045.Campeonato de jovenes promesas

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La tarde en San Sebastián estaba tranquila cuando Leo llegó a casa después de un largo día de entrenamiento. Con la bicicleta aún al lado, se dirigió al vestíbulo de su hogar, notando el calor del ambiente familiar que lo rodeaba. La vida diaria seguía su curso, pero hoy tenía algo importante que compartir con sus padres.

— ¡Hola, mamá! ¡Hola, papá! —saludó Leo mientras entraba en la casa con una sonrisa en el rostro—. Tengo algo que mostrarles.

Alicia y Robin, que estaban en la cocina preparando la cena, levantaron la vista al oír la voz de su hijo. Leo, visiblemente emocionado, sacó un sobre de su mochila y se lo entregó a sus padres.

— ¿Qué es esto, hijo? —preguntó Robin, tomando el sobre con curiosidad.

Leo, con una mezcla de nervios y entusiasmo, se preparó para explicar. Alicia y Robin abrieron el sobre y sacaron un formulario que detallaba la invitación para el Campeonato de Jóvenes Promesas en Sevilla. El evento, que reunía a los equipos de cantera más destacados de España, era una gran oportunidad para jóvenes futbolistas.

— ¿Qué es esto, Leo? —preguntó Alicia, echando un vistazo al formulario—. ¿Por qué quieres participar en este campeonato?

— ¡Es una oportunidad increíble! —exclamó Leo—. Van a concentrar a los mejores jugadores de mi edad y quiero ser parte de eso. Es solo por un mes, y me encantaría ir con la cantera de la Real Sociedad. He estado entrenando duro y creo que podría aprender mucho y mejorar mucho.

Robin y Alicia intercambiaron miradas, sorprendidos por la determinación y la madurez de su hijo. Robin se inclinó hacia adelante, admirando el entusiasmo de Leo.

— Sabes que esto es un gran compromiso, ¿verdad? —dijo Robin—. Estarás lejos de casa durante un mes entero, y será un desafío tanto físico como emocional. ¿Estás seguro de que estás listo para esto?

Leo asintió con firmeza, su determinación clara en sus ojos.

— Sí, papá. Estoy listo. Quiero demostrarme a mí mismo y a ustedes que puedo manejarlo. He estado esperando esta oportunidad durante mucho tiempo.

Alicia, aunque preocupada por el hecho de que su hijo tan joven se enfrentara a un período de separación y desafío, veía la pasión en los ojos de Leo y entendía la importancia que tenía para él.

— Es una gran responsabilidad para alguien de tu edad —dijo Alicia—. Pero también quiero que sepas que confiamos en ti y queremos lo mejor para ti. Si realmente crees que estás preparado, entonces haremos todo lo posible para apoyarte.

Robin miró el formulario nuevamente, considerando las implicaciones logísticas y emocionales del evento.

— ¿Qué opinas, Robin? —preguntó Alicia, volviéndose hacia su esposo—. ¿Crees que es lo mejor para Leo?

Robin pensó en todo lo que implicaría el campeonato y en el hecho de que Leo se había esforzado tanto para llegar hasta aquí. Sabía que el fútbol era una parte importante de la vida de su hijo y que esta experiencia podría ser crucial para su desarrollo.

— Creo que, si Leo está decidido y preparado, deberíamos darle la oportunidad —dijo Robin finalmente—. Puede ser una experiencia muy enriquecedora para él y una gran manera de avanzar en su carrera futbolística.

Leo sonrió al escuchar la decisión de sus padres y abrazó a ambos, agradecido por su apoyo.

— ¡Gracias, mamá! ¡Gracias, papá! No los decepcionaré. Prometo dar lo mejor de mí.

Los días siguientes se llenaron de preparativos y planificación para el viaje a Sevilla. Alicia y Robin trabajaron para asegurarse de que Leo tuviera todo lo necesario para el campeonato, desde el equipo adecuado hasta los detalles logísticos para su estadía en Sevilla.

El día de la partida llegó rápidamente, y la familia Le Normand se despidió con una mezcla de emociones. Mientras Leo se subía al autobús que lo llevaría al campamento de jóvenes promesas, Robin y Alicia lo miraron con orgullo y un poco de tristeza.

— ¡Diviértete y da lo mejor de ti! —le dijeron, abrazándolo antes de que se subiera al autobús.

Leo, con la mochila a cuestas y el corazón lleno de expectativas, se subió al autobús con determinación. Sabía que el próximo mes sería desafiante, pero también estaba decidido a aprovechar al máximo esta oportunidad. Mientras el autobús se alejaba, Robin y Alicia se despidieron de su hijo con la esperanza de que esta experiencia le trajera crecimiento y éxito en su camino futbolístico.

El gol del corazón: La historia de Robin y Alicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora