hacer hoy. Negocio con la mafia china.

Escuché un golpe en la puerta antes de escuchar la voz de Mateo. —"Jefe, es una emergencia".

Caminé hacia la puerta y cuando la abrí, Mateo estaba parado como si hubiera corrido un maratón.—"¿Qué pasa?" — pregunté por cómo estaba.

—"Es Adelaida".— Sus palabras hicieron que mi corazón brincara.

—"¿Qué pasa con Adelaida?" — dije. No quería que me diera la noticia de que estaba muerta finalmente.

—"Fue vista en España con vida".— contesta. Lo miro sin creer lo que acaba de decir.

«¡Viva, mi reina está viva!»

Corrí hacia la salida listo para tomar el puto avión y yo mismo irla a buscar. Pero la voz de Mateo se me detuvo.

—"Adelaida fue vista saliendo de una iglesia, mientras llevaba un vestido blanco. Al parecer se acaba de casar".

Guerra de Amor {2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora