Tu mundo y mi mundo (MJ fanfic)

38: La Fiesta Sorpresa

Victoria corría de un lado a otro en la casa, asegurándose de que todo estuviera perfecto para la fiesta sorpresa de Clara. Había pasado horas decorando con guirnaldas, globos y cintas de colores, mientras Michael y sus hermanos la ayudaban. En la cocina, un pastel enorme decorado con flores de azúcar y glaseado brillaba bajo las luces.

—¡Rápido, chicos! —dijo Victoria, colocando cuidadosamente unas flores en el centro de la mesa—. Clara estará aquí en cualquier momento.

Michael sonrió, observándola mientras ayudaba a colgar una pancarta que decía "¡Feliz Cumpleaños, Clara!".

—No te preocupes, todo se ve perfecto —le dijo, dándole un beso rápido en la mejilla.

Jermaine, desde el otro lado de la sala, bromeó:

—¿Estás segura de que esto no es tu fiesta, Vic? Porque pareces la estrella del show.

—Claro que no, Jermaine. Solo quiero que Clara se sienta especial —respondió Victoria, sonriendo.

Marlon, que estaba inflando globos, comentó:

—Será mejor que termine con estos globos antes de que Clara llegue y piense que estamos practicando para el circo.

Todos rieron, la atmósfera estaba cargada de emoción y expectativa. Finalmente, todo estaba listo. La casa estaba llena de vida y color, una verdadera transformación gracias a los esfuerzos conjuntos.

De pronto, se oyó el sonido de la puerta abriéndose. Victoria apagó las luces y todos se escondieron detrás de los muebles, conteniendo la respiración. Clara entró acompañada de Emma y Marlon, quien fingía interés en la conversación.

—¡Sorpresa! —gritaron todos en cuanto Clara cruzó el umbral.

Las luces se encendieron y Clara se llevó las manos a la boca, sus ojos llenos de lágrimas de emoción.

—¡Oh, Dios mío! —exclamó Clara, sin poder contener el llanto—. ¡Esto es increíble! Gracias, muchas gracias a todos.

Emma la abrazó y le entregó un pequeño regalo envuelto en papel brillante. Marlon sonrió y le dio un beso en la mejilla, mientras los demás se acercaban a felicitarla. La alegría en la habitación era palpable.

Victoria se adelantó y abrazó a Clara.

—Todo esto fue idea tuya, ¿verdad? —dijo Clara, secándose las lágrimas—. Eres un ángel, Victoria.

—No, fue un esfuerzo de todos —dijo Victoria, sonrojándose ligeramente.

—No seas modesta, Vic —intervino Jermaine—. Fue tu idea desde el principio. Nosotros solo seguimos órdenes.

Todos rieron y se acercaron al pastel. Clara cerró los ojos y pidió un deseo antes de soplar las velas, sus mejillas aún húmedas de lágrimas de alegría.

—Espero que hayas pedido algo bueno —bromeó Marlon, mientras servían las rebanadas de pastel.

—Solo pedí que todos ustedes sean felices —respondió Clara, sonriendo ampliamente—. Y que Marlon encuentre una novia que no lo aguante solo por su cara bonita.

Emma se sonrojó, y todos rieron de nuevo.

Mientras comían, Jermaine no perdió la oportunidad de hacer algunas bromas.

—¿Sabían que Victoria se ha convertido en la hija que Clara nunca tuvo? —dijo, guiñándole un ojo a Victoria—. Y lo mejor de todo es que ahora sale con Michael. Es como si dos hermanos estuvieran saliendo.

Clara rió y agregó:

—Al principio, me sentía un poco incómoda, pero ahora... bueno, Michael siempre ha sido mi favorito.

Michael puso los ojos en blanco, fingiendo indignación.

—¡Oye! Pensé que era el favorito de mamá —dijo, dándole un codazo suave a Victoria.

Victoria rió y se volvió hacia Clara.

—Gracias, Clara. Significa mucho para mí ser parte de esta familia.

Clara la abrazó y todos aplaudieron. La noche continuó con risas y bromas, la casa llena de alegría y amor. Fue un momento que ninguno de ellos olvidaría, un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, siempre estarían juntos.