43: La Conversación del Corazón

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Victoria salía de hacerse un ultrasonido, su barriga ya era notoria y la curva de su vientre se destacaba bajo el vestido celeste que llevaba puesto. Su cabello suelto caía en suaves ondas sobre sus hombros. Al salir de la clínica, se topó con Jermaine, quien estaba esperándola con una sonrisa.

—¡Hey, futura mamá! —saludó Jermaine, acercándose con entusiasmo—. Qué alegría verte. ¿Cómo te sientes?

Victoria le devolvió la sonrisa, aunque algo apagada. Estaba deprimida producto del embarazo y los cambios hormonales que venían con él. Se sentía menos linda, insegura con su nueva apariencia.

—Hola, Jermaine —respondió, tratando de sonar animada—. Estoy bien, supongo.

Jermaine la miró con preocupación, notando su tono de voz. Sin pensarlo dos veces, la tomó del brazo con suavidad.

—Vamos a comer algo. Necesitas un buen almuerzo y un poco de compañía —sugirió, llevándola a un restaurante cercano.

Victoria no se opuso, dejándose guiar. Una vez en el restaurante, se sentaron en una mesa junto a la ventana. Jermaine pidió para ambos, y mientras esperaban la comida, comenzaron a charlar.

—¿Cómo va todo con el bebé y Michael? —preguntó Jermaine, genuinamente interesado.

Victoria suspiró, perdida en sus pensamientos.

—Va bien —respondió, aunque su mente estaba en otro lugar.

La comida llegó y, mientras Jermaine comenzaba a comer con entusiasmo, Victoria solo jugaba con la comida en su plato, moviéndola con el tenedor sin realmente tener apetito. Jermaine notó su actitud y dejó su tenedor, mirándola con seriedad.

—Victoria, ¿qué pasa? —preguntó, su voz llena de preocupación.

Victoria acarició su panza, su expresión reflejando sus inseguridades.

—¿Todavía me veo bonita? —preguntó en voz baja, sus ojos llenos de incertidumbre.

Jermaine se inclinó hacia adelante, tomando su mano con ternura.

—Victoria, te ves incluso más hermosa ahora que estás embarazada —dijo con sinceridad—. Estás radiante y preciosa, como una gema. No dejes que esas inseguridades te afecten. Eres increíble.

Las palabras de Jermaine le llegaron al corazón, haciéndola sentir mucho mejor. Sonrió agradecida y comenzó a comer, sintiéndose un poco más animada.

—Gracias, Jermaine. Necesitaba escuchar eso —dijo, su voz llena de gratitud.

Jermaine sonrió y comenzó a hacer sus típicas bromas y frases subidas de tono, tratando de animarla aún más.

—¿Sabes, Victoria? Dicen que las mujeres embarazadas tienen un brillo especial. Y tú, cariño, brillas como una estrella —dijo, guiñándole un ojo.

Victoria rió, sintiendo que el peso de sus preocupaciones se aligeraba.

—Oh, Jermaine, siempre sabes cómo hacerme reír —respondió, su ánimo mejorando visiblemente.

—Ese es mi trabajo, hacerte sonreír —dijo Jermaine, sonriendo con picardía—. Además, ¿qué hombre en su sano juicio no te encontraría hermosa? Michael es un tipo afortunado, y lo sabe.

Victoria asintió, sintiéndose más segura y feliz. Sabía que tenía el apoyo de su familia y amigos, y eso hacía que todo el proceso del embarazo fuera más llevadero.

—Gracias por todo, Jermaine. En serio —dijo, mirándolo con cariño.

—Siempre, Victoria. Siempre estaré aquí para ti —respondió Jermaine, apretando su mano con afecto.

La conversación continuó, llena de risas y bromas, y poco a poco, Victoria comenzó a sentirse más cómoda y segura de sí misma. Sabía que, con personas como Jermaine a su lado, podría enfrentar cualquier desafío que el futuro le deparara.

Tu mundo y mi mundo (MJ fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora