Capitulo veintitrés

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-¡Ya vienen! — grito un chico corriendo de un lado a otro, cambiando de posición varias cosas — ¡Dense prisa por el amor de la diosa luna!.

Desde que entré a la cabaña no e visto a alguien quieto, todos corres de un lado a otro poniendo cosas en distintas posiciones y guardando ciertas cosas. Entre ellas, una cosa que distingui desde que entré a la casa, fue nuestro símbolo.
Un corazón siendo congelado, con dos puñales clavados.

Respiré lejos de sentir orgullo por eso y solo caminé para irme a recostar, probablemente solo se trata de otra absurda fiesta, ya que al fin y al cabo, esta gente parece vivir del alcohol.

-¡¿Que diablos crees que haces?! — me dijo Joseph tomándome del brazo — ¡Vienen los lycan, no puedes estar así!

-Bueno, ya, voy a ir a ponerme el "uniforme".

Lo vi gruñir y por un momento juraría divisar venas negras bajo sus ojos, tal visualización me asustó un poco. Me llevo a rastrear al mi habitación y allí me tiro adentro.

Cerró la puerta tras el y me miró serio . Decir que tenía nervios era poco, estaba muerta de miedo.

Mi mente nuevamente fue atacada por los recuerdos de mi tío y no pude contener el grito de terror al sentir su mano fría tocar mi brazo. quería correr, quería esconderme, pero no tenía suficiente fuerza de voluntad.
Lo mire suplicante pero este solo soltó un suspiro y me obligó a levantarme, al hacerlo, me besó.

Le correspondí asustada, con miedo de que si no lo hacía me fuera a lastimar. Al separarse me miró con ojos suplicantes.

-Perdoname por lo que haré, juro explicarte pero luego — es marrón de sus ojos se volvió más oscuro, unas venas negras empezaron a dibujarse en su rostro, completamente en shock solo pude separar la vista — juro que no te dolerá mucho.

Empezó a besar mi cuello mientras yo temblaba en su agarre, besaba con timidez, o al menos eso suponía yo. De un momento a otro me sorprendió sentir su lengua en mi piel, acompañada de un agudo dolor.

★★★

Me incorporé en la superficie con pesadez, me dolía el cuerpo, pobre todo el cuello, tenía demasiado frío. Creo que e enfermado.

Me levanté de la cama y me cambié, me puse el primer vestido más o menos decente que encontré y me peiné con mucho cuidado, la música a diferencia de otros días, se escuchaba muy relajada y… ¿Formal? ¿Elegante? Algo asi.
(El vestido es la opción dos en el archivo multimedia)

Baje las escaleras con elegancia, abajo, como lo supuse, había tanto chicos como chicas vestidas de manera formal, sin respetar la ley de colores. Al llegar abajo todos voltearon a verme, como si de repente yo me ubiera vuelto lo más interesante en la sala. Me moví nerviosa.

-¡Katherine! — escuché la voz de Veroxica — ¡Estás hermosa! — llegó a mi y tomo mi mano con una sonrisa. Sonreí también pero cambie mi sonrisa a una expresión de confusión al ver cómo ella me detallaba — ¿Te sientes bien Kathy?

-Si ¿Porque? — dije dudosa.

-Es que… jo-joseph te marcó… — susurra lo último — y desprendes su esencia.

-¿Disculpa?

-Me-Mejor vamos con el… — empezó a caminar mientras teníamos las manos agarradas. De repente se para en seco y me mira — por favor, hagas lo que hagas, no le hables a lor herederos de los Lycan, aquí puedes hablarle a cualquiera, no se te va a juzgar, pero… a ellos no…

-¿Porque?

-Porque ellos son… peligroso — dice con notable miedo.

Suspiré y me obligue a poner mi mejor sonrisa, está va a ser una noche larga.

★★★

Estábamos sentados en una clase de comedor, aparentemente, una reunión muy elegante. Todos hablan y disfrutan de las comidas, todos excepto yo. A mí derecha tengo a un chico que no tengo ni idea quien es y a mí izquierda tengo a Joseph, el cual a intentado hablar conmigo pero lo e ignorado.

