Ella es mi mujer

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Ricky

Me sentía como el peor hombre, miré a Adelaida mientras lágrimas se deslizaban por su mejilla. Sus palabras me dolieron, pero el dolor que reflejabas en sus ojos era peor.

—"Por favor".— dije bajando mi frente a la de ella.

—"No, Ricky". — Se alejó de mí. —"Sabe que esto si no tiene perdón". — Se giró para abrir la puerta del carro. La iba a detener, pero su voz me detuvo. —"Déjame ir, no te atreva a acercarte a mí".

Me alejé de ella y vi cómo se montaba en el carro. Cuando se fue, caminé de regreso al apartamento donde Zoe estaba parada en la puerta.

—"¿Cómo puede ir detrás de esa zorra y dejarme a mí que estoy esperando a tu hijo sola?"

Me acerqué a ella hasta que tuve a centímetros de su cara.

—"No te atreva a volver a llamar a mi mujer zorra, entendiste."—Entré a la casa y la escuché seguirme.

—"Por Dios, tu mujer te está escuchando, yo voy a ser la madre de tu primer hijo; ese es mi título".

No le respondí y me senté en el sofá. Ella se acercó, poniéndose frente a mí mientras cruzaba los brazos.

—"Eres mío y no dejaré que esa zorra me robe la familia que vamos a hacer".

La miré. —"Si alguien le pertenezco es Adelaida, soy de ella desde la primera vez que la tuve en mis brazos, escúchame bien, no somos ninguna familia, nunca lo seremos. Amo a Adelaida y jamás podría amar a otra que no fuera ella".

—"Pero te daré un hijo".

—"Si ese hijo es mío, nada le faltará, pero no quiero que vuelva a mi apartamento nunca sin avisarme". — Cuando Zoe me dio la noticia sentí un dolor grande. Dicen que un hijo es una bendición pero no se sentía así. Desde entonces se la pasa apareciéndose como si fuera mi esposa.

—"Claro que este hijo es tuyo".— Agarra mi cara y se inclina para besarme, pero antes de que tenga oportunidad de hacerlo, giro mi cara.

—"Lo que pasó entre nosotros solo fue esa noche, nunca más volverá a pasar". — Llevaba un mes intentando recordar y no pude. Esa noche fue como si nunca hubiera existido en mi cabeza.

—"Si solo me diera la oportunidad, haría que olvidara a esa zorra, pero solo te la pasa rechazándome".

Me paré del sofá y la agarré del brazo, empecé a llevarla hacia la puerta. —"Ricky, ¿qué demonio crees que haces?". — No respondí.

Cuando la llevé afuera, ella me miró con enojo. —"Nadie en esta vida hará que la olvide, no quiero volverte a ver en mi apartamento. Esta misma semana te mandaré hacer una prueba para confirmar si ese hijo es mío; si lo es, tendrá de todo, pero lejos de mí. Seré un buen padre para mi hijo, pero no tengo obligaciones de ser bueno contigo". Y así cerré la puerta.

Guerra de Amor {2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora