010. Una pregunta delicada

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Era una tarde tranquila en la casa de Alicia, después de una semana agitada con compromisos profesionales y responsabilidades familiares. Alicia estaba en la cocina preparando la cena mientras Leo, con su habitual energía, jugaba en el salón con algunos juguetes. El sol se estaba poniendo, pintando el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa. El ambiente en la casa era relajado, y Alicia aprovechó la calma para disfrutar de un momento de tranquilidad con su hijo.

Leo, con su curiosidad característica, dejó de jugar y se acercó a Alicia, que estaba concentrada en cortar verduras. Se sentó en una silla cercana, observando a su madre con una expresión pensativa. Alicia notó que algo estaba en la mente de Leo, así que le dedicó una sonrisa y le preguntó:

— ¿Qué pasa, Leo? Pareces preocupado.

Leo jugueteó con los bordes de la mesa, dándole vueltas a una idea que había estado considerando. Finalmente, se armó de valor y le preguntó a su madre con un tono serio:

— Mamá, ¿puedo hablar contigo sobre algo importante?

Alicia dejó el cuchillo y se inclinó hacia su hijo, preparándose para escuchar. Su corazón latía un poco más rápido, ya que sabía que las preguntas de Leo podían ser profundas y a menudo sorprendentes.

— Claro, Leo. Dime qué tienes en mente.

Leo tomó una respiración profunda antes de hablar, y sus palabras salieron lentamente, como si estuviera buscando la mejor manera de expresar lo que sentía:

— Bueno, es que... he estado pensando en Robin. Sabes que lo veo mucho y que me gusta estar con él. Me hace sentir feliz. Y... no sé cómo decirlo, pero... ¿puedo llamarlo papá?

El silencio llenó la habitación mientras Alicia procesaba la pregunta de su hijo. El corazón de Alicia se hundió un poco al escuchar las palabras de Leo. Sabía que la relación entre Robin y Leo estaba creciendo, y ver que Leo consideraba a Robin de esa manera era un testimonio de lo especial que se había vuelto para él. Sin embargo, también comprendía la complejidad de la situación.

Alicia tomó un momento para reflexionar antes de responder, buscando las palabras adecuadas para manejar la situación con sensibilidad. Miró a Leo, que esperaba con una mezcla de esperanza y ansiedad, y finalmente le dijo:

— Leo, me alegra mucho que te sientas tan cerca de Robin. Él también te quiere mucho y es muy importante para nosotros. Pero, antes de tomar una decisión sobre cómo llamarlo, necesitamos hablar un poco más sobre esto.

Leo asintió con la cabeza, mostrando que entendía, aunque aún había un atisbo de tristeza en su expresión. Alicia se arrodilló para estar a la altura de su hijo y lo miró a los ojos, hablando con cariño y honestidad:

— Llamar a alguien "papá" es una cosa muy especial. Es algo que generalmente se reserva para alguien que ha estado en la vida de una persona desde que era muy pequeño, como lo fue tu papá. Robin ha sido una persona increíble en tu vida, y lo quiere mucho, pero debemos ser conscientes de lo que significa esa palabra y asegurarnos de que estamos listos para usarla.

Leo miró a Alicia, procesando sus palabras. Sus ojos estaban llenos de una mezcla de tristeza y comprensión, pero también había un destello de esperanza en su mirada. Alicia continuó, tratando de suavizar el mensaje y dar espacio a los sentimientos de Leo:

— No quiero que sientas que no puedes expresar tus sentimientos. Lo importante es que sabemos que Robin es una persona muy especial para ti y para mí. Si algún día decides llamarlo papá, lo haremos juntos y hablaremos con Robin para asegurarnos de que todos estemos en la misma página. ¿Te parece bien?

Leo asintió lentamente, aceptando la explicación de su madre. Alicia le dio un abrazo reconfortante, y Leo se abrazó a ella, sintiéndose aliviado de poder hablar sobre sus sentimientos. Alicia le prometió que seguirían hablando sobre sus sentimientos y que siempre podría contar con ella para guiarlo.

El gol del corazón: La historia de Robin y Alicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora