Alexander
Mantuve en orden mis pensamientos mientras me preparaba mentalmente para lo que venía dentro de una semana.
Estaba en absoluta negación. Pero era eso, o de plano papá me pasaría a segundo plano para heredar todos sus bienes y la corona de la mafia Rusa.
No lo iba a permitir. Primero muerto.
Esa noche tuve otro ataque de insomnio. Esto lo sufria desde los diez años. Y ya es normal tener que pararme en la madrugada, ponerme los lentes y leer algún libro de historia aburrida que me hiciera conciliar el sueño.
Antes de mudarme solo, cuando vivía en casa de mi padre, solía pararme e ir a la biblioteca en busca de algún libro que me interesara.
Algunos eran sobre la historia y otros sobre comedia. Ninguno llego a agradarme del todo. Hasta que descubrí que leerlos me hacía caer en un sueño profundo. Por eso ahora en mi departamento cuento con una gran estantería llena de libros que robe de la casa de mi padre.
Apenas y pude cerrar los ojos, cuando mi estúpida alarma sonó.
Maldición, no había dormido nada y seguramente mi cara parecía la de un drogadicto que se pasó de dosis.
Me aliste y salí rumbo a casa de Raúl, iríamos juntos a la empresa familiar. Tendríamos asuntos que tratar con papá antes de su partida.
— ¿No dormiste nada, verdad? .- pregunto apenas se subió al carro y vió mis ojeras.
— No. Pásame los lentes que están en la guantera.
— Deberías ir con un médico .- propuso pasandome los lentes.
— No lo creo conveniente, y sería un perdida de tiempo. No es la primera vez que pasa.
No dijo más, y se limito a mirar al frente.
Llegamos a la empresa y apenas me baje, sentí un pequeño mareo que hizo que casi me cayera.— ¿Estás bien? .- pregunta una vez más mi amigo.
— Si. Vamos, papá nos está esperando.
Nos adentramos en el edificio haciendo caso omiso de las miradas que la gente nos tiraba.
Raul y yo éramos tipos realmente atractivos, la gente, en especial chicas, se quedaban boca abierta cada que pasábamos. No es por querer hacerme el importante. Es lo que me han contado.
Pasamos directamente hacia la oficina del CEO sin ser anunciados.
Nuevamente me vuelvo a ver la cara con Gloria. Que gran sorpresa. Está vez está sentada en el sillón del fondo y me está fulminando con la mirada.
— Por dios, chicos no puedo creer que nunca se anuncien antes de entrar .- papá se agarra el tabique de la nariz.
— No lo vemos necesario, señor. Así sabe que somos nosotros y nos ahorramos demaciado protocolo .- sale en defensa Raúl.
Papá solo lo ve con una ceja enarcada. No dice más. Tomamos asiento frente a el, quien ya tiene las manos entrelazadas y nos mira serio.
— Mañana me voy .- dice de la nada.
— ¿Que? .- es lo único que pude articular como respuesta ante tal anuncio.
— Si, el abuelo se puso peor, necesito estar con el en estos momentos.
— Papá, no me puedes dejar aquí, es mi abuelo, necesito verlo también.
— Hijo, yo también quisiera que fueras. Pero es imposible, las cosas ahora en Rusia no están bien, temo que seas blanco de los enemigos.
ESTÁS LEYENDO
Matrimonio Por Contrato
General FictionSamantha, una sencilla mujer con un futuro brillante por delante, y sueños de esperanza. Se verá obligada a casarse con un hombre egocéntrico que detesta la vida, para así salvar su pequeño emprendimiento de las garras de su ex marido. La conviven...