Era un domingo soleado cuando Michael llevó a Victoria a la iglesia de su barrio. Era una capilla modesta, pintada de blanco y con ventanas de vitrales coloridos que reflejaban la luz del sol en patrones vibrantes sobre el suelo. Victoria se sentía un poco nerviosa, sabiendo que sería una de las pocas personas blancas allí, pero la cálida sonrisa de Michael la tranquilizaba.
—Te va a encantar, Victoria —le aseguró Michael mientras caminaban hacia la entrada—. La música aquí es increíble.
Al entrar, el sonido del coro gospel llenaba el aire. La energía de la congregación era contagiosa; todos estaban de pie, aplaudiendo y cantando con entusiasmo. Victoria se unió a ellos, aplaudiendo al ritmo de la música y dejándose llevar por el ambiente festivo. Michael, con su voz profunda y melodiosa, cantaba con el coro, su presencia destacándose incluso entre el grupo talentoso.
—Esto es mucho mejor que la iglesia a la que iba de niña —pensó Victoria, sonriendo ampliamente.
El sacerdote, un hombre de mediana edad con una voz potente y amigable, notó la presencia de Victoria y, en medio del sermón, se dirigió a la congregación.
—Hermanos y hermanas, hoy tenemos una invitada especial con nosotros. No es común ver a un Thompson en nuestra capilla, pero a veces Dios obra de maneras extrañas. Bienvenida, Victoria.
La congregación aplaudió y Victoria se sonrojó, sintiéndose un poco avergonzada pero halagada. El sacerdote continuó con una sonrisa pícara:
—Y espero ver a Victoria y a Michael la próxima vez para oficiar su boda.
Todos rieron y aplaudieron, mientras Michael y Victoria intercambiaban una mirada cómplice y divertida. La idea de casarse alguna vez no era nueva para ellos, pero escucharla en público la hacía más real y emocionante.
Al final de la misa, la congregación se dispersó lentamente, conversando animadamente entre ellos. Victoria se quedó cerca de Michael, sintiéndose un poco inquieta. Michael notó su nerviosismo y la tomó de la mano.
—¿Estás bien? —le preguntó suavemente.
Victoria asintió, aunque una sombra de preocupación cruzaba su rostro.
—Sí, solo... me siento mal porque tú me has mostrado todo tu mundo, y yo quisiera poder hacer lo mismo contigo. Pero...
Michael la abrazó con ternura.
—No te preocupes por eso, Victoria. Tu mundo es tan importante como el mío, y lo conoceré cuando sea el momento adecuado. Lo importante es que estamos juntos.
Victoria suspiró, sintiéndose un poco más aliviada.
—Gracias, Michael. Es solo que... me gustaría que mis padres te aceptaran como tú me aceptas a mí.
Michael sonrió, besándola en la frente.
—Lo harán algún día. Confía en mí.
Mientras salían de la iglesia, una figura conocida se acercó a ellos: Sarah, la chica de la escuela con la que siempre veía a Michael.
—¡Hola, Michael! —dijo ella, sonriendo y acercándose—. Quería felicitarte por la actuación de hoy. Cantaste increíble, como siempre.
Victoria sintió cómo la sangre le hervía, pero mantuvo una sonrisa forzada mientras observaba cómo Sarah ponía su mano en el hombro de Michael. Michael, notando la mirada juzgadora de Victoria, apenas agradeció.
—Gracias, Sarah. Eso significa mucho —dijo Michael, tratando de mantener la conversación breve.
Cuando Sarah se alejó lo suficiente, Victoria no pudo evitar imitarla en una voz exageradamente melosa.
—¡Oh, Michael, cantaste increíble, como siempre! —dijo Victoria, poniendo cara de falsa admiración.
Michael no pudo contener la risa.
—¿Celosa otra vez, Victoria?
Victoria lo miró, fingiendo indignación.
—¡No estoy celosa! Solo me divierte lo obvia que es.
Michael la abrazó, besándola en la mejilla.
—Sarah es solo una amiga, lo sabes. No tienes nada de qué preocuparte.
Victoria suspiró, relajándose un poco.
—Lo sé, lo sé. Solo... no puedo evitarlo.
Michael la miró con ternura.
—Eres la única para mí, Victoria. Nunca lo dudes.
Se miraron a los ojos, compartiendo un momento de silenciosa comprensión y amor. Mientras caminaban, sabían que su relación enfrentaría muchos desafíos, pero también sabían que estaban dispuestos a enfrentarlos juntos.
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Tu mundo y mi mundo (MJ fanfic)
FanfictionEn la majestuosa mansión de los Thompson en Alabama, durante los años 50, la joven Victoria Thompson vive una vida de lujos y restricciones. Su padre, George Thompson, es un supremacista blanco. Un día, Victoria se encuentra accidentalmente con Mich...