25 El problema: Ji-soo

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Lo siento, pero realmente no hay modo de odiar a mi esposa Ji-soo 😞⭐


(T/N):

No es la primera vez que Jungkook me abre la puerta. Me deja entrar a la casa, a pesar de que estoy a punto de morirme de un ataque cardíaco. Corrí las quince calles que me separan de mi casa sin parar ni una vez. Este hombre rodea mis hombros con su brazo.

— Gracias por haber venido, (T/N), aunque ya sea un poco tarde.

— ¿Qué ocurre? ¿Dónde...dónde está Jimin?

— Arriba en su habitación—lo veo entonces cruzarse de brazos—Papá está con él.

Me quito el tapabocas para respirar mejor.

Jungkook lanza un suspiro.

— Jimin se alteró mucho después de que terminara de hablar contigo por teléfono—dice serio—Me estaba preocupando por su condición en el corazón.

— ¿Y qué fue lo que le pasó?—me pongo blanca como el piso cerámico de la cocina de mi tía Luisa. Los latidos en mi pecho se hacen cada vez más fuertes y preocupantes—¿Por qué Jimin se alteró así de esa manera?

— Porque Ji-soo volvió, (T/N).

Me quedo boquiabierta. ¿Ella qué?

— Estuvo aquí hace dos horas—Jungkook termina sentándose en el sofá—Yo tuve que pedirle que se marchara. Ella y mi hermano discutieron fuertemente. Jimin le pidió que no se volviera a acercar, le pidió que no le volviera a hablar en su vida.

Ese es todo el problema. Esa zorra se atrevió a acercarse a Jimin otra vez...otra vez, después de tanto tiempo. Cierro los puños, clavándome las uñas en la piel. Me hierve la sangre. Esa chica no siente vergüenza alguna.

Jungkook se levanta del sofá.

— Por eso te llamé, (T/N). Tal vez puedas hablar con él—dice, y mi rabia se apacigua un poco—Quizás puedas tranquilizarlo. Él te escucha, siempre lo hace.

Trago saliva, levantando la vista hacia las escaleras. Allá arriba se encuentra él. Mi pobre Jimin. Miro los ojos de Jungkook antes de asentir.

— Está bien. Hablaré con él.

Jungkook asiente, y yo subo por las escaleras hasta el segundo piso. Encuentro toda una escena del crimen al entrar a la habitación: el espejo roto, hecho pedazos, la lámpara tirada en el suelo, varios objetos dañados sobre su escritorio y Jimin...él está sentado en la cama con la cabeza gacha y las manos unidas sobre los muslos. Gerry permanece cruzado de brazos cerca al armario, pero cambia de expresión y postura en cuanto camino hacia ellos dos.

— (T/N), qué bueno que estés aquí, querida.

— Buenas noches, Gerry.

— Gracias por venir—musita en voz baja—Dejaré que tú y Jimin hablen. Ya limpiaremos después este desastre.

Asiento, antes de que él se retire, dejándonos a solas a este chico y a mí.

— ¿Jimin?—aún no me mira, ni siquiera cuando me agacho en el suelo frente a él. Me aferro suavemente a sus pequeñas manos—Jimin, mírame. ¿Estás bien?

Él tiembla bruscamente, haciéndome caer en cuenta que tiene algo en la mano izquierda, algo que aprieta con todas sus fuerzas hasta ver cómo la sangre destila hasta el suelo.

— Oh, Dios. ¿Jimin, qué haces? Suelta eso. ¡Suelta lo que tienes en la mano!

Descubro que se trata de uno de los pedazos de aquel espejo hecho añicos que no han sido terminados de ser recogidos. Jimin solloza, obligándome a mirarlo de nuevo, boquiabierta y con la frente arrugada. Me ha dejado no solo impactada, sino también nerviosa y preocupada. El pedazo con el que se ha lastimado cae al suelo ensangrentado.

BUCLE INFINITO: NUESTRA HISTORIA SIN FIN +18 (IMAGINA PARK JIMIN Y TÚ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora