Capitulo 36.

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Alexander

Estaba en la habitación confundido y desorientado por la actitud que tomo Samantha.

¿Que carajos acababa de pasar?

Escucho que la puerta es abierta pero ni así pretendo alzar la mirada.

No creo que sea Samantha, dijo que domirira con Tessa y Raúl.

— ¿Hay alguna razón en particular por la que Samantha me corrió de una forma muy sutil de mi cuarto y me mandó a dormir aquí? .— escucho la voz de Raúl.

Alzo la mirada y choco con sus ojos verdes. Sostiene una almohada.

— No se que acaba de pasar .— digo, pasandome las manos por el cabello.

— ¿Que paso?

— No se si quiera contarlo. Me desconozco a mi mismo.

— Por algo soy tu mejor amigo, para burlarme de tus errores y después aconsejarte.

— Samantha y yo, por poco y tenemos un acto íntimo.

No me da vergüenza decirlo. Si por mi fuera, mandaba a la verga lo que dije tiempo atrás y me dejaba llevar. Lo que me está ocacioando problema es no saber por qué fui rechazado de esa manera.

Raúl está boquiabierta. No sabe que decir y yo menos. Siento que la pena me carcome.

— ¿La asustaste pedazo de idiota?

— ¿Asustarla? Yo que se. Solo de un momento a otro se levantó y me dijo que no dormiría aquí. No sé que mierda está pasando.

— Ahora entiendo por qué me corrieron de mi cuarto.

Me acuesto en la cama y cierro los ojos. Ahora mi único consuelo es cerrar los ojos y pensar que no existo aunque verdaderamente lo necesito.

Esto va a ocasionar que Samantha no me quiera hablar en semanas. Y no sé si lo podré soportar. ¿Por qué siempre tienes que ser tan estúpido Alexander?

Jamás había sentido lo que es el rechazo. Estoy acostumbrado a tener a cualquier mujer a mi merced. Pero parece que Samantha a llegado a hacerme cambiar de visión.

Solo que no de una manera muy sutil que digamos.

Raúl se acerca a la cama y se sienta en la orilla.

— Deberías hablar con ella sobre esto .— sugiere.

— Lo haría si no huiera siempre de mi, como si le diera miedo o asco.

— Inténtalo, lo tienes que hacer antes de que regresemos a Manhattan. Si no, ya no tendrás oportunidad de hacerlo.

— Por ahora solo quiero dormir. No quiero pensar en esto ni un segundo más.

— Está bien.

Raúl había bajado a cenar con todos los demás y yo me quedé arriba. Le había pedido que me excusara y dijera que me sentía mal, que por ello no iba a bajar.

Escuchaba sus risas, y demás. Mientras yo permanecía solo y en silencio el la habitación oscura.

Intento dormir un poco por qué ahora no se que hacer y tampoco quiero pensar en ello. Solo quiero dormir y olvidarme de todo y todos.

•••

Mañana partimos de Brooklyn y todos los presentes querian pasarse el día a lo máximo.

Pero yo no quería. Ayer Raúl me contó que la rubia preguntaba y preguntaba por mi, pero no me importa.

Me levanté más tarde de lo habitual y todo el día quería permanecer en mi habitación. La única vez que ví a Samantha fue cuando entro para llevarse su maleta.

Matrimonio Por Contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora