Conflictos criminales

30 6 0
                                    

—¿Que tal tu día? —saludó Hobie cuando Flint regresó del trabajo.

—Bien, descansaré un momento y luego haré la cena —respondió su amigo de forma seca.

Hobie suspiró, habían pasado seis días desde la manifestación pero sus amigos seguían enojados con él por alejarse durante el disturbio. Se había disculpado explicando que debía tomar fotos y videos para El Clarín pero no sirvió de nada. Felicia era la más enfadada, no le había dicho palabra alguna y si se encontraban en el pasillo ella desviaba la mirada o se encerraba en su departamento.

Hobie volvió a suspirar, minutos después cenó con Flint, apenas intercambiaron un par de palabras y al terminar su amigo se fue a dormir. Hobie hizo una mueca, también se fue a su habitación y se acostó frustrado, no esperaba que el malhumor de sus amigos durara tanto. Se retorció sobre su cama, durmió un par de horas con malestar y en la mañana subió a la azotea para ayudar a Michele en el huerto urbano. 

—Buenos días —saludó él.

—Buen día —respondió Michele sin verlo.

—Ya pasaron varios días —se quejó Hobie—. ¿De verdad siguen sin perdonarme?

Al decir eso Michele lo volteó a ver con una mirada molesta.

—Claro que seguimos enojados—exclamó ella con un tono agudo, más triste que colérico—. Te desapareciste durante el ataque a la manifestación, nos preocupaste mucho, te buscamos durante mucho tiempo y no aparecías, pensamos que te habían capturado o asesinado —un par de lágrimas se le escaparon—. Yo apenas te estoy conociendo y aun así sentí mucho miedo, tus amigos debieron sentirse peor.

Hobie bajó la mirada.

—Lo siento, pero debía ir a tomar fotos para El Clarín.

—Sé que tu trabajo es importante, eres de los que más gana y ayuda a la comunidad —explicó Michele, un poco más calmada pero todavía con un tono afligido—. Pero el trabajo y el dinero no son más importantes que las personas, es un principio de nuestro colectivo.

Hobie cerró las manos con fuerza, se sentía fatal, ser Spider-Man le costaba su integridad física pero se estaba dando cuenta de que también los vínculos que había formado con los demás.

—Lo siento.

Notó que Michele soltaba aire y luego lo miraba con una sonrisa tenue.

—Si de verdad lo lamentas no lo vuelvas a hacer, ahora ayúdame ha mezclar la composta.

Los residuos orgánicos para producir el abono poseían un aroma fuerte y ácido.

—¿Es parte de un castigo? —bromeó Hobie.

—No, es algo necesario, aunque sí debería castigarte —respondió Michele con una sonrisa amplia.

Hobie trabajó en el huerto un par de horas, luego tomó parte del dinero que le sobraba después de dar para las necesidades de la comunidad y salió del edificio. Las palabras de Michele lo habían hecho reflexionar, quería disculparse debidamente con Flint y Felicia y sabía que si les compraba un regalo funcionaria mejor.

Para Flint había pensado comprarle un nuevo cuchillo, el que tenían ya estaba gastado y con poco filo. Con Felicia se le dificultó pensar en un obsequio, sabía que le gustaban las motocicletas pero no podía comprarle una, luego recordó que hace poco había adoptado a un gato así que decidió comprar una lata de comida o un juguete para la mascota.

Su celular zumbó dando aviso de una alerta, había disparos al sur del Bronx. Hobie masculló frustrado, corrió hacia el lugar donde había dejado su mochila con el traje, se quitó sus prendas superiores, luego se colocó a toda prisa la indumentaria roja y azul, la máscara con púas, la casaca de mezclilla y sus lanza-redes.

Spider-Punk El Spider-Man AnarquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora