025. Regalo de despedida

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El tiempo había pasado rápidamente, y el nacimiento del bebé estaba a la vuelta de la esquina. Alicia ya estaba en su último trimestre de embarazo, y la emoción y la anticipación llenaban el hogar. El nombre del bebé ya había sido decidido, y era Leo quien había tenido la última palabra. Finalmente, habían elegido el nombre "Matteo", un nombre que a todos les parecía perfecto.

Era una mañana soleada en San Sebastián, y Robin se preparaba para uno de sus últimos entrenamientos antes de tomar una pequeña baja para estar con su familia durante el nacimiento. El equipo de la Real Sociedad había estado al tanto de la inminente llegada del bebé y planeaba hacer algo especial para despedir a Robin antes de su breve ausencia.

En el vestuario, el ambiente estaba lleno de camaradería y emoción. Robin se cambió para el entrenamiento y notó que sus compañeros de equipo estaban particularmente animados y expectantes.

— ¿Qué pasa, chicos? —preguntó Robin, al ver las sonrisas en los rostros de sus compañeros.

— Nada, solo esperábamos el momento adecuado para darte un pequeño obsequio antes de que te tomes unos días para estar con Alicia y el bebé —respondió Mikel Oyarzabal con una sonrisa.

Al final del entrenamiento, los jugadores de la Real Sociedad se reunieron en el centro del campo. Robin, aún con la ropa deportiva puesta y un sudoroso brillo en su frente, se acercó al grupo, intrigado por lo que estaban preparando.

— ¿Qué es todo esto? —preguntó, viendo que los compañeros de equipo se estaban organizando y que había una gran caja cubierta con una tela.

Álex Remiro, el portero del equipo, se adelantó con una expresión de entusiasmo.

— Bueno, antes de que te vayas, queríamos darte un pequeño regalo de parte de todos nosotros —dijo Remiro, mientras Zubimendi y Oyarzabal ayudaban a destapar la caja.

Cuando la tela se apartó, Robin vio lo que había dentro: una camiseta en miniatura de la Real Sociedad, con el dorsal 24, el número que él había usado durante su tiempo en el club. La camiseta estaba diseñada especialmente para la ocasión, con un detalle que le sorprendió: en lugar de un nombre, estaba escrito "Papa" en la parte trasera.

Robin se quedó sin palabras, mirando la camiseta conmovido.

— ¡No puedo creerlo! —dijo, tocando la camiseta con ternura—. ¡Es increíble!

— Queríamos que supieras cuánto te apreciamos y lo importante que eres para nosotros. Esta camiseta es para tu pequeño Matteo, para que cuando crezca, sepa que su papá era un gran jugador en este equipo —explicó Oyarzabal, con una sonrisa cálida.

— Gracias, chicos. Esto significa mucho para mí. Realmente me conmueve que hayan pensado en algo así —dijo Robin, con los ojos llenos de lágrimas.

El equipo se reunió alrededor de Robin, dándole palmaditas en la espalda y felicitándolo. El ambiente en el campo estaba cargado de una profunda sensación de camaradería y apoyo.

— ¡Vamos a echarte mucho de menos en los entrenamientos! —exclamó Zubimendi—. Pero sabemos que estás a punto de vivir uno de los momentos más importantes de tu vida.

— Sí, lo sé. Estaré pensando en todos ustedes mientras estoy con Alicia y Matteo —respondió Robin—. Estoy muy agradecido por todo el apoyo que me han dado.

Tras las despedidas y los buenos deseos, Robin guardó la camiseta en una bolsa con cuidado. Se despidió de sus compañeros de equipo y salió del campo, sintiendo una mezcla de emoción y gratitud.

Al llegar a casa, Alicia estaba esperando con una sonrisa mientras él entraba por la puerta. Robin le mostró el regalo que había recibido del equipo y le explicó el significado especial de la camiseta.

— Es precioso, Robin —dijo Alicia, al ver la camiseta—. Estoy segura de que a Matteo le encantará cuando la vea.

— Estoy tan agradecido por todo el apoyo del equipo. Esta camiseta es un recordatorio de lo afortunado que soy de tener a tanta gente maravillosa en mi vida —respondió Robin, abrazando a Alicia.

Mientras se preparaban para el inminente nacimiento de Matteo, Robin, Leo y Alicia disfrutaban de estos momentos finales de espera con alegría y emoción. La camiseta en miniatura ocupó un lugar especial en la habitación del bebé, como un símbolo del amor y el apoyo que habían recibido de su familia extendida en el club.

La rutina estaba a punto de cambiar nuevamente, pero con el amor y la camaradería que los rodeaban, Robin y Alicia estaban listos para enfrentar este nuevo capítulo en sus vidas con esperanza y felicidad.

El gol del corazón: La historia de Robin y Alicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora