Hobie enfureció al saber que los ejecutivos de Oscorp Steel habían vendido metales en mal estado a toda la ciudad, quiso salir a la calle, unirse a la manifestación y tomar las cabezas de esos directivos miserables, ya fuera metafórica o literalmente. Pero su cuerpo seguía magullado por la paliza del Escarabajo, cada movimiento que hizo al arreglarse le causó dolor. Salió de su departamento y se puso en marcha con la agilidad de un anciano, en especial al subir las escaleras.
Subió hasta el piso más alto, llegó al hogar de Vincent Gonzales y tocó la puerta.
—Que onda Vin, hazme paro, dame algo para la inflamación y el dolor.
Su compañero de piel morena, barba recortada y mirada arisca se cruzó de brazos.
—¿Cómo te lastimaste?
—Ayer salí durante la noche, iba por fotos de Spider-Man cuando dos policías me detuvieron, me resistí, recibí una golpiza pero logré escaparme de esos cerdos —mintió aunque sí le había pasado en otra ocasión.
—Tendré que revisar para ver qué tan severos fueron los golpes y saber qué medicamento darte —dijo Vin y lo hizo pasar.
Hobie masculló, si Vin lo revisaba iba a obligarlo a descansar. Trató de convencerlo para que le diera cualquier medicamento contra el dolor, su compañero no aceptó y reiteró que debía revisarlo. Hobie suspiró con pesadez, tomó asiento sobre un taburete, se levantó la playera y mostró la laceración de su cuerpo.
—¡No ch!#$%&$! ¿Cómo te hicieron esa quemadura? —preguntó Vin, atónito y preocupado.
—Eso, uno de los policías me disparó una munición eléctrica —de nuevo, una mentira actual que era una verdad atrasada.
—No sabía que tenían tales armas, malditos bastardos —Vin le revisó las heridas por unos minutos, después fue a la farmacia improvisada que tenía en su departamento y volvió con dos cajas—: Toma estas cápsulas cada doce horas y ponte esta crema en el área de la quemadura antes de dormir. Y toma un descanso.
—Lo intentaré.
—No es una sugerencia. No salgas ni por trabajo ni a la marcha.
Hobie masculló de nuevo y salió del departamento de Vin. Ese día no fue Spider-Punk ni se unió a la manifestación, pero tampoco se quedó quieto. Luego de tomarse una cápsula de medicamento ayudó a sus compañeros en tareas domésticas, entre unas diez personas dejaron todos los departamentos ocupados reluciendo de limpios. Con eso ya solo le faltaban dos horas que otorgar a su comunidad y el resto de la semana lo tendría libre para hacer lo que quisiera.
En la tarde llegó Felicia, los ojos le brillaban y sus labios estaban curvados en una sonrisa triunfal.
—Llegas temprano, ¿qué sucedió? —preguntó Hobie al encontrarla en el pasillo de su piso.
—Estuve en la manifestación contra Oscorp Steel —la sonrisa de Felicia se amplió y mostró todos sus dientes—. Logramos que esos malnacidos cerraran sus oficinas.
Hobie no podía creerlo, chocó los puños con su amiga de cabello platinado y ambos profesaron un gritó de triunfo, rasposo y tan sonoro que traspasó a otros pisos. Oscorp Steel era una multinacional poderosa, era increíble que hubieran conseguido eso. La emoción de Hobie se apagó de pronto, la sucursal en Nueva York habría cerrado pero tendría muchas otras en el país y alrededor del mundo, además, el principal accionista de la empresa, quien era a la vez el presidente de la nación, no tendría ninguna consecuencia.
No compartió esos pensamientos con Felicia, ella se notaba eufórica y no quiso arruinarle eso. Unos minutos después vio que Flint también llegaba, pero su amigo corpulento de cabeza rapada se mostraba decaído.
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Spider-Punk El Spider-Man Anarquista
FanficSpider-Punk lucha contra la tiranía del presidente Norman Osborn y el sistema inhumano en el que se encuentran todos.