Alexander
— Estamos listos .— me dice Rob.
— Perfecto, Darío ordena que saquen el primer camión de aquí para transportarlo a Inglaterra.
— Enseguida.
Vuelvo mi mirada a Etela y Rob.
— Todo está saliendo bastante bien, estamos muy contentos con los resultados .— me dicen.
— Tendrán la protección que me piden, solo tenganme tiempo.
— Esperaremos todo lo necesario.
— Regresen bien. Estoy en contacto con ustedes.
Ambos asienten y se suben a la camioneta que ya esperaba por ellos para llevarlos al aeropuerto.
Me adentro otra vez en el edificio.
— Llama a los dos hermanos y diles que los quiero aquí en menos de una hora .— le digo a una de las chicas que andaban por ahí.
— ¿Necesita algo más?
— Ocupo a Raúl en mi oficina, ya.
— Enseguida.
Ella se aleja y yo continuo caminando hacia mi oficina.
Ya teníamos los primeros dos camiones aquí. Antes de su salida iba a corroborar que este todo comoleto y en orden.
Por eso necesitaba a ambos hermanos ahí para cargarles la madre si no venía todo completo.
— ¿Que necesitas? .— me pregunta Raúl.
— Que estés presente para cuando tengan que venir ambos hermanos.
— ¿Otra vez les vas a cargar la madre?
— De una forma más sencilla.
Raúl se pasa las manos por el cabello.
— Y volvemos a lo mismo, avisame cuando los tengas ya.
Sale de la oficina dejándome solo.
Me recargo en el respaldo de mi silla y cierro los ojos.
Últimamente el trabajo a estado más duro que de costumbre. Ahora que tengo comprometido territorio por Inglaterra debo de mandar a hacer una preparación para todo eso.
No he dormido lo suficiente y eso también está terminando de joderme. Por qué no aguanto despierto y siempre me tengo que quedar dormido cuando estoy haciendo alguna actividad importante.
Y hoy era uno de esos casos.
Me estaba quedando bien dormido cuando un fuerte golpe en la puerta hizo que levantará la mirada.
— Liz, ¿por qué entras así? .— le digo, volviendo a cerrar los ojos.
— También me alegra verte mejor amigo. Dime, ¿cómo has estado?
— Bien. Estaba durmiendo y me has interrumpido.
— No es momento para que duermas. Estás trabajando.
— No e dormido bien últimamente, Liz, ¿que necesitas?
— Puess, hablar contigo, supongo.
— ¿Que sucede?
— ¿Crees poder prestarme a dos de tus hombres?
Enarco una ceja ante su petición.
— ¿Para que los ocupas?
— Una misión. Necesito gente y no cuento con ella ahora.
— Que raro. Está bien, puedes llevarte a los que quieras.
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Matrimonio Por Contrato
Fiksi UmumSamantha, una sencilla mujer con un futuro brillante por delante, y sueños de esperanza. Se verá obligada a casarse con un hombre egocéntrico que detesta la vida, para así salvar su pequeño emprendimiento de las garras de su ex marido. La conviven...