Dedicado a Fer.
Alexander
Parpadeo un par de veces para enfocar la vista.
El sol se cuela por la ventana de mi habitación.
Intento moverme pero unos débiles brazos me lo impide. La rubia está dormida, abrazada a mi.
Las mantas le cubren la desnudez.
No puedo creer que haya tenido sexo con Samantha. Esa mujer que yo decía odiar con el alma y que jamás iba a tocar. Soy un mentirosos total.
En Samantha encontré algo que ninguna mujer con la que me he acostado antes me a dado. La emoción de sentirme dentro de ella. Su estrecho coño me recibió tan bien. Está hecho para mí.
No recuerdo cuantas veces lo hicimos anoche.
Pero juro que fue el mejor sexo de toda mi vida. Samantha posee un cuerpo bastante hermoso y que ya me cuesta borrar de mi mente.
— ¿Ya estás despierto? .— me pregunta.
— No, estoy muerto .— le respondo, sentandome en la cama.
Ella rueda los ojos.
— Ayer fue...magnífico.
Sonrió de lado.
— Solo espero que ahora que ya sabes que destruyó coños no quieras huir de mi.
— No lo quiero. Deseo quedarme a tu lado.
Siento bastante ardor en la espalda y brazos.
Están rojos por los rasguños de Samantha. No me importa estar marcado por ella. Me facina.
Me levanto de la cama y camino desnudo hacia un extremo de mi habitación para buscar algo que ponerme.
Siento unos ojos muy curiosos observarme con demasiada atención.
— ¿Es agradable la vista, no? .— le digo.
Desvía la mirada rápidamente cuando se percata que me he dado cuenta de su atenta observación.
— Tranquila, puedes mirar lo que es tuyo siempre que quieras.
— Ya quisieras .— me lanza una almohada.
La atrapó con agilidad y la tiró a un lado.
Me doy la vuelta para ir hacia mi espejo y arreglarme un poco el cabello.
Otra vez siento su mirada gris sobre mi. Solo que ahora me mira la espalda.
Aquella prueba del infierno que viví con mamá.
Aunque la mayoría los cubrí con tatuajes, no se dejaban opacar las marcas que llevo toda la vida conmigo.
— ¿Que te paso? .— me pregunta.
— Es una larga historia.
— ¿Quieres contarmela?
No me gusta hablar de mi pasado por qué aunque fue hace muchos años, sigue doliendo como la primera vez.
Samantha tuvo bastante valor y confianza conmigo para decirme lo que el desgraciado de su tío le había hecho.
Creo que era momento de abrirme un poco más con ella y contarle esa parte de mi pasado.
— Todas las marcas que ves aquí .— le señaló mi espalda —. Fueron por qué mi mamá me lastimo con un cuchillo y un látigo.
Sus ojos se agrandan.
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Matrimonio Por Contrato
General FictionSamantha, una sencilla mujer con un futuro brillante por delante, y sueños de esperanza. Se verá obligada a casarse con un hombre egocéntrico que detesta la vida, para así salvar su pequeño emprendimiento de las garras de su ex marido. La conviven...