Periodistas asesinados

18 1 0
                                    

—¿Y? ¿Acusará al gobierno de la creación de Hydro-Man? —preguntó Hobie frente a Jameson luego de entregar el material que había grabado.

—La confesión de un lunático no es evidencia suficiente —contestó el editor en jefe con voz alta—. Si quieres denunciar al gobierno tráeme pruebas fiables, y también tráeme pruebas de que el enmascarado araña es un revoltoso violento.

Hobie metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta e hizo una mueca. Al menos había derrotado a Hydro-Man y esperaba no tener que volver a luchar contra él por mucho tiempo. Salió del despacho y se acercó a Betty Brant.

—Es bueno verte de nuevo Hobie, aunque quisiera verte todo los días.

—Espero que no en este lugar, las oficinas devoran la felicidad de las personas —su comentario hizo sonreír a Betty, él también sonrió y agregó—. ¿Tenemos otra cita? 

—Me gustaría, pero estos días estaré muy ocupada, debo revisar qué días tengo disponibles. 

—Entiendo, yo igual.

—¿El espíritu libre Hobie Brown está ocupado? —le dijo Betty de forma burlona.

—Los anarquistas también tenemos responsabilidades, aunque quiera holgazanear le debo varias horas a mi comunidad —respondió Hobie con un gesto divertido—. ¿Te parece si hablamos al rato para concretar nuestra cita? ¿Me pasas tu número?

—¿Que tal si guardas mi contacto cuando yo te llame?

—¿Tienes mi número? —Hobie alzó sus cejas sin dejar de verla.

—Lo guardé porque eres uno de los fotógrafos de Jameson —explicó sonrojada—. Debo tener todos sus contactos.

—Claro, bien, esperaré tu llamada —se despidió de ella con un beso en la mejilla que la hizo sonrojar más y él salió de las oficinas de El Clarín.

Regresó a su edificio, todavía no era ni medio día, realizó las labores domésticas de su departamento y ayudó en otros. Como en la semana anterior se la había pasado en la marcha casi no había completado sus horas estipuladas, pensaba hacer todas las posibles ese día para después tener tiempo libre y pasarla con Betty o como Spider-Punk. Horas después, en la noche, cuando ya todos los ocupantes habían regresado, él, Flint y Felicia cenaron juntos. Su amigo lucía decaído.

—¿Sucedió algo? —preguntó Hobie.

—¿No supieron la noticia? 

Hobie y Felicia intercambiaron una mirada de duda.

—No.

—Hallaron a otro periodista muerto.

—¿A otro? —cuestionó Hobie.

—¡Sí! ¿Cómo no lo sabes si es el área de tu trabajo? —interrogó Flint inclinado hacia él, como si quisiera gritarle en la cara y sacudirlo de los hombros.

—Es solo un trabajo para conseguir dinero, no es mi vocación, no cambiemos de tema, ¿cuántos periodistas han muerto?

—Al menos dos confirmados, pero hay otros desaparecidos. Todos de diferentes periódicos no afiliados a Oscorp Media como El Clarín. Los periodistas asesinados estaban investigando a Oscorp Steel.

—Qué sorpresa que las malditas multinacionales usen su poder para guardar sus sucios secretos a pesar del costo humano —despotricó Felicia.

Hobie suspiró, ¿qué delito pudo cometer esa compañía para deshacerse de cualquiera que intentara desvelarlo? ¿Un lavado de dinero? ¿Conexiones con el crimen organizado? ¿Algo peor? Sus pensamientos fueron interrumpidos por el tono de su celular, un número desconocido lo llamaba.

Spider-Punk El Spider-Man AnarquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora