Después de eso escuchaste como preparaba su cinturón para seguir con los suyo. Temblaste apretando los ojos y finalmente te sobresaltaste al escuchar como el cuero chocaba contra la cama.
—Mhmm...eso se ve doloroso — Sentiste su mano acariciar la piel roja y abultada de tu trasero
—lo dejaremos aquí—Sentiste un gran alivio al oírlo decir eso.Sus ojos estudiaron tu anatomía y te dejo tendida en la cama.
—Di-dijiste que no volverías a hacer eso—hablaste una vez pudiste moverte libremente. Te levantaste, pero recordaste la puerta cerrada así que solo te sentaste en el borde de la cama esperando su respuesta.
—¿Eso dije?— Pareció pensarlo pero dio una larga respiración cuando cayó en cuenta de ello— Sí, bueno... Ven aquí— Gateó hasta tu lado, tirando de uno de tus brazos.
Te liberaste rápido de su agarre y te cruzaste de brazos, sin querer mirarlo.
—tranquila muñeca, no me dirás que no te gutó— volvió a hablar y con ambas manos intento que te tumbaras a su lado.
Aunque te intentaste resistir acabaste aceptando su toque y te acomodaste sobre él suspirando con cansancio. Sentiste como te hormigueaba el trasero y con las piernas te ayudaste a terminar de quitarte el pantalón. Todo sintiéndote algo adolorida Y también sorprendiendo a Merle por no montar un numerito como de costumbre.
Merle se levantó dejándote sola en la cama y aprovechaste para taparte con las mantas y encogerte en tu sitio.
—Me mentiste— Sentencias.
—No, no exageres— Lo escuchaste hablar desde alguna parte de la habitación. Sus pasos sonaron en tu dirección.
—No has cambiado nada...— Dijiste resentida.
—lo he hecho, soy hombre de una sola mujer ahora, ¿No es suficiente el cambio?—La cama se hundió a tu lado.
Bufaste rendida ante su respuesta.
—No te enfades— Lo sentiste acercarse a ti.
—Dejame en paz...
Él se rio suavemente ante esto y siguió acariciando tu espalda con ternura.
—Vamos muñeca, no estés así. Sabes que no puedo resistirme a ti...
Apretaste tus labios en un gesto, frustrada aún.Él siguió acariciando tu espalda, pero esta vez bajó sus manos a tu cintura, acariciando ligeramente tu piel con sus dedos fuertes y callosos.
—Esas piernas...—suspiró suavemente, su voz profunda y baja en tu oído—Sentiste un pequeño escalofrío por su contacto.
Él sonrió ligeramente al ver cómo te rendiste ante sus caricias. Sus dedos siguieron acariciando tu cintura, subiendo y bajando suavemente, mientras te atraía con él hacia su regazo.
—Eres tan hermosa...—susurró en tu oído, su aliento caliente haciéndote cosquillas en el cuello.
—deja de hacerme la pelota, ni yo sé porque no estoy furiosa contigo ahora mismo— suspiraste.
Soltó una risa entre dientes, evidentemente complacido con tu respuesta. Sus dedos siguieron acariciando tu cuerpo con suavidad, mientras te hacía recostarte en su regazo.
—Tú cuerpo no parece estar enojado conmigo—murmuró, con voz baja y ronca en tu oído. —Supongo que te estás ablandando finalmente.
—Más quisieras— Te acurucaste indignada contra él.
Se rio suavemente ante tu respuesta, con ese sonido profundo y ronco que siempre te hacía estremecer.
—¿Ah sí?—Sus dedos siguieron acariciando tus hombros, bajando por tus brazos hasta tus manos y entrelazando tus dedos con los suyos
—Vamos muñeca, ambos sabemos que te gusta cuando me pongo así...
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Merle Dixon
RomantikAlejandra encuentra a Merle en la azotea antes de que se cortase la mano. Alejandra: Reader. -Aquí Merle nunca se corto la mano. -No morirá obviamente. -No se relaciona con El Gobernador. -Por obvias razones no tendra gonorrea. -Alto contenido +18...