Capitulo Veinticuatro.

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[Días después]

-¿Podrías darte prisa? — me dice Amelia un poco cabreada — si consideras que a este paso llegarás a tiempo eres más estúpida de lo que pensé, además, tu dona está mal puesta.

Maldije por lo bajo, siempre lo mismo, ordenar como una maldita dictadora y jamás mover ni un musculo para hacer algo que me ayude.

Se que se preguntarán ¿Dónde estoy? Fácil, estoy en los vestidores, luchando contra mis mayas y para completar mi frustración, soportando a mi insufrible prima.

En resumen; desde qué pasó aquello en la casaclup o como e escuchado a algunos llamarlo, la unión del lado oscuro, para más fácil U.D.L. Amelia se a vuelto más insoportable, tanto ella como Thomás se dedican a corregirme en todo.

También está Joseph que se a vuelto muy distante, parece preocupado por algo y no me dice que es, aunque también se a puesto raro conmigo, ¡Me obligó a mudarme de cuarto y dormir en el suyo!
Claro, lo convencí de dejarme al menos, dormir en otra cama.

Bueno, volviendo a la actualidad…
Cómo dije anteriormente, estoy luchando con unas mayas y con mi dona con apuros, hoy es la noche de la presentación y todos an venido a verme a pesar de que insistí en que no era necesario, y como siempre, nadie me hizo caso.

¡Hasta zafiro está aquí!

Raramente, en una forma humana un tanto rara.
Sigo sosteniendo mi sospecha de que es un fantasma.

Me terminé de arreglar el pelo y me fui con el resto, la tensión en todos es muy palpable y hasta parece que se podría cortar con un cuchillo.
Luego de unos… ¿Veinte minutos? Nos mandaron a subir al escenario para dar inicio a la función.

★★★

Bajé con pasos temblorosos y apenados, sin duda, lo hice fatal y no pude evitar notar la cara de decepción en el rostro de Thomás.

Me aserque con la cabeza baja a Verónica. Esta me mira con una sonrisa de felicidad indescriptible, al igual que Juan, a este parece que sus ojos se le saldrán de su lugar.
Y por último… Joseph, que nisiquiera se había molestado en verme.

-Lo as hecho espectacular — me dice Verónica al ver mi cara larga — no tienes de que arrepentirte, todo estuvo muy coordinado y perfecto.

-Si Katherine — le continúa Juan — te veías tan… woow, sin duda fue lo mejor que alguna vez vi.

Asentí sin molestarme en responder y levanté la mirada, para mí lastima, Joseph no se encontraba allí.

Se preguntarán porque de repente es me importa pero es que desde que los "Lycan" nos visitaron y Joseph me "marcó" he estado sintiendo una rara conexión con el.

Y todo esto empeoró cuando una noche soñé con el. Si, soñé con el. Soñé que éramos novios y que éramos felices juntos, que el y yo íbamos al lago que tanto me gusta y que allí me regalaba un anillo de promesa.

Pero bueno, todo eso me pasa por aceptar propuestas de extraños, debí averlo rechazado desde la primera vez que me habló de esa forma tan… cochina...

Pero bueno, eso me pasa por cabezota.

★★★

Bajé del auto con una mueca de tristeza, bajo la atenta mirada de todos los presentes, onestamente no me apetecía seguir en este auto y ¿saben porque? Porque el dueño es el bellísimo de Joseph.

¡Es que no entiendo porque debe ser tan confuso!

Desde que Thomás y Amelia están saliendo no hacen nada más que arruinar mi vida, porque si, considero que todo esto es su culpa.
Desde que me enteré que el es el "gran heredero" de los Lycan y que al mismo tiempo lo convertía en el futuro al mando de los rosal espiny, Solo se a convertido en un arrogante.

Ya no se presenta con el apellido que le dio mi padre, ahora se presenta con su verdadero apellido, osea, con el de Lycan.
Pero eso no me molesta, no tengo razón por la cual molestarme, eso es algo muy considerado de su parte el llevar el verdadero apellido de su padre cuando en realidad jamás lo conoció.

Lo que me cabrea es que me tira a la cara que está saliendo con mi prima; que es un heredero; y que por lo que he aprendido, es mucho más poderoso que yo.

¿Saben porque digo poderoso?

Porque he aprendido que en este mundo, todo, todo es cuestión de poder.
Mientras más fría y Aurorita seas, mas respeto, mientras mas respeto y miedo des, más poder tienes.
Y yo, yo solo tengo respeto, que me e ganado siendo distante ya que lo de autoritaria no me sienta bien.

Bueno, a lo que estaba. Me dispuse a caminar ya que no me había movido. Cuando estuve apunto de abrir la puerta alguien me jaló y me impidió seguir y al voltear, vi a Zafiro.

La miré desconcertada mientras todos entraban, por último entró joseph que me miró por un breve momento hasta que entró a la casa.

-Estas en depresión — sentencia, nisiquiera lo pregunta, solo lo afirma — dime porque.

-¿Que te hace creer que estoy en depresión?

-Ohh por la diosa luna, está chica me va a matar — murmura para si misma pero aún así logro escucharla — Katherine, soy tu loba, ¡Soy parte de tí! Si tú estás en depresión yo lo voy a sentir.

-N-No lo… no lo sabía…

-Ahora, dime qué te pasa.

-Me entristece que Joseph me ignore Zafiro, me duele mucho — dije con la voz rota — lo peor de todo es que… creo que lo amo…

-Ven acá — me abrazó y me derrumbé a llorar en su hombro — se que aveces, tener un mate es algo difícil pero… si el te llega a rechazar la diosa luna te dará a uno nuevo, tenlo en cuenta, hay muchas lunas allí afuera.

Sonreí de lado y me limpié las lágrimas, ya se me a hecho costumbre de que tenga que esconder mis sentimientos seguido.

-Gracias — suspiré tranquilizandome e hice una pregunta que desde hace mucho quería hacer — ¿Que significa la…la marca?

-Eso… es mejor que te lo diga el mismo, yo no soy la indicada para darte esa información.

-Po-Por favor…

-Lo lamento Katherine, no puedo…

Asentí intentando entender y entré, todos estaban sentados con una baso de jugo de fresas, me e dado cuenta que aquí se desviven por ese jugo.
Por último dirigí la mirada a Joseph y este me la mantuvo por un momento, para finalmente, apartarla.

Baje la mirada y me fui a mi cuarto.
Ya nada tiene sentido...

En medio del caos⅓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora