La reunión en la mansión Thompson continuó mientras el sol se ponía, bañando el salón principal con una luz dorada. La cena estaba lista para ser servida, y Clara y Michael se movían con eficiencia, llevando platos y bebidas a los invitados. Michael, aunque nervioso por la presencia de los jóvenes aprendices y las tensas miradas de los hombres del partido, se concentraba en hacer su trabajo lo mejor posible.
Victoria se sentó a la mesa, su lugar habitual junto a su madre. George Thompson ocupaba la cabecera, sus ojos brillando de satisfacción al ver a sus compañeros reunidos en su hogar. La cena comenzó con una serie de brindis y discursos llenos de odio, pero Victoria intentó mantener una expresión neutral, sabiendo que cualquier muestra de desaprobación podría tener consecuencias.
Michael, siguiendo las instrucciones de Clara, se acercó a Victoria con una servilleta de tela. Con cuidado, la colocó en su regazo. En ese breve momento, sus miradas se encontraron. Los ojos de Michael reflejaban una mezcla de miedo y determinación, mientras que los de Victoria mostraban empatía y solidaridad. Fue un instante fugaz, pero cargado de significado. Ambos sabían que estaban en un entorno hostil, pero ese pequeño gesto de conexión les dio fuerza.
La cena continuó y los platos se sirvieron uno tras otro. George Thompson, en su habitual estilo autoritario, comenzó a contar chistes de mal gusto sobre la raza negra. Cada comentario era seguido de risas estridentes de sus invitados, quienes disfrutaban de la crueldad con la que se hablaba de aquellos considerados inferiores.
Victoria, sentada entre su madre y un hombre corpulento con un bigote grueso, no pudo evitar sentir una profunda vergüenza. Cada palabra de su padre la hacía encogerse en su asiento. Elizabeth, su madre, mantenía una sonrisa rígida, claramente incómoda pero sin el valor para contradecir a su esposo.
—Papá —dijo Victoria, en un intento de sonar tranquila pero firme—, esos chistes no son apropiados.
La mesa se quedó en silencio por un momento, y todas las miradas se dirigieron a ella. George Thompson, con una ceja levantada, la miró fijamente.
—¿Qué has dicho, Victoria? —preguntó, su voz baja y peligrosa.
—Dije que esos chistes no son apropiados —repitió ella, tratando de mantener la calma—. No es correcto hablar así de otras personas.
El silencio en la mesa era ensordecedor. Los invitados intercambiaron miradas incómodas, sin saber cómo reaccionar. George se inclinó hacia adelante, sus ojos fijos en su hija.
—Victoria, este no es el momento ni el lugar para sermones de moralidad. Si no puedes comportarte como es debido, tal vez deberías retirarte.
Victoria sintió una mezcla de humillación y rabia, pero sabía que insistir solo empeoraría las cosas. Asintió ligeramente, susurrando una disculpa. Elizabeth le puso una mano en el brazo, un gesto de consuelo pero también de advertencia.
La cena prosiguió como si nada hubiera pasado, pero para Victoria, el ambiente se volvió aún más opresivo. Cada risa, cada comentario, era un recordatorio de la intolerancia que reinaba en su hogar. Mientras tanto, Michael continuaba sirviendo, tratando de no llamar la atención, pero cada vez que sus miradas se cruzaban, Victoria sentía un poco de esperanza.
Al final de la noche, cuando los invitados comenzaron a irse, Victoria se acercó a Michael en la cocina.
—Gracias por todo esta noche —le dijo en voz baja, asegurándose de que nadie más pudiera escuchar—. Siento mucho lo que tuviste que soportar.
Michael la miró, su expresión era una mezcla de gratitud y cansancio.
—No es tu culpa, Victoria. Gracias por defendernos, aunque sé que no fue fácil para ti.
Victoria asintió, sabiendo que sus palabras no podían deshacer el dolor de la noche, pero esperando que al menos mostraran su apoyo.
La reunión había sido una prueba para ambos, pero también una reafirmación de su determinación para desafiar las normas de su entorno. Aunque la cena había terminado, sabían que su lucha apenas comenzaba.
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Tu mundo y mi mundo (MJ fanfic)
FanfictionEn la majestuosa mansión de los Thompson en Alabama, durante los años 50, la joven Victoria Thompson vive una vida de lujos y restricciones. Su padre, George Thompson, es un supremacista blanco. Un día, Victoria se encuentra accidentalmente con Mich...