Y ohhh
¿Saben quién está también aquí?
¡Thomás!

Si, me acabo de enterar de que mi "gran amigo" Thomás de los ángeles, al cual mi padre trató como un hijo y sobre eso, le dio un apellido, ¡Además se volvió un maldito heredero de una pandilla! Y por lo que veo, también su hermosa novia.

Porque Si
¡Amelia está aquí!
¿Saben que más es el colmo?
¡Que tengo a la muy perra sentada enfrente de mi!

Finalmente salí de mis pensamientos cuando sentí la mano de Joseph posarse en la mia. Suspiré intentando calmarme y sonreí, al parecer este vio algo raro y no me devolvió la sonrisa.

_No te dejes — escucho la voz de Zafiro.

_¿Qué no me deje que?

_Justo ahora, ella va a intentar tomar el control y solo falta que TÚ la dejes.

_¿Quién es ella? — no recibí respuesta — ¿Zafiro?

Sacudí la cabeza, debía alejar esos pensamientos. Thomás me miraba serio y Amelia… bueno, ella parece querer matarme con la mirada, eso dejando de lado el hecho de que podría pasar desapercibida por un campo de tomates.

-Oye muñeca — me habla Joseph — Ya es la hora.

-¿Hora de qué?.

-De presentarte, quiero que todos aquí sepan quién eres — tragué grueso y asentí — Muy buen. — se levantó de su asiento, llevándose la mirada de todos los presentes — ¡Damas y caballeros! Se que muchos se andan preguntando quién es la bellísima joven que justo ahora lleva mi ponzoña, y ya es hora de qué lo sepan.

Los presentes no esperaron y los murmullos y susurros se hicieron presente, al parecer se estaban compartiendo sus versiones de mi historia. Si supieran lo oscura que es…

-¡Esta bella dama se llama Katherine de los angeles! — me levanto al ser nombrada y sonrió — y… y es mi Reyna, además de futura heredera del linaje de hielo.

No se si decir que se me fue el alma sería suficiente, al escuchar la palabra "futura heredera" no pude evitar soltar una mirada a Thomás y que para mí sorpresa, me veía con una cara de tristeza y comprensión.

Todos los presentes me miraban, como si esperaran que yo siguiera el discurso. Volteé a ver a Joseph y este asintió, dándome señal a qué fuera yo quien llevará la palabra.

-Ho-Hola, soy Katherine, como ya a dicho Joseph, soy la futura… heredera del linaje de hielo — al terminar de decir las palabras vi a alguien levantarse, dos personas. Thomás y Amelia.

-No — dice Thomás distante — nisiquiera te as iniciado correctamente, los Lycan no te veremos como la futura heredera, no tienes nuestro consentimiento.

-Ademas — agrega Amelia — para eso debes aceptar la unión entre tú y Joseph, así que hasta que eso pase, nuestra manada no te verá con Reyna.

Sus palabras me sacaron de entendimiento, solo vi a Joseph con cara apenada y asentí. Sin decir más me retiré.

Debo pensar esto…
Ahora que me doy cuenta… hubieron muchas palabras que fácilmente podria malinterpretar, y otras que nisiquiera se que significan.
Cómo por ejemplo:
La "esencia"; Ponzoña; Reyna; y otras cosas que luego mencionaré.

Aunque de todo eso, lo mas que me llama la atención es… esa tal "iniciación" ya que recuerdo haber peleado con todos los de mi pandilla, se supone que está era mi prueba ¿No? Si eso no era, entonces no se que cojones es.

Antes de siquiera poder levantarme de mi silla, salieron todos los que antes estaban cenando junto a los Lycan.

-Ohh Kathe — llega Juan — se que no vas a querer y probablemente tu Rey no te deje pero por favor, permíteme el honor de bailar contigo…

-¡Claro! — dije entusiasmada.

Este me miró sorprendido pero no se negó y así, pude pasar una velada hermosa

En medio del caos⅓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora