Fiesta

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Adelaida

Si ahora mismo me dijera que el amor no duele, le respondería que nunca amo a esa persona. El dolor en mi pecho era la confirmación de eso.

Llegué a mi casa y fui directo hacia la habitación, me tomé una medicina para poder descansar, quería olvidar todo, quería que cuando despertara de nuevo todo fuera un sueño.

La medicina hizo efecto rápido y me quedé dormida.

Cuando me desperté todo estaba oscuro, al parecer había dormido todo el día. Fui al baño a ducharme. Cuando me puse mi pijama y me acosté de nuevo, tenía que bajar a comer pero sabía que la comida no me pasaría.

Volví a dormir, era la única forma de no pensar en lo que estaba pasando.

Una semana después.

Pasé una semana sin salir de mi habitación pero hoy no iba a quedarme en mi cama llorando. Me duché lista para seguir con mi vida, no podía estar sufriendo por alguien que me hizo daño.

Noah venía hoy; teníamos un hablado. — Bajé a la sala y Mateo y Lucas estaban abajo.

—"Contrata a la mejor organizadora de fiesta, necesito que me instale todo. Esta noche habrá una gran fiesta". — Ellos me miraron sin creer mis palabras. — "Vayan, no me hagan mandar a otra persona".

El día pasó rápido, cuando vine a darme cuenta ya casi iba a oscurecer, la casa estaba decorada. Noah llegó al mediodía; agradecí que no hiciera pregunta.

Fui al baño y me duché, me puse un vestido de lo más sexy que tenía. Bajé de nuevo a la sala y estaban todos mis hombres en ella.

Sentí una mano envolverme el brazo, miré hacia arriba y vi a Noah; no tenía buena cara.

—"¿Qué diablo lleva puesto?".

—"Ropa"

—"Se le puede llamar ropa a eso, ve y cámbiate, está mostrando todo".

Suelto su agarre de mi mano. —"Si te molesta verme, sube y vete a dormir".

—"Adelaida".— Lo escuché decir con los dientes apretados por el enojo.

Pero empecé a caminar dejándolo atrás, sabía que iba a empezar a amenazar pero ahora mismo quería olvidar todo.

Tomé un vaso de whisky, necesitaba empezar con algo fuerte.

Mateo se me acercó. —"Tenemos que hablar".

—"Por favor, Mateo, cualquier negocio puede esperar".

—"Es importante".

—"Bien, sígueme al despacho".

—"No, esto es demasiado delicado para hablarlo, aquí tenemos que ir a otro sitio".

Lo miré. —"Me está asustando".

Guerra de Amor {2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora