Capitulo Veintidós.

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[Lunes]
[06:35 a.m]

Me levanté adormecida, jamás había dormido tan plácidamente, al voltear para saber que era ese gran bulto en mi regazo caí en cuenta lo que pasó anoche.
Ohh que dulce...
Aún sigue aquí, conmigo, tal y como estaba anoche.

Sonreí levemente y le dejé un beso en la frente, si, le iba a hechar la bronca a ella, Thomás y a Joseph pero por ahora no, todavía puedo disfrutarla un poco más...

-Oye Niña...ya es hora de levantarse... - susurré con malicia.

-Mmm, deja dormir...

-Si no te levantas... te levantaré de una forma... no tan honorable...

-Ya basta...

-Tu lo pediste...

★★★

Caminaba por las calles neutral, no sonreía a diferencia de ayer. El sol me estaba molestando bastante ¿Razón por la cual e salido a la calle a las 9 de la mañana? Simple, hay algo más fuerte que el sueño y esto es llamado HAMBRE.
Y al parecer a todo el mundo se le olvidó que debían comer y por lo tanto, no se am preocupado en comprar de comer.

Llegué al centro comercial y sin dudarlo entre, inmediatamente el cambio de temperatura me golpeó, resulta que este local tiene aire y afuera hace un calor del demonio. Miré a los lados y me deleite con la imagen de frutas; Manzanas, Peras, Durazno, Frambuesas, Bananas, sandías, fresas,... En fin, muchas frutas.

Apenas estaba eligiendo que comprar cuando Matías ya estaba a mi lado. Matías es uno de los trabajadores de aquí y pues, me agrada mucho, por un tiempo intentó algo conmigo pero mi depresión no me dejaba devolverle los gestos y por eso mismo, terminamos. Aunque ahora tenemos una muy buena amistad.

-¿Que vas a querer hoy niña? - dice en tono burlón.

- A ver... un kilo de fresas, un racimo de bananos y cinco manzanas - al terminar este me miró con una ceja alzada mientras tomaba nota - la dieta del ballet es de frutas...

-Ohh, no sabía que de nuevo estás bailando.

-Si, empecé no hace mucho, dentro de cuatros días va a ser mi primera presentación.

-Entonces estaré allí para verte - dice de forma juguetona - bueno, creó que no hace falta decirte por dónde debes ir para pagar.

Asentí y acompañada de el fuí a pagar las compras. La verdad es que no tengo una dieta específica pero me gusta las frutas.
Al momento de pagar estaba buscando mi tarjeta cuando veo un brazo que entrega una, levanto la vista y me quedo helada al ver a Joseph, sus ojos se ven más apagados de lo normal y tiene un semblante que lograría intimidar hasta al más valiente.

-Yo pago - dice en tono firme.

-En ese caso son: 50$ ¿Está bien así? - negué pero el asintió - emmm...en ese caso deme sus datos...

Deje de escuchar, hasta de respirar, la cercanía que había entre Joseph y yo era demasiada, si, es mi amigo pero... no me siento cómoda tan cerca de el, desde lo que intentó hacer no.

Se que no fue su culpa, mi madre me lo explicó, un poco pero lo hizo, entiendo que haya sido un mero impulso pero aún así, no puedo dejar de sentirme sucia, de odiarme por eso, me siento como...una puta. Tal vez mi tío no se equivocó y en realidad solo soy...una puta caliente.

Aunque ya tengo quince años y el...incidente con mi tío fue a los once...no puedo dejar de recordarlo. Todo lo que me hizo es imposible dejarlo en el olvido y "pasar la página"
No se otras personas pero yo me siento feliz de poder recordarlo, de poder saber lo muy cabron que pudo llegar a ser mi tío y que justo ahora se merece estar encerrado, espero y se pudra allí.

-Katherine... - mis pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de Joseph - emm ya... ya tenemos que irnos.

-Jo-Joseph agradezco mucho lo que hiciste pero... no pi-pienso salir en público contigo... - tome las bolsas dispuesta a irme pero Joseph me las arrebata de las manos casi de inmediato.

-No Katherine, debemos hablar - sentenció y empezó a caminar hacia afuera, sin más remedio le seguí.

No quise decir una sola palabra más. En la salida tuve que tomarme mi momento para acostumbrarme al cambio de temperatura, ya me había acostumbrado a el frío del supermercado.

Una vez me sentí conforme decidí seguir a Joseph. Lo admito, esperaba ver a la bestia que tiene como motocicleta, pero en vez de eso, había un deportivo negro enfrente de mi, muy pulido y por lo que veo, muy costoso.

Tube que pestañear varias veces para asegurarme de que no estaba soñando, me pregunto de dónde lo habrá sacado pero... todo a su tiempo, aún no lo voy a perdonar. No puedo hacerlo.

-Sube - dice frío al ver qué no me había movido.

-No me des órdenes - murmuro lo más distante posible.

-Sube... por favor - dice resignado.

Asiento y subo al auto, por dentro es mucho más elegante de lo que pensé, respiré profundo concentrándome en ese aroma a nuevo.
Joseph se puso en asiento del conductor y encendió el auto, de inmediato ya estábamos en camino. Intenté alejar mi mente y concentrarme en la ventanilla pero como era de esperarse... no me dejó.

-Katherine, debemos hablar - vacilé un momento en responder, pero sin esperar la respuesta siguió hablando - se que me odias por lo que hice pero por favor entiendeme, no quise hacerlo, fue un impulso.

No me molesté en responder y seguí con mi vista en algún lugar de la carretera.

-No te puedo definir el significado pero... soy un... VP, por esa razón me descontroló al estar serca tuyo. No quise lastimarte, no me di cuenta de lo que hacía - suspiré analizando la información, asentí y lo miré, su vista estaba en mi, claro, con precaución de no desviarse en el camino - eres muy... tentadora, y se que no soy el único que se descontrola contigo, hasta el mismísimo Juan estuvo apunto de hundirte los... digo en la cama.

-Esta bien Joseph, no es nada - le digo para no seguir la conversación.

-No, se que mientes, desde aquí escucho... escucho como disimulas - mintió, lo supe porque apartó la vista de mis ojos - por favor... ¿Qué tengo que hacer para que me perdones?

-Darme tiempo.

Luego de decir eso me bajé del auto y entré en la cabaña, me agradezco, al parecer mi ser ya se dio cuenta que, para ser feliz no debo tener sentimientos.

En medio del caos⅓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora