Refuerzos

32 1 7
                                    

Spider-Punk se encontraba malherido por su lucha contra los líderes del Grupo Silver. Su piel tenía quemaduras, algunos de sus músculos estaban acalambrados, a lo largo de su cuerpo sentía ráfagas de dolor por las cortadas y golpes que había recibido. Pese a todo eso no iba a retirarse. Observó a cada uno de los líderes criminales, levantó los puños y se preparó para luchar. 

Tombstone disparó cinco municiones de electricidad. Spider-Man saltó en arco sobre tres vehículos abandonados, se libró de los proyectiles pero fue alcanzado por una de las ondas expansivas. Su traje y piel sufrieron quemaduras. Silver Sable fue tras él y abalanzó su espada de energía en cortes zigzagueantes. Spider-Punk flexionó cada una de sus articulaciones, la espada zumbó a su alrededor y de la docena de mandobles tres le abrieron cortadas. Silver Sable realizó el amago de una estocada, sonrió y se apartó dos metros de un salto. Su sentido arácnido zumbó, Silvermane se le acercaba por la espalda con la potencia de un tren. Spider-Man efectuó una voltereta hacia la derecha y sorteó por centímetros la embestida. Silvermane frenó, arrojó un puñetazo y golpeó la cabeza del anarquista. Spider-Punk fue lanzado por la avenida hasta que colisionó contra un coche. Su cuerpo se incrustó en la carrocería, los músculos de su espalda parecían tener clavos al rojo vivo y de su ceja izquierda brotaba sangre por una herida profunda.

—Encárguense de él —ordenó Silvermane—. Yo iré por los hombres de Kingpin, ustedes maten a este estorbo, no quiero errores esta vez, tráiganme su cadáver o su cabeza.

Dicho eso se dirigió raudo hacia el sur apartando de un golpe los vehículos en su camino gracias al exoesqueleto plateado que portaba. Silver Sable y Tombstone se acercaron al trepamuros que seguía aturdido contra el vehículo hecho chatarra. Spider-Man se puso de pie pero enseguida cayó de rodillas, su cuerpo no le respondía.

—Esta vez te daré el tiro de gracia —dijo Tombstone y le apuntó al rostro con sus dos armas.

—Espera, mi padre pidió su cabeza —interrumpió Silver Sable, sostuvo su espada de energía y avanzó al enmascarado.

Spider-Punk se esforzó para ponerse de pie pero su cuerpo seguía carente de fuerzas y su mente nublada. Se oyó el silbido de un objeto atravesando el aire, Spider-Man alzó los brazos para protegerse. Un escudo golpeó e hizo retroceder a Silver Sable, rebotó e hirió a Tombstone y regresó a las manos del Capitán Anarquía quien aparecía tras un camión en esa avenida.

—Espero no haber tardado camarada, tuve que incapacitar a los criminales que aterrorizaban esta avenida —dijo y se colocó entre el trepamuros y los cabecillas del Grupo Silver.

Spider-Punk seguía abatido pero escuchar la voz del Capitán Anarquía lo alivió y permaneció sentado mientras reponía fuerzas.

—Ustedes no son delincuentes empujados hacia el crimen por la desesperación y la necesidad —dijo Capitán Anarquía hacia Tombstone y Silver Sable—. Ustedes se han aprovechado de las injusticias de este sistema para obtener riquezas y poder. No les voy a tener piedad.

—Ni nosotros contigo —respondió Silver Sable.

—Cualquiera que se ponga en nuestro camino será eliminado —informó Tombstone.

Apretó el gatillo de la pistola de su mano izquierda y el cañonazo de fuego se proyectó directo al insurgente anarquista. Capitán Anarquía alzó su escudo y bloqueó la munición sin que él o su escudo fueran dañados. Silver Sable acometió por la derecha y lanzó una secuencia de estocadas. Capitán Anarquía movió su escudo de forma precisa y se defendió de cada puñalada, de nuevo, sin que su escudo sufriera siquiera rasguños por la espada de energía. 

Spider-Punk El Spider-Man AnarquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora