Victoria estaba sentada en la mesa del comedor, disfrutando de un tranquilo desayuno. La casa estaba inusualmente silenciosa; su padre había salido temprano para una reunión y su madre estaba en la ciudad. La soledad de la mansión le permitía un respiro, un momento de paz en medio del caos.
Mientras untaba mermelada en su tostada, vio a Clara entrar en la sala. La criada había sido una presencia constante y reconfortante en su vida, y a menudo se sentía más madre para Victoria que la propia Elizabeth.
—Buenos días, señorita Victoria —saludó Clara con una sonrisa cálida.
—Buenos días, Clara —respondió Victoria, devolviéndole la sonrisa—. ¿Te gustaría unirte a mí? La casa está tan vacía que me vendría bien algo de compañía.
Clara asintió y se sentó frente a ella.
—Claro, me encantaría. Además, hay algo de lo que quería hablar contigo.
Victoria dejó su tostada en el plato y miró a Clara con interés.
—¿De qué se trata?
Clara tomó un sorbo de su café antes de hablar.
—Es sobre Michael. He notado que tú y él se han vuelto muy buenos amigos.
Victoria sonrió, pensando en los momentos que había compartido con Michael.
—Sí, Michael es... especial. Siempre sabe cómo hacerme reír y sentirme mejor.
Clara asintió lentamente, su expresión se volvió más seria.
—Sé que es un buen chico. No deja de hablar de ti, Victoria. Siempre está mencionando lo mucho que significas para él y lo mucho que disfruta pasar tiempo contigo.
Victoria sintió un calor en el pecho al escuchar esas palabras, pero también una preocupación creciente.
—Eso es muy dulce de su parte. Yo también disfruto mucho su compañía.
Clara miró a Victoria con una mezcla de ternura y preocupación.
—Pero también es peligroso, Victoria. Vivimos en una sociedad que no acepta fácilmente una amistad como la vuestra. Temía que tarde o temprano la gente empezara a hablar, y que esa linda amistad que tienen se viera amenazada.
Victoria frunció el ceño, sabiendo que Clara tenía razón. Pero no estaba dispuesta a dejar que el miedo dictara sus acciones.
—Sé que es difícil, Clara. Pero pase lo que pase, siempre estaré para Michael. No voy a dejar que la sociedad nos separe.
Clara suspiró, admirando la determinación de Victoria.
—Esa es una promesa noble, Victoria. Pero debes ser consciente de los riesgos. La gente puede ser cruel, y no quiero que te hagan daño a ti o a Michael.
Victoria asintió, comprendiendo la preocupación de Clara.
—Lo sé, y lo agradezco. Pero no puedo simplemente dejar de lado una amistad tan valiosa. Michael ha sido un apoyo increíble para mí, y yo quiero ser lo mismo para él.
Clara sonrió con tristeza.
—Eres una joven valiente, Victoria. Ojalá más personas pensaran como tú. Pero debes tener cuidado. Prométeme que serás prudente.
Victoria tomó la mano de Clara y la apretó con cariño.
—Lo prometo, Clara. Seré cuidadosa, pero no dejaré que el miedo me aleje de alguien tan importante para mí.
Clara asintió, aliviada por las palabras de Victoria.
—Gracias, Victoria. Solo quiero lo mejor para ti y para Michael.
Las dos mujeres continuaron conversando, disfrutando de la tranquilidad del momento. Hablaron de la escuela, de las clases de ballet de Victoria, y de sus sueños y esperanzas para el futuro. Clara compartió historias de su juventud y los desafíos que había enfrentado, brindando a Victoria una perspectiva valiosa sobre la vida.
—Clara, a veces me siento tan perdida —confesó Victoria—. Siento que no encajo en este mundo, con todas sus reglas y expectativas.
Clara sonrió con comprensión.
—Es normal sentir eso, Victoria. Todos enfrentamos desafíos y momentos de incertidumbre. Pero lo importante es mantenerte fiel a ti misma y a tus valores. No dejes que el mundo te cambie.
Victoria asintió, sintiéndose reconfortada por las palabras de Clara.
—Gracias, Clara. Eres como una madre para mí.
Clara se conmovió, sus ojos brillando con lágrimas.
—Y tú eres como una hija para mí, Victoria. Siempre estaré aquí para ti.
Después de un rato, Victoria se levantó de la mesa, sintiéndose un poco más ligera.
—Gracias por hablar conmigo, Clara. Realmente necesitaba esto.
Clara se levantó y le dio un abrazo reconfortante.
—Siempre, querida. Recuerda, no estás sola. Juntas, podemos enfrentar cualquier cosa.
Victoria se sintió fortalecida por el apoyo de Clara. Mientras se alejaba del comedor, se prometió a sí misma que sería fuerte, por ella y por Michael. No importaba lo que la sociedad dijera o hiciera, ella seguiría luchando por lo que creía y por aquellos a quienes amaba.
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Tu mundo y mi mundo (MJ fanfic)
FanficEn la majestuosa mansión de los Thompson en Alabama, durante los años 50, la joven Victoria Thompson vive una vida de lujos y restricciones. Su padre, George Thompson, es un supremacista blanco. Un día, Victoria se encuentra accidentalmente con Mich...