El primer cumpleaños de Matteo había llegado, y la casa de la familia Simón-Le Normand estaba llena de emoción y preparativos. Alicia y Robin habían decidido celebrar el día especial de su hijo menor con una fiesta temática de la Real Sociedad, en honor al equipo que tanto significaba para la familia.
La mañana comenzó temprano, con Alicia y Robin decorando la casa con globos azules y blancos, banderines con el escudo de la Real Sociedad, y carteles que decían "¡Feliz Cumpleaños, Matteo!". El salón se transformó en un campo de fútbol en miniatura, con césped artificial cubriendo el suelo y una pequeña portería decorativa en una esquina.
Leo estaba emocionado, ayudando a sus padres a colocar las decoraciones y asegurándose de que todo estuviera perfecto para su hermano pequeño. Incluso Matteo parecía captar la atmósfera festiva, riendo y balbuceando mientras observaba a su familia moverse a su alrededor.
— ¡Esto se ve increíble! —dijo Leo, colocando un balón de fútbol en el centro del salón—. Matteo va a amar su fiesta.
— Estoy segura de que sí —respondió Alicia, sonriendo mientras ajustaba algunos globos—. Es un día especial, y queremos que lo recuerde, aunque sea a través de fotos y videos.
Robin, vestido con su camiseta de la Real Sociedad, se acercó a Matteo, que estaba sentado en su silla alta, jugando con un pequeño balón de fútbol de juguete.
— ¿Listo para tu gran día, campeón? —preguntó Robin, acariciando suavemente la cabeza de Matteo.
Matteo respondió con una risa alegre, su rostro iluminado por una sonrisa.
Los invitados comenzaron a llegar poco después. Entre ellos estaban los compañeros de equipo de Robin, junto con sus familias, así como algunos amigos cercanos y familiares de Alicia. Incluso Unai Simón, el hermano de Alicia, había venido para celebrar el primer cumpleaños de su sobrino. La casa se llenó rápidamente de risas y conversaciones animadas.
Uno de los momentos más destacados de la fiesta fue cuando el equipo de la Real Sociedad entregó un regalo especial para Matteo: una camiseta personalizada con su nombre y el número 1 en la espalda, simbolizando su primer cumpleaños. Alicia y Robin estaban emocionados por el gesto, y Leo ayudó a Matteo a ponerse la camiseta, mientras todos los presentes aplaudían y tomaban fotos.
— ¡Matteo, ya eres parte del equipo! —exclamó Leo, abrazando a su hermano pequeño.
Después de los regalos, llegó el momento de la tarta. Alicia había encargado una tarta especial en forma de balón de fútbol, decorada con los colores de la Real Sociedad. Colocaron la tarta en la mesa principal, y todos se reunieron alrededor para cantar "Feliz Cumpleaños" a Matteo.
Matteo, con sus ojitos brillantes de emoción, miraba la tarta con asombro mientras Alicia sostenía su pequeña mano para ayudarle a soplar la vela. Con la ayuda de sus padres y de su hermano mayor, Matteo logró apagar la vela, y la sala se llenó de aplausos y vítores.
— ¡Feliz cumpleaños, Matteo! —gritaron todos al unísono.
La tarde continuó con juegos y actividades temáticas, como un pequeño partido de fútbol en el jardín para los niños, en el que Leo fue el capitán del equipo de Matteo. Los adultos también disfrutaron de la celebración, compartiendo anécdotas y disfrutando del ambiente festivo.
Unai se acercó a Alicia y Robin mientras observaban a los niños jugar.
— Esta es una gran fiesta. Matteo se ve muy feliz —dijo Unai, sonriendo—. Han hecho un trabajo increíble.
— Gracias, Unai. Queríamos que fuera un día especial para él —respondió Alicia, mirando a Matteo con amor.
— Es su primer cumpleaños, y queríamos que fuera memorable —añadió Robin—. Agradecemos que todos ustedes estén aquí para celebrarlo con nosotros.
A medida que el sol comenzaba a ponerse, los invitados comenzaron a despedirse, dejando regalos y buenos deseos para Matteo. La casa, aunque un poco desordenada por la fiesta, estaba llena de un cálido sentimiento de amor y alegría.
Cuando finalmente solo quedaron ellos, Alicia, Robin, Leo y Matteo se sentaron juntos en el salón, disfrutando de un momento tranquilo después de un día lleno de actividades.
— Hoy ha sido un día increíble —dijo Alicia, abrazando a Matteo—. No podría haber pedido una mejor manera de celebrar el primer año de nuestro pequeño.
— Estoy de acuerdo —dijo Robin, mirando a su familia con una sonrisa—. Somos muy afortunados de tenernos los unos a los otros.
Leo, sentado junto a su hermano pequeño, se inclinó y besó la mejilla de Matteo.
— Feliz cumpleaños, Matteo. Te quiero mucho —dijo Leo, con una sonrisa.
Matteo, aunque cansado, parecía entender el amor y la calidez que lo rodeaban. Se acurrucó en los brazos de su madre, susurrando en su propio lenguaje de bebé.
Alicia y Robin intercambiaron una mirada de complicidad, sabiendo que este era solo el comienzo de muchos cumpleaños y momentos especiales juntos. La familia, unida por el amor y el fútbol, estaba lista para enfrentar cualquier cosa que la vida les trajera, con Matteo creciendo rodeado de cariño y apoyo.
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El gol del corazón: La historia de Robin y Alicia
Short StoryEn el vibrante mundo del fútbol, donde el césped y el brillo de los focos definen el día a día, es fácil olvidar que detrás de cada figura pública hay historias de amor, sacrificio y esperanza. Este es el relato de Robin Le Normand, un talentoso def...