Te despertaste temprano la mañana siguiente, sintiéndote extrañamente renovada después de la noche en el sofá con Merle. La culpa por lo que le habías hecho pasar seguía pesándote, así que decidiste compensarlo de alguna manera. Te levantaste con cuidado para no despertarlo y te dirigiste a la cocina.Comenzaste a preparar un desayuno contundente y café recién hecho. Quisiste asegurarte de que fuera como un día cualquiera.
Mientras cocinabas viste a John por la ventana, llevabas días sin hablar con él, pensaste en pedirle a John que trajera unas cervezas si encontraba alguna. Parecía que iba a ir por provisiones. A Merle le encantaría ese detalle.
—John, ¿puedes hacerme un favor?—le pediste cuando lo encontraste en el patio—. Si encuentras cervezas en algún pueblo, ¿puedes traer algunas?
John te miró con curiosidad, pero asintió.
—Claro, seguro son para Merle, hare lo que pueda—respondió.
Volviste a la casa y terminaste de preparar el desayuno justo cuando Merle entraba en la cocina, frotándose los ojos. Al ver la mesa llena de comida, levantó una ceja con escepticismo.
—¿Me has hecho el desayuno?—preguntó, su tono ligeramente sarcástico.
—Sí—dijiste, sonriendo.
—Menos mal—dijo, tomando asiento—. Me muero de hambre.
Lo miraste, manteniendo la sonrisa.
Merle te observó por un momento, luego empezó a servirse el desayuno sin decir nada más. Pasaron la mañana comiendo en relativo silencio, aunque notaste que él disfrutaba de la comida.
Después de desayunar, te acercaste a él, sintiéndote nerviosa.
—He dejado a Nora con Daryl, así podemos parar él día juntos—dijiste, colocándose tras su silla, masajeándole los hombros.
Merle se rio, pero cerró los ojos un momento disfrutando de tu toque.
—¿Crees que me olvidaré de todo tan fácil?
—No, intento compensarte—respondiste, mirándolo a los ojos—Hare lo que quieras
Él te miró con una mezcla de burla y algo más profundo, algo que no podías identificar del todo.
—Me parece bien, a ver si consigues que se me pase el enfado —dijo finalmente—Vamos a intentarlo.
El resto de la mañana lo pasaron juntos. La tensión inicial empezó a disolverse, al eso pensabas. Merle ya estaba menos a la defensiva.
Más tarde, mientras pensabas en el almuerzo, Merle se acercó por detrás y te rodeó con sus brazos, como a veces lo hacía.
—¿Qué te gustaría comer?— preguntaste.
—Puedes hacer un estofado, algún postre de los tuyos—dijo, besándote el cuello—. Parece que estás en racha hoy.
Te reíste suavemente y decidiste preparar ese estofado. Mientras cocinabas, Merle te observaba con una mezcla de diversión y curiosidad.
—¿Sabes?—dijo finalmente— Hasta me gustaría olvidar todo
—¿Qué te impide hacerlo?—respondiste, girándote para mirarlo.
Merle te miró fijamente antes de sonreír.
—Soy rencoroso, pero me gusta verte tan servicial para complacerme, me ayuda a pensarlo
—¿Pensar qué?
—Bueno, en ti— Admitió—En lo que te voy a hacer— sentiste un escalofrío al escucharlo.
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Merle Dixon
RomanceAlejandra encuentra a Merle en la azotea antes de que se cortase la mano. Alejandra: Reader. -Aquí Merle nunca se corto la mano. -No morirá obviamente. -No se relaciona con El Gobernador. -Por obvias razones no tendra gonorrea. -Alto contenido +18...