Llamada

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Adelaida

Escuché a Noah reír en contra el teléfono. —"No me haga decirle a Thiago que cumpla con el encargo". — Sus palabras hicieron que mi corazón se acelerara.

—"No tiene caso, estoy haciendo lo que me dijiste".

—"Entonces, será mi mujer en todo lo sentido cuando esté en Italia". — Sabía que me estaba chantajeando con eso.

—"Sí, Noah, seré tu mujer en la cama también cuando esté en Italia". — Respondí lo que quería escuchar, pero una vez que estaba aquí, eso nunca iba a pasar.

Colgué el teléfono y unos aplausos me sobresaltaron. Miré hacia el sonido que provenía de la puerta. Ricky estaba parado, mirándome con odio.

—"Muy lindo".—dijo, supe que escuchó lo último de la conversación.

—"Ricky".

—"Soy un maldito estúpido. Cada vez que creo en ti, siempre sale con mentira". — Se pasó una mano por el cabello. — "Dime cuándo se acabará esa puta venganza que tiene conmigo, cuándo dejará de hacerme daño".

Me paré de la silla para ir hacia él, pero en el momento en que me levanté, su voz me detuvo.

—"No hace falta que dé una explicación, el culpable soy yo por caer en tu puta mentira una y otra vez como un tonto".— Y así, diciendo sus últimas palabras, sale del despacho.


Ricky

Ahora mismo, si de algo me arrepiento es de haberme enamorado como un tonto de una mujer a quien le importa mierda lo que siento.

«Maldición» Debí alejarme de ella desde que supe sus intenciones conmigo. Nada de esto me estaría pasando.

Conduje hasta mi apartamento para intentar tranquilizarme. Cuando llegué, cerré de golpe la puerta.

No perderé la cabeza por ella. Si ella se acostara con alguien, tengo el derecho de hacer lo mismo. Con enojo, tomé mi teléfono y le mandé un mensaje a Zoe para que viniera a mi apartamento. Agradecí cuando respondió que iba a ir cuando saliera de trabajar.

Pasé todo el día distrayéndome con mis negocios de Alemania, escribiéndome con Isaac.

Antes de que me diera cuenta ya la noche había caído.Fui al baño a ducharme para alistarme, todavía mi pensamiento de hacerle lo mismo no se había ido de mi mente.

Alrededor de una hora más sonó el timbre de la puerta; cuando la abro, Zoe estaba parada cambiada en un lindo vestido azul.

—"Buenas noches". —dice, sonriéndome.

—"Vamos, entra, tiene que responderme algunas preguntas". — No quería saltar arriba de ella, no merecía mi enojo.

Cuando se sentó, fui a la cocina a preparar dos vasos de whisky. Le pasé uno. — "Solo tomaré uno, cuando tomo mucho me descontrolo".

La miré sonriendo. —"Quizá eso es lo que busco".

Guerra de Amor {2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora