Adelaida
Sé que estoy poniendo todo en peligro, pero lo extrañé como nada en este mundo este año sin tenerlo cerca entre mis brazos.
Puedo sentir que está dolido por mis palabras, enojado, celoso, no lo culpo, yo estaría peor.
—"Ricky, por favor, tenemos que detenernos". — Suplique.
Se apartó de mí. —"Dime que no te muere porque esté dentro de ti, dímelo mirándome a los ojos". — Levantó mi barbilla para que lo viera. —"Si de verdad no quiere, me iré, jamás te obligaría".
Claro que moría porque me hiciera suya, pero el miedo de saber que Noah está abajo era más fuerte.
—"No quiero estar contigo".— respondí.
Se acercó a mí. —"Mentira".— pasó una mano por mis mulos. — "Siento cómo tiembla cuando te toco, veo en tus ojos las ganas que me tienes".
—"Noah".— dije ignorando sus caricias.
—"No mencione a ese viejo de mierda cuando está conmigo, solo dirá mi nombre".
Puso ambas manos en mis mulos y la separó. Me besó de nuevo con gana, respondí con la misma gana.
Sentí cómo colocó su pene en mi centro y gemí cuando entró despacio. — Separé mi boca de la de él y lo miré a los ojos.
Un gemido escapó de mis labios cuando por fin estuvo dentro de mí. Agarro mi cara con ambas manos antes de volver a besarme.
Mi mente solo pensaba que Noah no viniera, pero ese pensamiento se fue cuando Ricky empezó a moverse.
—"Ricky". — gemí.
—"Ese es el único nombre que puede decir".— dijo aumentando sus movimientos.
Clavé mis uñas en su espalda. joder, después de un año por fin lo tenía entre mis brazos.
Mi corazón se aceleró cuando escuché un paso acercarse a la puerta; supe que era Noah. Miré a Ricky con los ojos de par en par.
—"Para".— dije empujándolo.
Pero él solo me sonrió y aumentó sus movimientos. —"Ricky, demonio de verdad para". — Hizo todo lo contrario, me cargó y empezó a caminar hacia la puerta.—"¿Qué diablo está haciendo?" — pregunté con el corazón acelerado.
—"Te quiero seguir follando, pero ahora contra la puerta".
Dios sabía que lo estaba haciendo porque Noah podía escucharnos. —"No Ricky".— intenté bajarme de él pero no me dejó.
—"Tú eliges amor, te follo contra la puerta o me dices la jodida verdad". — No podía creer que hizo todo esto para manipularme.
—"Ya te dije la puta verdad".—contesté.
—"Pensé justamente que diría eso".—Choco mi espalda contra la puerta.
Escuché un golpe en la puerta, lo miré suplicándole con los ojos que no hiciera nada.
Se inclinó hacia mi oído. — "Vamos a comprobar que tanto ama a tu esposo"
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Guerra de Amor {2}
ActionAdelaida. Es hora de volver a ser la reina de Italia pero esta vez sin corazón. Dispuesta a matar y a destruir a todo en mi camino. El tiempo solo te hace más fuerte, pero ¿dónde está la fuerza cuando vuelve a ver al amor de tu vida? Tanto tiempo y...