Capítulo 20

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Bajaste del coche viendo el centro de salud abandonado frente a ti. Merle te tendió el brazo para que te apoyaras. La verdad es que ya te sentías otra vez normal. Pero el no te daba el beneficio de la duda.

•••

Ya te habías hecho todos los test que había y nada. Te estabas frustrado y cada vez que volvían a dar negativo, veías a Merle impacientarse más.

Tenías la mente nublada y bloqueada, tenías hambre. Pero cada lata que habrías de comida procesada te daban otra vez acardas.

-Comida procesada...-Sususraste.

Merle alzo la vista, se encontraba sentado en una camilla. Pero no dijo nada, prefirió esperar a que si habías descubierto algo le iluminarás.

Y seguiste pensando, vomitar así porque si era muy típico de las embarazadas. Y el olor de la comida procesada les suele causar repulsión.

-Como no lo había pensado- dijiste cansada llevándote las manos a la cabeza.

-¿el qué?- preguntó.

Caminaste hacia un armario del cual sacaste un test de embarazo. Ya lo habías visto antes, cuando buscaste los otros tests. Pero no se te pasó por la cabeza. ¿Como era posible que una opción tan obvia no se te ocurriera? A lo mejor no querías verlo.

Le enseñaste la cajita con la palabra "EMBARAZO" en letras grandes. Se levantó de sorpresa y ambos os mirasteis a los ojos unos segundos en silencio.

-¡Te dije que bebíamos usar condones!- Le gritaste con reproche. Asustandolo por la sorpresa.

-oh...-Lo viste soltar aire, como si hubiera estado aguantando la respiración un buen rato- Menos mal que es eso- dijo con los ojos cerrados hacia el techo.

-¿cómo que menos mal?, necesito unas pastillas abort- Te corto besándote en los labios, no te habías percatado de que él se contraba frente a ti.

-No, nada de eso- Respondió con las manos clavadas en tu cintura. Justo donde te hacia estremecer.

Merle nunca se había planteado tener hijos en su anterior vida. Era un Alcoholico, drogadicto y delincuente sin futuro. Pero en este nuevo mundo, claro que se lo había planteado. Ahora vivía junto a una mujer hermosa y joven. El no se identificaba con la persona que era antes. Quería tener hijos, muchos, casarse, tener una casa...
Solo si era junto a ti, ahora todo eso lo veía totalmente posible y claro. Cosa que hasta para él le sorprendió de sí mismo.

-¿Que estás diciendo? Estamos en un puto apocalipsis, de un lado para otro, apenas con comida- Estabas aliviada de no estar enferma, pero eufórica por la nueva noticia.
Y aún que quisieras hacerte la prueba para estar segura, ya estabas segura. Igualmente te la harías.

Aún no te había planteado eso en tu vida. Te daba miedo, no imaginaste que Merle si que quería tener bebés contigo. Wow, te ardió la cara como nunca antes. Eso implicaba que vuestra relación para él era bastante seria.

¿Pero que clase de persona serías si trajeses una vida a este mundo totalmente destruido?

-Hey- Llamo tú atención demandante, ahora que sabía que estabas bien podía volver a ser el mismo- También es mío, no te doy permiso de abortarlo- dijo serio.

-¿Perdona?-Reclamaste ofendida agudizando tu voz- ¿Permiso? Que yo recuerde a ti no te va salir nada por ningún agujero- Ahora estabas furiosa, ¿como se atrevía? Aveces olvidabas ese lado suyo.

-No deberías alterarte- ignoro tu queja- He visto unos cultivos de la que veníamos, Eso sí puedes comerlo ¿No?

-¡MERLE!

Este bufo fastidiado, no quería discutir. Porque sabía que cuando te enfadas así, él se enfadaba más y hacia o decía algo estúpido.

-Ale, te prometo que conozco un sitio, una granja, en medio de la nada, cuando digo en medio de la nada, es literalmente, la casa está rodeada de muros. Era de mi familia- intento calmar tus demonios.

-¿Y si ya hay alguien ahí? No me convence-dijiste rotunda buscando en los armarios y sacaste lo que buscabas desde el inicio de la conversación. Pastillas abortivas. Sonreíste aliviada.

Merle al verlas intento quitarte las, pero lo esquivaste.

-Escuchame, podemos cultivar y criar animales, ¿no te gustaría?- otra vez intento persuadirte y ahora parecía desesperado.

-podemos pensar en "eso"- señalaste tú estómago- Cuando tengamos todo eso que has dicho, de momento...- dijiste tranquila y con una mirada comprensiva, abriendo el recipiente para sacar un par de píldoras.

Esta vez Merle si que alcanzó a agarrarlo para lanzarlo por la ventana del hospital. Viste como caía cuatro pisos hasta impactar contra el suelo. Sabías que se habían salido todas la píldoras del bote.

-¿¡PERO A TI QUE TE PASA!?- Estabas furiosa. No respetaba tu decisión y encima se comportaba como un idiota.

-Me pasa que no entras en razón- soltó él, también histérico.

Lo miraste desafiante, aún tenias las dos píldoras en la mano. Te las llevaste a la boca rápidamente.

Igual de rápido él te tomo de los mofletes y los apretó. No hizo falta que hiciera fuerza, no te esperabas que llegara tan lejos y las escupiste por inercia.

Lo empujaste y de la rabia ibas a darle un golpe en la cara pero te agarro ambas manos. Abilmente se coloco tras de ti abrazndote con su cuerpo, no podías moverte así.

-Ya empiezan los cambios de humor-dijo como un tonto enamorado, lo escuchaste ahogar una risa. ¿Se estaba riendo de ti?

Merle DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora