9: Sospechas y Celos.

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Al volver del bosque, Michael y Victoria se despidieron en la encrucijada que los llevaría cada uno a su respectiva casa. Michael se desvió hacia la pequeña cabaña donde vivía con su madre, mientras que Victoria tomó el camino hacia la mansión de los Thompson. La tarde había sido mágica, pero pronto la realidad los alcanzaría.

A mitad de camino, Victoria fue detenida por un patrullero que la abordó con una expresión seria.

—Disculpe, señorita Thompson —dijo el oficial—. Necesito hacerle unas preguntas sobre un joven llamado Michael. Se dice que es sospechoso de un robo en una tienda de la ciudad.

Victoria se quedó helada, sin poder creer lo que estaba escuchando.

—¿Michael? —preguntó incrédula—. ¡Eso es imposible! Michael no haría algo así.

El oficial la miró con suspicacia.

—¿Está segura, señorita? Necesitamos saber todo lo que pueda decirnos sobre él.

—Estoy segura —respondió ella firmemente—. Michael es una buena persona. No le presté importancia a esas acusaciones porque sé que no son ciertas.

El oficial asintió, aparentemente satisfecho con su respuesta, y la dejó continuar su camino. Victoria se apresuró hacia su casa, el corazón aún acelerado por la inesperada confrontación.

Al día siguiente, Victoria se encontraba en su lugar especial bajo el viejo roble, leyendo un libro de cuentos que había traído para Michael. Él estaba sentado en una rama alta, balanceando las piernas mientras la escuchaba con atención. La tranquilidad del momento contrastaba con la inquietud que sentía en su interior.

De pronto, Victoria interrumpió la lectura, levantando la vista hacia Michael con una pregunta que había estado rondando en su mente.

—Michael, ¿quién era la chica con la que hablabas el otro día en la escuela?

Michael la miró sorprendido por la repentina pregunta.

—¿Te refieres a Sarah? —preguntó, frunciendo el ceño—. Es solo una amiga. Nos conocemos desde niños.

Victoria sintió un ligero alivio, pero aún estaba inquieta.

—Parecía que estaban muy cerca —dijo, tratando de sonar casual, pero con un tono que no pudo ocultar del todo su molestia.

Michael la miró con una sonrisa traviesa, notando la tensión en su voz.

—¿Estás celosa, Victoria? —bromeó, arqueando una ceja—. Porque si es así, estoy halagado.

Victoria se sonrojó de inmediato y frunció el ceño, sintiendo que su rostro ardía.

—¡No es eso, Michael! —exclamó, claramente avergonzada—. Solo... me sorprendió, eso es todo.

Michael rió suavemente, bajando de la rama para sentarse a su lado en la hierba.

—No tienes que preocuparte por Sarah. Ella es solo una amiga. Eres tú quien significa algo especial para mí.

Victoria trató de mantener la compostura, pero la risa de Michael la hizo sentir aún más incómoda.

—Bueno, pues no lo parecía —murmuró, mirando hacia otro lado.

Michael se inclinó un poco más cerca, con una sonrisa juguetona.

—Entonces, ¿te parece que debería evitar hablar con otras chicas para que no te pongas celosa?

Victoria abrió los ojos ampliamente y le dio un leve golpe en el hombro.

—¡Deja de decir tonterías! —dijo, tratando de sonar molesta, pero una sonrisa asomaba en sus labios.

—Lo siento, lo siento —dijo Michael, levantando las manos en señal de rendición—. No quería molestarte.

Victoria suspiró y se relajó un poco.

—Solo... prométeme que serás honesto conmigo, ¿de acuerdo?

Michael asintió, mirándola con seriedad.

—Lo prometo, Victoria.

La tensión entre ellos parecía disiparse un poco, pero Victoria aún se sentía incómoda. Se levantó de un salto, todavía molesta.

—Nos vemos mañana, Michael —dijo sin volverse, intentando ocultar sus emociones.

Michael se quedó allí, viendo cómo se alejaba. Sabía que había cometido un error al bromear sobre algo tan delicado, y se sintió culpable por haberla molestado.

Victoria caminó de regreso a su casa, su mente llena de confusión y celos. No quería admitirlo, pero la idea de Michael con otra chica la perturbaba profundamente. Mientras avanzaba, se dio cuenta de lo mucho que significaba Michael para ella y de cómo su amistad se había convertido en algo mucho más importante.

Tu mundo y mi mundo (MJ fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora