Al acecho

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Spider-Punk despertó, se hallaba acostado y cubierto de vendas dentro de un departamento deshabitado. ¿Quién lo había llevado hasta ahí y le había puesto los vendajes? ¿Riri? ¿Cap Anarquía?

Se puso de pie, su cuerpo sufrió punzadas en diferentes partes, tomó aire hasta apaciguar el dolor y usó su sentido arácnido. No había nadie con él. Quien le ayudó ya no estaba, de todas formas le iba a agradecer, si lo hubiera dejado inconsciente en la calle los policías lo hubieran aprisionado y el gobierno estaría haciendo experimentos con él.

Miró la pantalla de su celular, eran las cuatro de la mañana y tenía un sinfín de llamadas perdidas, estuvo fuera de su edificio por diecinueve horas e inconsciente por casi diez. Se quitó los vendajes y se acomodó los huesos rotos, habían sido doce en total, cuatro en la mano derecha, cinco en los brazos y tres en las costillas. Estuvo por desmayarse de nuevo un par de veces. Después cubrió las heridas con telaraña para que no volvieran a abrirse y sus huesos quedaran fijados y salió de ese lugar a pesar de que cada paso le causaba dolor. Fue un martirio llegar al callejón donde había dejado su mochila. Se cambió su traje teñido de sangre por ropa casual y limpia, luego se dirigió a su edificio, escaló la pared y entró a su departamento por una ventana.

Apenas durmió, a las seis Flint lo despertó con sacudidas. Hobie apretó la mandíbula para no gritar de dolor.

—¿Qué onda?

—¿Cómo que qué onda cabrón? ¿A qué hora volviste? Te esperamos hasta media noche y no llegabas. Te llamamos y no respondiste ni con un p%#& mensaje —vociferó su amigo con una voz más ronca de lo usual.

—Volví como a la una de la mañana —mintió—. Me tomé unos shots y perdí la noción del tiempo.

Flint lo miró como si quisiera darle un puñetazo pero en lugar de eso le dio la espalda.

—Tengo que ir a trabajar, ya hice el desayuno —dijo y se marchó.

Hobie bufó frustrado por tener que mentir a sus compañeros, tomó un baño para limpiar la sangre seca de su cuerpo, algunas heridas le ardieron por el contacto el agua, se puso ropa limpia, de la poca que le quedaba, debía lavar más, luego desayunó lo que había hecho Flint y después atendió el llamado a su puerta. Era Riri.

—Pensé que te verías peor.

—Aunque esté hecho m!"#$% siempre luzco bien —respondió Hobie.

Hizo pasar a su compañera y tomaron asiento en los sillones de la sala.

—Todos se preocuparon mucho por ti, Felicia dijo que si regresabas a salvo te iba a arrancar la cabeza. Incluso yo me preocupé aunque conozco tus habilidades.

—Ese bastardo de Thompson me destrozó varios huesos. ¿Tú no fuiste quien me rescató? Debió ser el Cap Anarquía , me ha salvado una vez más —murmuró Hobie.

—Hablando de él, ten —Riri le entregó dos celulares.

—Ya tengo uno.

—Con el que tienes podrían rastrearte o hackearlo en cualquier momento, con este les será más difícil, no digo que estás 100% seguro pero sí un 99%. El otro es para Capitán Anarquía, se lo das cuando lo veas, así podrás llamarlo si necesitas ayuda.

—Bien.

—No manches Hobie, espabila. Llevas un teléfono fácil de hackear, eres el único que entrega fotos decentes de Spider-Man y vuelves malherido después de cada pelea del enmascarado. Si sigues así un día tendremos al Departamento Thunderbolt en nuestra puerta.

—Ya estás, seré más precavido para que no se vaya todo a la m!"#$%.

El resto del día hizo tareas del hogar y luego descansó. A la mañana siguiente se dirigió en metro a las oficinas de El Clarín, pasó al despacho de Jameson y entregó los videos y fotos de su lucha contra Thompson.

Spider-Punk El Spider-Man AnarquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora