039.El ultimo juicio

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Era un sábado gris y nublado en San Sebastián. La ciudad parecía contener la respiración mientras Alicia y Robin se preparaban para el juicio final contra Iñigo, el padre biológico de Leo. Después de meses de preparación y múltiples audiencias, este juicio sería el decisivo, determinando si Robin podría adoptar oficialmente a Leo y cambiar su apellido a Le Normand.

Por la mañana, antes de que comenzara el juicio, Alicia y Robin se encargaron de dejar a Leo en su entreno de fútbol, donde el niño estaba entusiasmado y concentrado en su práctica. Matteo, que solo tenía tres años, se quedó con Mikel Merino, quien amablemente se ofreció para cuidarlo durante el juicio. Alicia y Robin se despidieron de Leo con una sonrisa y una promesa de recogerlo más tarde.

Con el corazón acelerado, Alicia y Robin se dirigieron al tribunal. A pesar de que habían preparado todo lo posible, el nerviosismo era palpable. Sabían que la decisión del juez no solo afectaría su familia, sino también el futuro de Leo. La sala del tribunal estaba llena de una tensión palpable cuando entraron, preparados para escuchar la resolución.

El juicio comenzó con las presentaciones finales de ambas partes. La abogada de Alicia y Robin presentó un caso sólido, destacando el amor y el compromiso de Robin hacia Leo, así como la estabilidad y el apoyo que le brindaban como familia. Iñigo, con su abogada, presentó sus objeciones, pero el caso de Robin y Alicia era convincente.

Después de escuchar los argumentos de ambas partes, el juez se retiró para deliberar. Alicia y Robin esperaron en la sala de espera, tomados de la mano y esperando ansiosamente. La espera parecía interminable, pero finalmente, el juez regresó con su decisión.

— El tribunal ha decidido a favor de la solicitud de los demandantes —anunció el juez—. Robin Le Normand podrá adoptar a Leo, y se procederá al cambio de apellido. Este tribunal reconoce el compromiso y el amor que el señor Le Normand ha demostrado hacia el niño.

Alicia y Robin se miraron con lágrimas de alivio y felicidad en los ojos. La decisión era exactamente lo que habían esperado, y finalmente, Leo tendría el apellido Le Normand que siempre había querido. El peso de la incertidumbre se levantó de sus hombros, y una sensación de paz y logro los envolvió.

Justo cuando estaban a punto de salir del tribunal, Iñigo apareció en el pasillo. Su rostro mostraba una mezcla de resignación y tristeza. Alicia y Robin se detuvieron al verlo, y Iñigo se acercó con una expresión de seriedad.

— Solo quería decir algo —dijo Iñigo, su voz cargada de emoción—. Aunque no he estado en la vida de Leo, espero que lo cuiden bien. No pude hacer lo que ustedes han hecho, y me alegra ver que mi hijo está en buenas manos. Solo les pido una cosa: cuiden a la familia que yo no pude cuidar.

Robin lo miró con comprensión y asintió solemnemente.

— Lo haremos —respondió Robin con sinceridad—. Nos comprometemos a cuidar de Leo y de nuestra familia con todo lo que tenemos.

Con un último vistazo, Iñigo se dio la vuelta y se alejó, dejando a Alicia y Robin con una mezcla de sentimientos encontrados. Aunque el encuentro había sido breve, les recordó la importancia de la familia y el compromiso que tenían con su hijo.

Con el juicio finalmente concluido, Alicia y Robin se dirigieron a recoger a Matteo de la casa de Mikel Merino. El pequeño estaba contento y juguetón, y Robin y Alicia lo abrazaron con cariño. La mañana había sido estresante, pero ahora, con la resolución en mano, se sentían listos para disfrutar del resto del día con sus hijos.

Eran alrededor de la una de la tarde cuando Alicia y Robin, junto con Matteo, fueron a recoger a Leo del campo de fútbol. El niño, aún sudoroso y lleno de energía, se acercó a ellos con una gran sonrisa.

— ¡Mamá, papá! —exclamó Leo, corriendo hacia ellos—. ¡Hoy fue un gran entrenamiento!

Alicia y Robin intercambiaron una mirada cargada de emoción. Sabían que era el momento perfecto para dar la noticia.

— Leo, tenemos algo importante que contarte —dijo Robin, su voz temblando de emoción—. Queremos hablar contigo sobre algo que hemos estado esperando.

La familia se dirigió a un lugar tranquilo para poder hablar. Con Leo sentado entre ellos, Alicia comenzó a hablar.

— Hemos pasado por un largo proceso para que Robin pueda adoptarte oficialmente y cambiar tu apellido a Le Normand —dijo Alicia con cariño—. Y el juez ha decidido que sí, ¡lo hemos logrado!

Leo miró a sus padres, sorprendido y emocionado. Sus ojos se llenaron de lágrimas de alegría, y un gran sonrisa se dibujó en su rostro.

— ¡En serio! —preguntó Leo, sin poder creerlo—. ¡Eso es increíble!

Robin y Alicia asintieron, y Leo se lanzó a sus brazos, abrazándolos con fuerza.

— Sí, es cierto. Ahora eres oficialmente un Le Normand —dijo Robin, acariciando el cabello de Leo—. Y queremos que sepas que te amamos mucho y que estamos muy orgullosos de ti.

Leo, con lágrimas de felicidad en los ojos, abrazó a sus padres con gratitud. La familia se abrazó juntos, disfrutando de un momento lleno de amor y alegría.

El resto del día fue una celebración tranquila. Alicia, Robin, Leo y Matteo pasaron tiempo juntos, disfrutando de la compañía mutua y reflexionando sobre los eventos del día. La noticia de la adopción y el cambio de apellido había traído un nuevo sentido de completud y felicidad a su familia.

Con el sol comenzando a ponerse sobre San Sebastián, la familia Le Normand se reunió en su hogar, sintiéndose más unidos que nunca y agradecidos por el amor y la fortaleza que habían compartido en su viaje juntos.

El gol del corazón: La historia de Robin y Alicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora