35: Noches y Revelaciones

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Victoria estaba trabajando en el club nocturno, su uniforme ceñido y elegante destacaba bajo las luces de neón. Entre risas y pedidos de bebidas, notó a Marlon sentado en la barra, con Emma prácticamente colgada de su brazo. Aunque Marlon no lo decía, su expresión delataba que estaba harto de la atención excesiva de Emma.

Victoria les sirvió dos copas, sonriendo al ver la dinámica incómoda entre ellos.

—Aquí tienen, chicos —dijo, deslizando las bebidas por la barra.

—Gracias, Victoria —respondió Emma, sin apartar la vista de Marlon.

Victoria continuó trabajando, pero no podía evitar pensar en lo que había visto. Sabía que debía hablar con Emma y aconsejarla antes de que las cosas empeoraran. Finalmente, su turno terminó y salió del bar, disfrutando del aire fresco de la noche.

Afuera, se encontró con Jermaine, apoyado en su auto, con lentes de sol a pesar de la hora.

—¿Lentes de sol a esta hora? —bromeó Victoria, riendo.

Jermaine se quitó los lentes y le lanzó una sonrisa.

—Nunca se sabe cuándo uno necesita ver las cosas con claridad —dijo, guiñándole un ojo—. ¿Quieres que te lleve a casa?

—Claro, ¿por qué no? —respondió Victoria, aceptando su oferta.

En el camino, Victoria notó que la ventanilla del auto estaba bajada, y el viento era frío.

—¿Podrías cerrar la ventanilla? Está haciendo bastante viento —pidió.

Jermaine negó con la cabeza, sonriendo.

—No, quiero que me vean contigo —dijo, su tono un poco pícaro.

Victoria sonrió, sintiéndose halagada por el comentario. Jermaine no tardó en comenzar a hacer chistes, algunos bastante subidos de tono, lo que hizo que Victoria riera a carcajadas.

—¿Sabes por qué Michael siempre está tan contento? —preguntó Jermaine, con una sonrisa traviesa.

—¿Por qué? —respondió Victoria, riendo.

—No lo sé, pero me gustaría averiguarlo —dijo Jermaine, guiñándole un ojo.

Victoria se sonrojó y rió, dándole un golpecito en el brazo.

—¡Eres de lo peor!

Jermaine continuó con otro chiste.

—¿Qué tienen en común tú y un buen café? —dijo, haciendo una pausa dramática.

—¿Qué? —preguntó Victoria, anticipando la respuesta.

—Ambos son calientes y me gusta mucho el café. —dijo Jermaine, riendo.

Victoria rió aún más fuerte, sintiéndose divertida y halagada.

—En serio, Jermaine, tienes que escribir un libro de chistes —dijo ella, secándose las lágrimas de risa.

—Si lo hago, te dedicaré el primer ejemplar —respondió él, con una sonrisa pícara.

De pronto, Jermaine adoptó un tono más serio.

—Sabes, Victoria —dijo, sus ojos fijos en la carretera—, ya te considero parte de la familia. Al principio, no creía que fueras a ser tan vital para nosotros, pero estoy impresionado por lo fuerte y decidida que eres.

Victoria se sintió halagada por sus palabras.

—Gracias, Jermaine. Eso significa mucho para mí.

—Si no termino saliendo contigo, buscaré a alguien igual de increíble —bromeó, aunque había un toque de sinceridad en sus palabras.

Victoria rió, pero no pudo evitar sentirse conmovida.

—Tú y Michael son lo mejor que me ha pasado —respondió ella—. No podría haber pedido una familia mejor.

Jermaine la miró por un momento, sus ojos reflejando la misma gratitud.

—Y tú eres lo mejor que le ha pasado a Michael —dijo finalmente.

El resto del viaje transcurrió en silencio, un silencio cómodo y lleno de entendimiento. Al llegar a la casa, Victoria bajó del auto y se volvió hacia Jermaine.

—Gracias por el paseo y por las palabras —dijo, sonriendo—. Nos vemos mañana.

—Buenas noches, Victoria —respondió Jermaine, devolviéndole la sonrisa.

Victoria entró a la casa sintiéndose más ligera. Sabía que tenía un largo camino por delante, pero con el apoyo de los Jackson y su amor por Michael, estaba lista para enfrentar cualquier desafío.

Tu mundo y mi mundo (MJ fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora