Samantha
Ahora que nos encontrábamos de vuelta en New York, intentaba recuperar el ritmo de mi rutina.
Mis padres ya estaban de vuelta en la ciudad y me habían citado para hablar sobre aquel asunto que necesitaban confesar.
Al llegar a mi casa subí directamente a mi habitación y ahí me encerré.
Alexander no me dirijia la palabra y yo menos.
En todo el maldito vuelo no hemos hablado y tampoco he tenido ganas de hacerlo.
Dentro de unos días después de nuestro regreso teníamos que estar en la empresa de Adrik, para comenzar con todo el plan que el tenía en mente.
Pero sinceramente me he estado cuestionando estos últimos días si es lo que realmente quiero.
Después de lo que me pasó en Rusia, he tenido un miedo grande de salir sola a las calles y ahora le pedí a Alexander que me pusiera seguridad.
El había accedido fácilmente y ahora me acompañaban dos guardias.
Estaba caminando hacia la casa de mis padres.
Nana, Tessa y Elaiza ansiaban mi regreso y estoy segura que esperaban que llegara lo más rápido posible para describirles mi luna de miel.
La cuál no fue la mejor del mundo.
Antes de ir con ellas, pase dos horas poniéndome más base que otra cosa, en el mordisco que Alexander me dejó y en el moretón de mi rostro.
No quería que se preocuparan. Y también no estaba dispuesta a tratar aquello que sufrí.
El dolor del golpe con la varilla ya había disminuido y solo era muy poco el dolor que sentía.
Miraba mis pies mientras caminaba, me encontraba algo pensativa.
Y es que después de lo que me dijo Ale no he podido dejar de pensar en aquello.
— Si quieres que te bese, debes ganartelo.
¿Realmente a qué se refería con eso? No lo entendía para nada.
Últimamente he estado más confundida de lo usual.
Siento que necesito hablar con alguien para que me explique que jodida madre me está pasando.
No sé realmente que siento y me está poniendo el mundo de cabeza.
Tocó el timbre cuando me encuentro frente a la puerta de la gran mansión de mis padres.
Nana me recibe muy contenta y me extiende los brazos para que me acerque a abrazarla.
— Mi terrón, que alegría que estés de vuelta .- me dice.
— También estoy feliz de verte, nana. Te extrañe como no tienes idea.
Siento su sonrisa y no puedo evitar la mía.
— Ven, pasa, tu hermana y Tessa ya te esperan.
Me adentro en la casa pero antes les dejo una indicación a los guardias.
— Manténgase afuera .- les digo
— Señorita, tenemos indicaciones de estar con usted en todo momento .- me responde uno de ellos.
— Yo lo sé. Pero estoy segura aquí, no se preocupen, Alexander no les hará nada, por que no se va a enterar.
Ellos se miran entre si para luego pasar a verme a mi con algo de duda.
Yo sé que si Ale se entera que desobedecieron sus órdenes, les caerá en feria la bronca y lo que menos quieren sus empleados es que el señor Kuznetsov los termine matando.
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Matrimonio Por Contrato
General FictionSamantha, una sencilla mujer con un futuro brillante por delante, y sueños de esperanza. Se verá obligada a casarse con un hombre egocéntrico que detesta la vida, para así salvar su pequeño emprendimiento de las garras de su ex marido. La conviven...