Es mi esposo

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Adelaida

Después de tanta promesa que le hice a Noah, por fin me dejó ir con Ricky a mi despacho para hablar con él a solas.

Caminé hacia mi despacho. — Tome asiento cuando llegue al escritorio. Ricky cerró la puerta y se acercó a mí.

—"¿Por qué deja que te bese?". — Reclamo.

—"Es mi esposo".— dije recostándome en el asiento.

—"Tengo que volverlo a repetir que me importa una mierda quien sea". — Se acercó a mí hasta quedar parado cerca de mi silla. —"No dejes que te vuelva a besar, ¿me escuchas?"

—"Es mi esposo, tiene todo el derecho".— Conteste. Tampoco me gustaba el hecho de sentir los asquerosos labios de Noah sobre los míos.

—"Lo vuelve a hacer y juro que le podré un tiro entre la frente".

Me paré de la silla al pararme, estaba más cerca de su cuerpo. — "No matará a nadie, mucho menos a mi esposo".

Me agarró de lo cabello, trayéndome más cerca de él. — "Eso lo veremos, no dejaré que nadie bese o toque lo que es mío"

—"No soy tuy—

Pero Ricky no me dejó terminar las palabras porque chocó sus labios con los míos. Intente alejarme de él, pero envolvió su otra mano en mi cintura, apretándome contra él.

Me rendí al beso, gemí al volver a besar esos labios que tanto extrañé, ese sabor que solo él tiene. Esos labios que nunca olvidaré.

—"Eres mía, solo mía".— dijo contra mi boca. Volvió a besarme con furia, con celos podía sentirlo.

—"Ricky".— gemí contra su boca, volver a sentir sus labios me hizo querer quedarme así por siempre.

—"Mi amor".— Contesta.

Bajo sus manos, hasta mi trasero, sabía lo que quería hacer pero lo detuve. —"No podemos, soy una mujer que está casada". — Noah estaba en la sala, podía entrar al despacho. No me imagino lo que sería capaz de hacer si viera que acabo de romper la única regla que me puso.

—"Podemos y no me importa que esté casada, eso es un estúpido papel".— Agarró mi trasero y antes de que pudiera reaccionar, me colocó sobre el escritorio. —"Eres mía, jodidamente mía y no permitiré esto"

—"Ricky".—dije amenazador.

—"Sabe lo día que estuve soñando con tenerte de nuevo y llega casada en brazos de otro hombre". — Se colocó entre el medio de mis piernas. — "Mientras yo mande un puto ejército países por países en tu búsqueda, tú eres capaz de besar a otro delante de mí"

Bajé la cabeza, no podía decirle nada por el bien de ambos. Ricky colocó su mano en mi barbilla, obligándome a que lo viera.

—"¿Dime dónde está mi hijo y por qué demonio te casaste con ese viejo de mierda? Quiero la puta verdad o juro por Dios que ahora mismo voy y le pego un tiro"

Guerra de Amor {2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora