Capitulo 6.

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Abriste los ojos lentamente, te estiraste perezosamente y te sentaste en la cama. Estabas desnuda.

Recordaste el encuentro que tuviste con Merle. Había sido algo extraño pero no importaba.

Tu primera vez había sido con un viejo alcohólico, un viejo alcohólico que te atraía demasiado.

-Ha sido...-Suspiraste-¡Increíble!-Dijiste sonriendo.

Miraste la mesita de noche donde tenias un pequeño reloj, habías dormido aproximadamente dos horas. Ya iba siendo hora de la cena. También había sobre la mesita una pequeña caja de pastillas, las cojiste para leer la parte de atrás, eran anticonceptivas. Merle las dejo ahí para ti junto con una botella de agua.

Tomaste un par de ellas con un trago de agua. Te levantaste, apenas se veía el sol, empezaba ha oscurecer. Te diste una ducha rápida y te vestiste con un short apretado y una camisa holgada gris.

Todo estaba tan tranquilo. Bajaste a la cocina, te sobresaltaste. Habías unas cinco ardillas muertas dentro de un recipiente encima de la mesa. Te acercaste, no es que te desagradasen pero, ¿por qué?.

El cabrito no estaba, te asustaste ¿Merle le habrá echo algo?. Perdida entre tus terribles pensamientos escuchaste un golpe.
Un golpe seco, fuera de la casa, como algo chocando contra madera. Saliste ha investigar.

No viste nada, el sonido venia de un costado de la casa. Te asomaste para ver que demonios pasaba. ¡Era Merle! Estaba cortando madera con un hacha y luego con un serrucho.
El cabrito estaba con el, comiendo hierba y atado a un saliente del suelo echo de madera.

-¿Qué haces?-Le preguntaste de repente, apareciendo a su lado.

Se detuvo para verte y bajar la herramienta que usaba.

-Ya despertaste bella durmiente- Dijo burlón.- Le hago algo a la rata esa-Señalo al cabrito.

Rodaste lo ojos, pero era un detalle de su parte.

-oye y... ¿sabes algo de las ardillas que hay en la cocina?- Le preguntaste.

-Claro, son para que las cocines, de nada- Dijo para volver a lo suyo.

-¿Para que las cocine?- susurraste, indignada y fastidiada.-como se supone que se cocinan las ardillas- Le preguntaste.

-ah, tienes que hervirlas para quitar el pelo y luego... No se has un estofado o algo- Dijo desinteresado.

•••

Hiciste un estofado de ardillas lo mejor que pudiste, lo probaste, ¡estaba exquisito! La carne de ardilla era mejor que la de conejo e incluso que la de pollo.

Miraste a los lados. Volviste a probarlo, de verdad te había gustado. Te pusiste de puntillas para abrir el armario y sacar dos platos hondos.

En eso sentiste unas manos en tu cintura. Era Merle, lo sentías.

-Que bien huele- Susurro en tu oido. Suspiraste, lo que causaban sus grandes manos en tu cuerpo era increíble.

Pero te zafaste de el para servir la cena y poner la mesa.

•••

Terminasteis de cenar. Ya no tenias nada que hacer así que simplemente te fuiste a la cama.
No te importaba lo que hiciese Merle mientras no molestase. Solo viste como salió de la casa y momentos después empezaste ha oír como trabajaba en el corral.

•••

-Eh, muñequita- Sentiste cono alguien te zarandeaba despertándote de inmediato.- Bella durmiente- Abriste los dos ojos perezosa y te tapaste la cabeza con la manta.

-Déjame dormir- Te quejaste.

-Nena, no sabes lo dura que tengo la polla- Sentiste como Merle se metió debajo de las sabanas junto a ti y pego su cuerpo al tuyo.

Sentiste una erección en tu trasero.

-¿Qu-que haces?- Te sobresaltaste no pensaste que lo dijera en serio.

- Oh, vamos se que te gusta- Se froto en ti y jadeo.

-No Merle déjame- Intentaste incorporarte.

-No seas tímida- te agarro fuerte y se coloco sobre ti.-Es tu culpa, yo que venia a dormir y mira como estás - Acaricio tu muslo.

-¿Eh?-Miraste lo que llevabas puesto. Lo de siempre unas bragas y una camisa. No era para tanto.-Eres estúpido-respondiste simple.

El sonrió, empezó a besar tu cuello. Su miembro presionaba en tu intimidas.

-Merle- Le llamaste, te ignoro y desabotono tu camisa.-¡Merle!- Repetiste.

El levantó la cabeza y te beso cuando abriste la boca para decir algo metiendo su lengua. Merle tenia una forma muy brusca de besar, no te disgustaba pero podría ser un poco más... "romántico" o "menos bruto".

Te quito la camisa dejando tus pechos expuestos. Los manoseo a su antojo y se los llevo a la boca.

Te gustaba, mucho. Sus manos eran más grandes que las tuyas, cuando tu te tocabas no se sentía igual. El podía abarcar con una mano un pecho tuyo completamente tu no.

Te arranco las bragas y estimulo tu vagina. Gemiste de placer y rodeaste su cuello con tus brazos para sentir mas de su calor.

-Joder muñeca eres una puta diosa- Susurro excitado en tu oido.

-¡AH!- Gritaste cuando metió su miembro de golpe en tu vagina.

Empezó a moverse con fuerza, golpeando tu punto G cada vez que su miembro entraba por completo.

-Ah, ah mmh ahh- Gemías como loca, se sentía tan bien, a Merle le volvía más loco aun escucharte y saber que te estaba dando placer.

Merle tomo tus piernas y las coloco sobre sus hombros. Ahora te penetraba más profundamente, siguió dando fuertes envestidas. Aumento la velocidad y sentiste un orgasmo maravilloso, segundos después sentiste también su semen caliente en tu interior.

Merle se dejo caer sobre ti agotado, estaba muerto de sueño y sus músculos doloridos de cortar madera. Su cabeza de acogió entre tus pechos, ahí se durmió. Estiraste el brazo para coger la fina sabana a tu lado y cubriros a los dos.

Respiraste profundamente y también te dormiste.

Merle DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora