Haciendo el amor

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Ricky

Follábamos, pero hacíamos el amor en cada roce cada vez, solo que a nuestra manera hacía que la cosa fuera mucho mejor.

Miré cómo Adelaida subió su cadera y colocó mi pene en su entrada. Bajó despacio por mi pene, haciendo que soltara un gemido.

Cuando entré por completo dentro de ella. Ella gimió. — "Mierda, creo que tu pene crece cada vez más o todavía no me acostumbro a tu tamaño".

Se quedó sin moverse unos segundos, luego colocó sus manos en mi pecho y empezó a moverse a un ritmo que me hizo perder la cabeza.

—"Maldición, mujer, eres mi droga, mi jodida debilidad".— dije pasándome una mano por el cabello para controlarme.

Ella empezó a bajar de golpe, cada vez bajaba, haciendo que mi pene entrara más profundo en ella.

—"Ricky".— La escuché gritar.

Envolví mi mano en su espalda antes de bajarla para besarla. Reclamé sus labios.—"Te amo, te amo tanto".— dije contra sus labios.

—"Yo también te amo".

Ella volvió a colocar su mano en mi pecho y empezó a moverse más rápido que antes.

Sentí cómo mis ojos se ponían blanco de tan jodidamente bien que se sentía.

Agarré su cintura y empecé a moverme con ella, encontrándola cada vez que bajaba.

—"Ricky".

La giré, colocándome encima de ella sin salirme de ella. Empecé a penetrarla como tantas veces lo había hecho, pero esta vez con la gana de nunca dejarla ir de mis brazos. —"Te amo".— dije antes de volver a besarla.

Subí un pie a mi hombro para que me siguiera, sintiendo más profundo dentro de ella.—"Dime cómo demonio podría engañarte". — Empecé a entrar de golpe. —"Dime si cuando estoy dentro de ti estoy en el jodido cielo". — Agarre su otra pierna antes de subirla a mi hombro.

Aumente el ritmo agarrado a sus piernas. — "Joder, Adelaida, te sientes tan bien que será difícil pasar un minuto sin estar dentro de ti".

—"Ricky, estoy cerca".

—"Vamos, entonces déjame sentir cómo aprietas mi pene, hazme perder la puta cabeza como solo tú sabes hacerlo".

Cuando sentí su interior apretar mi pene, bajé su pierna para agarrar su cintura y aumenté el ritmo.

Bajé hacia sus labios para reclamarlo sin dejar de moverme. Gimió entre mis labios cuando la sentí temblar contra mi cuerpo. Nunca me cansaría de sentirla cada vez que tenía un orgasmo.

Cuando supe que estaba cerca aumenté más mi movimiento. Cuando estaba a punto de correrme, bajé para buscar sus labios otra vez.

—"Te amo".— dije antes de moverme una vez más y correrme dentro de ella.

Cuando mi respiración se tranquilizó, la miré y aparté el cabello de su cara.—"Quédate conmigo la noche entera, necesito sentir tu cuerpo contra el mío".

—"Seré tuya la noche entera".

Guerra de Amor {2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora