05. Un plan en marcha

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Después de meses de conocerse y desarrollar una relación especial, Robin Le Normand decidió que era el momento perfecto para dar el siguiente paso y formalizar su relación con Alicia Simón. Quería pedirle salir de una manera memorable y significativa, involucrando a Leo en el plan. La relación entre Robin y Leo se había fortalecido con el tiempo, y Robin sabía que el pequeño sería una parte crucial de su propuesta.

Una tarde, mientras jugaban en el jardín, Robin decidió hablar con Leo sobre su plan. Leo, con su energía y entusiasmo habituales, estaba corriendo tras una pelota cuando Robin lo llamó.

—Leo, ven aquí un momento, necesito hablar contigo —dijo Robin, con una sonrisa.

Leo corrió hacia él, respirando rápidamente pero con una expresión curiosa en su rostro.

—¿Qué pasa, Robin? —preguntó Leo, mientras se sentaba a su lado en el césped.

Robin tomó aire, sintiendo un ligero nerviosismo. Quería asegurarse de que Leo entendiera la importancia de lo que estaban a punto de hacer.

—Leo, ¿te gustaría ayudarme a hacer algo especial para tu mamá? —empezó Robin, observando la reacción de Leo.

Los ojos de Leo se iluminaron con emoción.

—¡Sí! ¿Qué vamos a hacer? —preguntó con entusiasmo.

Robin sonrió, sintiendo el apoyo y la energía de Leo.

—Quiero pedirle a tu mamá que sea mi novia, y quiero que tú me ayudes a hacerlo —explicó Robin, con seriedad pero también con una chispa de emoción en su voz.

Leo abrió los ojos de par en par, comprendiendo la magnitud de la situación.

—¿Cómo puedo ayudar? —preguntó, ansioso por ser parte del plan.

Robin le explicó su idea. Había pensado en un picnic sorpresa en un parque cercano, un lugar tranquilo y especial donde pudieran estar los tres. Robin y Leo prepararían juntos el picnic, con comida que Alicia adoraba, y luego, en el momento adecuado, Robin le pediría a Leo que le entregara una tarjeta especial a su mamá.

Los días siguientes fueron una mezcla de planificación y preparación. Robin y Leo se aseguraron de que todo estuviera perfecto para la ocasión. Hicieron una lista de las comidas favoritas de Alicia: bocadillos, frutas frescas, y una tarta de chocolate que siempre le encantaba. También prepararon una manta grande y cómoda para el picnic y algunos juegos para disfrutar juntos.

El día del picnic, Robin y Leo se levantaron temprano para preparar todo. Mientras Robin cocinaba y organizaba la comida, Leo estaba a su lado, ayudando en todo lo que podía. La emoción era palpable, y Robin no podía evitar sonreír al ver el entusiasmo de Leo.

Finalmente, con todo listo, llevaron las provisiones al parque. Encontraron un lugar perfecto bajo un árbol grande y frondoso, con sombra y privacidad. Colocaron la manta y organizaron la comida cuidadosamente. Robin llevaba consigo una tarjeta especial que había escrito para Alicia, y que le entregaría a Leo en el momento adecuado.

Alicia llegó al parque poco después, sorprendida y emocionada al ver la escena que Robin y Leo habían preparado.

—¡Vaya, chicos! Esto es increíble. ¿Todo esto es para mí? —preguntó Alicia, con una sonrisa radiante.

Leo saltó hacia su madre y la abrazó.

—¡Sí, mamá! Robin y yo lo preparamos todo para ti —dijo con orgullo.

Pasaron la tarde disfrutando de la comida, jugando y riendo juntos. El ambiente era perfecto, lleno de amor y alegría. Robin observaba a Alicia y Leo, sintiendo una profunda conexión y gratitud por tenerlos en su vida.

Finalmente, cuando el sol comenzaba a ponerse y el cielo se teñía de colores cálidos, Robin decidió que era el momento. Hizo una señal a Leo, quien se levantó rápidamente y corrió hacia la mochila donde habían guardado la tarjeta.

—Mamá, tengo algo para ti —dijo Leo, con una sonrisa traviesa mientras le entregaba la tarjeta a Alicia.

Alicia tomó la tarjeta, curiosa y emocionada. La abrió y leyó las palabras que Robin había escrito con mucho cariño y sinceridad:

"Querida Alicia,

Desde que te conocí, mi vida ha cambiado de maneras que nunca imaginé. Eres una persona increíble, y cada momento que paso contigo y con Leo es un regalo. Me gustaría que compartiéramos más momentos juntos, no solo como amigos, sino como pareja. ¿Te gustaría ser mi novia?

Con todo mi amor,
Robin."

Alicia levantó la mirada de la tarjeta, con lágrimas de alegría en los ojos. Miró a Robin, quien estaba ahora de pie frente a ella, con una sonrisa nerviosa pero llena de esperanza.

—Alicia, quiero que sepas cuánto significas para mí y cuánto quiero ser parte de tu vida y la de Leo. ¿Aceptas ser mi novia? —preguntó Robin, extendiendo su mano hacia ella.

Alicia se levantó, sin poder contener su emoción, y tomó la mano de Robin.

—Sí, Robin. Me encantaría ser tu novia —respondió, antes de abrazarlo con fuerza.

Leo, observando la escena, aplaudió y saltó de alegría, feliz de ver a su mamá y a Robin tan felices. Robin y Alicia se separaron del abrazo solo para incluir a Leo, formando un abrazo familiar que simbolizaba el comienzo de una nueva etapa juntos.

La propuesta había sido un éxito, no solo por el sí de Alicia, sino porque Leo había sido una parte fundamental del momento. La tarde en el parque se convirtió en un recuerdo inolvidable, una celebración de su amor y su compromiso de construir una vida juntos como familia.

El gol del corazón: La historia de Robin y Alicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora