De repente sentiste presión en tu vientre.
Sentiste una patada. Y otra, ¡Y otra! Suspiraste, todo estaba bien. Te encontrabas sentada en la silla mecedora del salón porque te costaba moverte. Escuchaste como abrieron la puerta lentamente, esperabas que fuese Merle...
—Buenas tardes, guapa—Era Jonh, junto a Glenn. Sentiste solo un poquito de desagrado al verlos, pero desapareció al momento.
—¡Hola, Alejandra! Perdón por salir sin avisar—Dijo el segundo en entrar.
—Hola...—No pudiste estar tan animada como ellos.
Hiciste amago de levantarle pero volviste a sentir ese dolor.
—¿Estás bien?— Glenn tomo tu mano para que no hicieras esfuerzo al sentarte.
—Es que...me tropecé—Mentiste—Y aún me duele un poco.
—Oh,¿ puedo ayudar?, soy médico—cometo Jonh —Sí, son bastante frecuente los dolores de cadera, tu cuerpo se está preparando para el parto.
—¿En serio?—tu sorpresa no duró mucho—Me duele mucho...—Aguantaste el aire, calmando momentáneamente el dolor.
—Ya...si te has dado un golpe este se agrava, solo debes descansar unos días y se te debería pasar.
—Gracias Jonh, ojala pudieras estar en el parto, sería de gran ayuda— dijiste medio en broma medio en serio.
—Me encantaría—Dijo sincero, te sorprendiste por su genuino interés. Una risilla sin gracia se escapó de tus labios.
—Merle se pondría hecho una fiera—Reiste sin gracias.
—Pero necesitas alguien que te pueda ayudar.
—Lo sé...— Tú mirada se perdió entre las paredes, que ibas a hacer con este hombre, esperabas con ansias a Merle. No encontrabas un motivo, a pesar de todo, no te sentías del todo segura sin él. Aunque no supieras encontrar palabras para expresar lo que sentías. Era un especie de vacío y ansias. Tal vez hubieras desarrollado dependencia. Osea, pasar casi tres años junto a él las venti cuatro horas del día. En ese pensamiento casi pudiste entender su reacción ante la llegada de "tanta" gente.
Los dos chicos a tu lado siguieron intentando convencerte. No es que no quisieras, ¿Un doctor? Sería fantástico, más de lo que podías pedir.
•••
Merle volvió tras unas largas horas, después de la charla con Daryl tomo su moto y fue al sitio poblado más cercano. Tenía una idea en mente y debía conseguir un par de cosas.
Al volver y aparcar la moto entre unos matorrales, camino lentamente hacia vuestra casa, vacilante. Aún a unos pasos la sentía lejana, tenía miedo de enfrentarte ahora.
Entro lentamente, girando el pomo cómo si invadiera una casa que no fuera la suya. Su mirada va directamente a tí. Te encontró con los ojos cerrados descansando sobre la mecedora. La cual se molestó en traer meses atrás a petición de su novia. Novia, esa palabra revoloteo en sus pensamientos.
Nunca te propuso algo así. Le parecía una cursilería. Simplemente dio por hecho que eras suya y no te dejo irte cuando lo intentaste. Mientras reflexionaba, caminaba sin hacer ruido en tu dirección. Sintiendo un nudo amargo en la garganta, si bien creía que si de verdad hubieses querido irte lo hubieras hecho y él no podría detenerte. Pero...¿Y si no era así? Se cuestionó sus actitudes, vagamente, pero lo hizo. La verdad es que estaba convencido de no poder evitarlo, de que se comportaba lo mejor que podía aunque ahora dudaba de ello.Una de sus botas hizo chirriar el parqué del suelo, alzo la mirada para encontrarte con los ojos abiertos y clavados en los suyos.
—Hola— Fuiste la primera en hablar, a pesar de haber dicho que no querías hacerlo esta mañana. Ahora sí te apetecía. Entre el dolor que sentiste toda la mañana, el cual, ahora era una simple molestia gracia a tu reposo, y la soledad. Ancianas volver a estar bien con él. Pero primero tendria que ganárselo, solo un poco.
—Ale, ¿como estás?—Cauteloso se agachó arrodillado ha la alturas de tu pecho, con intenciones de tocar tu vientre. No le detuviste, observabas espectando. Su palma conecto con su destino. Te miró a los ojos, esperabas que le gritarás y apartaras de él. Justo como está mañana. Pero no, el nudo en su garganta se desizo y su otra mano junto a su cabeza fue al lugar donde se gestaba su bebé.
—Dentro de lo que cabe bien—Ahora mismo no te importaba hacerlo sentir mal.
Como si él/la pequeña/o supiera que su padre estaba de vuelta con su presencia y estuviera contento de sentirlo. Dio unas cuantas patadas, haciendo que la angustia de su padre por saber si estaba bien se disipará.
—Se mueve, ¿Eso significa que está bien?.
—Sí, dale las gracias a Jonh, es médico y me hizo un pequeño chequeo— Comentaste tanteando el terreno, sabias bien su desagrado especial por Jonh.
—¿A sí?— ¿Chequeo? Merle agitó la cabeza, reprimieto por el momento sus celos—¿Te ha dicho algo más? ¿Y tú? ¿Estás bien?— El resto de su preguntas reflejaban preocupación.
—Oh, bueno— Dudaste en decirle, si ya era como un chicle ahora lo sería aún más, pero necesitabas su atención más que nunca— Dice que necesito reposo y no moverme mucho, hasta que se me pase el dolor, solo serán un par de días— Dijiste optimista, John no había concretado cuánto debías reposar, esperabas que no mucho.
—¡¿Dolor?!—Sentencio más que alarmado—¿Aún te duele?— Más que una pregunta era una afirmación con culpa.
—Sí... No he podido levantarme en todo el día, Glenn tuvo que llevarme al baño un par de veces. Me sorprende, no fue un impacto tan fuerte— Hablabas sin notar su mirada frustrada hacia al suelo, introspectiva— Pero si que me fastidia que cada vez que intento levantarme siento un dolor muy fuerte en la cadera y espalda.
—Lo siento— dijo de inmediato, agachado la cabeza.
—Tú no me lastimaste, no debí provocarte, aún no había visto las botellas, aún así...— No encontraste palabras, era complicado. Tampoco querías agobiarlo más. Pero una idea fugaz pasó por tu mente.—Te perdono—El contrario alzo su mirada con interés cual perro moviendo su cola—Sí...—Pro Seguiste, Merle al notar que ibas a añadir una condición se aferro a tu vientre en busca de consuelo.—Quiero que Jonh me atienda en el parto.
—¡¿Qué?! ¿¡Por qué!?— No le gustó nada tu petición, de hecho te hubiera dicho que no sin pensarlo pero no estaba en su mejor momento contigo. Y el ver tu cara con el ceño más que fruncido no le quedó de otra
—Esta bien...
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Merle Dixon
RomanceAlejandra encuentra a Merle en la azotea antes de que se cortase la mano. Alejandra: Reader. -Aquí Merle nunca se corto la mano. -No morirá obviamente. -No se relaciona con El Gobernador. -Por obvias razones no tendra gonorrea. -Alto contenido +18...