Michael se encontraba en la sala de estar, cuidando al pequeño Prince, quien ya había comenzado a gatear por toda la casa. El cabello negro azabache de Prince brillaba bajo la luz del sol que entraba por la ventana, y sus ojos oscuros y grandes, idénticos a los de Michael, exploraban cada rincón con curiosidad.
-Ven aquí, travieso -dijo Michael, riendo mientras Prince se alejaba gateando rápidamente.
No se podía descuidar ni cinco minutos; el pequeño Prince se movía como un rayo, siempre buscando algo nuevo que explorar. Michael lo alcanzó y lo levantó en brazos, llevándolo al sofá.
-Vamos a leer un cuento, ¿te parece? -dijo Michael, sacando un libro de cuentos ilustrados.
Prince se acomodó en el regazo de Michael, sus ojitos grandes parpadeando mientras escuchaba la voz suave de su padre. Poco a poco, los párpados del pequeño comenzaron a caer, y antes de que Michael terminara el cuento, Prince ya estaba dormido.
Con mucho cuidado, Michael dejó a Prince en el sofá, boca abajo pero con su cabecita de costado, asegurándose de que no se ahogara, como era la creencia general. Justo en ese momento, el teléfono sonó.
-Hola, amor -dijo Michael al contestar, reconociendo la voz de Victoria al otro lado de la línea.
-Hola, Michael. ¿Cómo va todo con el bebé? -preguntó Victoria.
-Todo bien. Prince acaba de dormirse -respondió Michael.
Victoria le dio algunas indicaciones rápidas y colgó. Michael volvió al salón solo para darse cuenta de que el pequeño Prince ya no estaba en el sofá.
-¡Prince! -llamó Michael, su voz llena de desesperación mientras comenzaba a buscar por toda la casa.
Oía la risa de Prince cerca, pero no lograba verlo. Temía que se hubiera metido en algún lugar peligroso. Finalmente, después de una búsqueda frenética, lo encontró arriba de la escalera, lo que significaba que el bebé había subido los escalones por su cuenta.
-Prince, quédate ahí, papá va a agarrarte -dijo Michael con voz calmada, acercándose lentamente.
Prince reía, con su mano metida en la boca, disfrutando de la atención y el juego. Michael subió con cuidado, paso a paso, hasta donde estaba Prince. Lo que no sabía era que el bebé había estado jugando con un poco de jabón, lo que había dejado la escalera resbalosa.
Michael tropezó y cayó fuertemente al suelo, resbalando varios escalones. Prince soltó una risita encantada, aparentemente disfrutando del espectáculo.
Cuando Victoria llegó a casa, se encontró con una escena inesperada. Prince estaba jugando con sus juguetes en el salón, mientras Michael dormía en el sofá con una venda cubriendo su nariz y tapado con la frazada del bebé.
-¿Qué ha pasado aquí? -murmuró Victoria, aguantando una risa mientras miraba a su esposo y a su hijo.
Michael se despertó con el sonido de la voz de Victoria y abrió los ojos lentamente.
-Hola, amor -dijo, intentando sonreír a pesar del dolor.
-¿Estás bien? -preguntó Victoria, acercándose para acariciar su mejilla.
-Sí, solo un pequeño accidente -respondió Michael, riendo suavemente-. Parece que nuestro pequeño Prince es más travieso de lo que pensábamos.
-Me lo imagino -dijo Victoria, mirando a Prince que seguía jugando inocentemente-. Pero te ves bastante ridículo con esa venda y la frazada del bebé.
-Gracias por el cumplido -respondió Michael, guiñándole un ojo.
Victoria se sentó a su lado y le dio un beso en la mejilla.
-Eres un gran papá, Michael. Y no te preocupes, sobreviviremos a este pequeño terremoto -dijo, riendo.
-Sí, lo haremos. Y tendremos muchas historias divertidas que contarle cuando crezca -respondió Michael, abrazando a Victoria y mirando a su hijo con una sonrisa.
La casa estaba llena de risas y amor, a pesar de los pequeños accidentes y las travesuras de Prince. Era el comienzo de muchas aventuras y recuerdos inolvidables que la familia Jackson compartiría juntos.

ESTÁS LEYENDO
Tu mundo y mi mundo (MJ fanfic)
FanfictionEn la majestuosa mansión de los Thompson en Alabama, durante los años 50, la joven Victoria Thompson vive una vida de lujos y restricciones. Su padre, George Thompson, es un supremacista blanco. Un día, Victoria se encuentra accidentalmente con Mich...