Perdóname

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Ricky

Cuando llegué a la casa de seguridad, subí hacia la habitación donde sabía que se quedaría sin importarme que el estúpido estuviera ahí.

Cuando abrí la puerta, casi gritó de sorpresa, tenía una toalla alrededor de su cuerpo, al parecer se acaba de duchar.

—"Ricky, ¿qué haces aquí?"

No respondí; miré alrededor de la habitación; no había señal del pedazo de mierda. Me giré a cerrar la puerta.

—"Ricky".— Volví a escucharla.

Caminé hacia ella, parado a centímetros de su cuerpo.—"¿Él tiene a nuestro hijo, verdad?" — pregunté. Era obvio que Noah tenía poder sobre ella y eso me llevó a esta conclusión.

La miré, sus ojos se llenaron de lágrimas, pero cuando supo lo que hizo, se enderezó nuevamente.

—"Lo aborté, no escuchaste mis palabras".— dijo dándome la espalda.

—"Jamás sería capaz de matar a nuestro hijo".— La miré temblar, mis palabras le estaban haciendo el efecto que esperé.

Envolví mis brazos alrededor de su cintura. Acerqué mi cuerpo a su espalda. — "No me responda, sé la verdad". — La giro para que esté de frente. — "Te juro que lo vamos a recuperar".

—"Te dije la verdad, lo maté".

Agarré su cara con ambas manos de la mía. — "Si ese fue el caso, lo hiciste por una buena razón". — Me dolió lo que hizo, pero al entenderla estar secuestrada, quizá pensó que era la mejor solución.

Y aquí estoy yo como si fuera una mierda, sintiéndome peor que nunca por no ayudarla cuando me necesitaba.

Acerqué mis labios a los de ella, la besé de una manera tierna. —"Perdóname".— dije contra sus labios. —"Perdóname por no encontrarte y salvarte a ti y a nuestro hijo"

—"No hiciste nada, Mateo me dijo que me buscaste por todos los países".

—"¿Pero de qué demonio sirvió si no te encontré?" — contestó. Esta vez fue ella quien volvió a besarme, haciendo que todo el mal momento quedara en silencio.

La agarré de la cintura subiendo para cargarla, ella envolvió sus piernas alrededor de mi cintura. Caminé directo hacia la cama.La coloqué suavemente.

—"Ricky, no podemos".— La escuché decir mientras intentaba levantarse de la cama.

Acerqué mi cuerpo al de ella para que no tuviera escapatoria. —"¿Por qué no?"— pregunté.

—"Noah, está abajo, puede subir en cualquier momento". — Contesta. Recordar que ahora está casada me llena de celos más cuando su boca dice su nombre.

Mi lado posesivo tomó todo el control. Le arranqué la toalla. —"Mejor así escucha a quien le pertenece de verdad"

Guerra de Amor {2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora