Capitulo 19.

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Samantha

Ahora me encontraba caminando al lado de la abuela de Alexander.

Quien me había pedido unos momentos para hablar.

Iba algo nerviosa, a pesar de que ella ya me había dicho que era agradable conocerme al fin.

Llegamos a la puerta de una enorme oficina. Dónde hay infinidad de armas que la decoran. Pieles de animales muertos. Muchas fotos del abuelo de Ale.

Pero mi atención es captada por un enorme cuadro que reposaba en una pared totalmente despejada de cualquier decoración.

En el exponía a un señor mayor, acompañado de un hombre joven y un pequeño niño que sostenía un dinosaurio verde.

Me detengo a profundisarme en los ojos de aquel pequeño cuando soy interrumpida.

— Son mi esposo, hijo y nieto. Ale tenía en ese entonces nueve años .- habla, Ana.

— Tiene una sonrisa hermosa.

— Lo era. Pero después de lo que su madre le hizo, no volvió a sonreír con la misma emoción .- dice, sentandose.

— ¿Tan grave fue lo que hizo? .- pregunto tomando asiento a su lado.

— Totalmente. Casi lo mata.

Abro mis ojos de par en par.

Algo que he respetado mucho de Alexander es su forma de actuar. El ser tan cerrado y que no quiera compartir sus sentimientos con los demás. Y ahora puedo imaginarme el por qué.

— Supongo que el no te lo ha contado .- niego con la cabeza -. No me corresponde hacerlo, pero al menos dejame contarte una parte de todo esto.

— Claro.

— Alexander tenía diez años cuando descubrió a su madre acostándose con el mejor amigo de su padre. Ella al enterarse lo amenazó de todas las formas posibles. Pero no logro asustarlo y mi niño se lo confeso a su padre. Sarah, su madre, de desquitó con el. Llevándolo a una bodega donde con un látigo y una navaja, le lastimo la espalda.

Me tapo la boca con la mano. Estoy realmente sorprendida.

— Y aunque logro recuperarse completamente. No volvió a ser el mismo. Se cerró con todos y odiaba cuando intentaban verle la espalda. Ahora ya no le importa pero si lo siente cuando le quieren tocar sus cicatrices. No era el mismo pequeño desde ese día.

— No puedo creerlo...

— Es normal que al principio te sorprenda. Pero, a mí me sorprende más el hecho de que el jamás de haya contado nada. ¿Cuánto tiempo de relación tienen?

Me alarmo ante la pregunta. Decirle la verdad sería dejarle ver qué Alexander les mintió y me dolería en el corazón si ellos piensan que su único nieto no les tiene la confianza suficiente como para contarles la verdad.

Ana sigue en espera de un repuesta.

No me queda más que mentir.

— Dos años.

— ¿Dos años? .- pregunta con algo de desconfianza. No me escuche muy segura al responder.

Asiento.

— Sabes que puedes contarme lo que sea. Ahora somos familia y estaría muy feliz si te sintieras abierta y cómoda con nosostros sus abuelos .- continúa, pero al ver mi silencio, comienza a deducir lo inevitable -. ¿De verdad se casaron por amor?

Yo no sé que responder. Ya me siento expuesta ante ella.

— Algo así.

— Dime una cosa, ¿cómo conociste a Alexander?

Matrimonio Por Contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora