Agente Venom

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Hobie esbozó una sonrisa, que fuera uno los criminales más buscados significaba que lo estaba haciendo bien, que estaba poniendo en problemas a los mandatarios y burgueses.

Su sonrisa se transformó en una mueca al oír aplausos y aclamaciones dentro de la pantalla y también en el pub. ¿Apoyaban que los cerdos tuvieran equipo militar capaz de matar a quien fuera y en cualquier momento? ¿Necesitaban que los bastardos de la policía se vieran como monstruos para que los rechazaran? ¿No era suficiente con toda la brutalidad y la violación a los derechos humanos que hacían?

Hobie bufó, por momentos sentía decepción, le preocupaba que las personas aceptaran tan fácil ser subyugadas. Luego se decía que eran años de adoctrinamiento por escuelas, noticias, películas y otros medios que mostraban a la policía, el ejército, los millonarios y los gobiernos como buenos cuando eran justo lo contrario. La gente solo necesitaba una educación liberadora. Eso esperaba. Levantó su tarro de cerveza y se lo terminó de un trago.

***

Martes seis de julio en la tarde, Capitán Anarquía ingresó a una clínica abandonada, su escondite actual, tomó asiento en la sala de espera y se sacudió el polvo que le cayó por destruir una fábrica de armas perteneciente a Industrias Stark. Si las armas fueran hechas para combatir al fascismo podría tolerar su manufactura, pero se utilizaban para sofocar rebeliones en países de Sudamérica y el Oriente Medio, para expandir el imperialismo de Estados Unidos y para venderlas al mejor postor, muchas veces países fascistas.

Dos drones policiales atravesaron las ventanas de la clínica, lo habían seguido sin que se diera cuenta. Cap lanzó su escudo, destruyó la hélice de una de las máquinas, la rodela rebotó en el techo, después en una pared y después se incrustó en el cuerpo de la otra máquina. Los dos drones quedaron inhabilitados.

La puerta de la clínica fue tirada por un ariete policial, seis oficiales entraron y después ingresó un hombre rubio con corte militar, su cara poseía las facciones de un héroe de película y su figura era recia y estaba envuelta en un traje negro. Se trataba del Agente Thompson.

—Te tenemos suizo terrorista.

—Prefiero ser considerado un cosmopolita anarquista —dijo Cap y recogió su escudo.

Los policías lo encañonaron con armas de alto calibre.

—Karl Morgenthau, queda arrestado por sus crímenes contra el gobierno de Estados Unidos —enunció Thompson.

—Tu país es quien debería pagar sus crímenes contra la humanidad.

—Mi nación protege y libera a la humanidad. Estoy orgulloso de trabajar en sus filas para mantener el orden y la paz.

—Tu nación no ha hecho más que subyugar a la gente desde su creación y tú no eres más que el perro adiestrado del gobierno, te utilizan para mantener su poder —alegó Capitán Anarquía—. Yo lucho por la libertad, igualdad y el bienestar de todas las personas. Ideales que adquirí por mi propio juicio, no fueron valores impuestos por otros como los tuyos. 

Thompson sonrió apretando los dientes, se abalanzó dos metros en un segundo y lanzó un puñetazo. Cap lo bloqueó con su escudo, tuvo que flexionar las piernas para no retroceder, quedó sorprendido por la fuerza del Thunderbolt. Thompson acometió otro puñetazo que acertó en el pecho del anarquista. Cap sintió dolor, se protegió de otro golpe con su antebrazo y lanzó una patada hacia la quijada del súper policía. Thompson eludió ese ataque y respondió también con una patada. Capitán Anarquía la bloqueó con su escudo pero esta vez la fuerza lo hizo retroceder.

—Este traje resultó mejor de lo que esperaba —dijo Thompson, cerró y abrió sus manos y volvió al ataque.

*** 

Spider-Punk El Spider-Man AnarquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora